Este martes 8 de marzo se celebraba el Día de la Mujer y las redes sociales se llenaban de mensajes reivindicativos, de solidaridad, de empoderamiento y, en definitiva, apoyando la causa feminista. Sin embargo, también hay quienes ponen en duda la necesidad de esta celebración, al entender que ya está todo el trabajo realizado y las mujeres no tienen más parcelas que conquistar en su empoderamiento. Se equivocan. La prueba la da ahora Sandra Pica, que en pleno Día de la Mujer ha querido destacar cómo el machismo sigue tan grabado a fuego en el ADN de nuestras sociedades, que incluso muchas mujeres caen en la trampa y se convierten en portadoras de mensajes y actitudes machistas, a pesar de considerarse todo lo contrario.
¿Son las mujeres, en ocasiones, su peor enemigo? Esta pregunta la ha querido responder Sandra Pica en su último vídeo de ‘MtMad’ que, analizando las redes sociales y su propia experiencia, llega a la determinación de que no son el peor enemigo, pero que en ocasiones sí que entorpecen la marcha hacia la evolución, el camino hacia el progreso, la lucha por la igualdad y por reducir esa brecha que separa a hombres y mujeres que les impide un desigual acceso a derechos y oportunidades.
Sandra Pica ha querido reflexionar sobre este delicado debate en un día tan señalado como el Día de la Mujer. Lo hace poniéndose a sí misma como ejemplo, narrando sus propias experiencias que le han llevado a pensar que, en ocasiones, las mujeres son más machistas que incluso que algunos hombres y lo que es peor, no son conscientes de ello: “los prejuicios siguen estando a la orden del día. Yo al final me paro a pensar: ¿estamos todas juntas un día o estamos todas juntas cada día? Cuidado, porque yo he visto a muchas mujeres hacer daño por la boca y me pasó justo el 8 de marzo del año pasado. Vi mucho ‘feliz día de la mujer’, pero luego vi mensajes de mujeres hacia mí llamándome zorra y puta”, plantea esta incongruencia en la que algunas de sus seguidoras han caído al declararse feministas para después increpar a otra mujer por tomar sus decisiones libremente y hacer con su vida lo que le plazca.
En relación a esto, Sandra Pica ha reconocido que no es la primera vez que se ha sentido víctima del acoso. Es más, recuerda su etapa escolar marcada por el bullying, una lacra que le ha marcado de por vida y cuyas secuelas aún arrastra: “Yo llegué a un colegio nuevo en cuarto de primaria y era la gorda de la clase. Te paras a analizarlo y la desgracia de todo esto es que ves que quieres te llamaban gorda eran todas chicas. Por eso he sentido que el rechazo a mi cuerpo era por ser una mujer con algunos kilos de más. Nunca un chico me ha llamado gorda”, plantea Sandra Pica para subrayar que, en ocasiones, lo que más daño hace a la autoestima de una mujer ha sido el comentario de otra.
Pero el machismo del que se queja Sandra Pica no solo se limita a su etapa estudiantil, sino que ya siendo famosa en televisión ha tenido que convivir con este tipo de comentarios por parte de mujeres que tratan de hacerla daño a través del desprecio de su físico o poniendo de relieve su trayectoria amorosa. Ella se dio a conocer en ‘La isla de las tentaciones’ y salió del brazo de Tom Brusse. Le fue infiel con Julen, aunque Tom no había perdido el tiempo, y en ‘Secret Story’ se habló de otros romances del pasado: “Recuerdo un programa en el que se dijo menudo recorrido tiene esta chica”. Sandra destaca que este comentario lo dijo una mujer y que sería impensable que se dijese lo mismo sobre un hombre que ha tenido varias relaciones a lo largo de su vida.
“Yo he sentido pena por Fani o por Mayka por todo lo que han tenido que aguantar por haber sido infieles. Esa también es la igualdad que buscamos, porque cuando lo ha hecho un hombre no se le ha juzgado ni una cuarta parte. El 70 u 80 por ciento del ciberacoso que yo recibo, quienes me llaman guarra, puta o zorra, viene de mujeres. Si queremos igualdad, empecemos por cuidarnos entre nosotras”, zanja Sandra Pica, que quiere crear conciencia de unidad en el Día de la Mujer para así afrontar los problemas que aún persisten en nuestra sociedad y no convertirse en sus propias peores enemigas.