Para los amantes de la literatura, pocos planes puede haber mejores que, después de leer un libro y hacerlo tuyo, recorrer físicamente los lugares en los que se desarrolla la acción y si, además, la propia autora es quien te hace de cicerone, ya es un auténtico sueño. Pues bien, SEMANA gozó de ese privilegio de la mano de Sandra Barneda, con la que visitamos la preciosa localidad costera de Ajo con motivo de la presentación de su nueva novela, Las olas del tiempo perdido (Editorial Planeta). Así, tuvimos la oportunidad de pasar 24 horas junto a Sandra y conocerla mejor.

En lugar de encontrar a la presentadora comedida y prudente de 'La isla de las tentaciones', pudimos llegar a la mujer cercana, divertida, atenta y aventurera, que tras disfrutar de una agradable comida en una hostería de Arnuero, encabezó un pequeño pelotón de improvisados ciclistas para recorrer las playas de Ajo. A lomos de una bicicleta eléctrica, Sandra nos trasladó a los veranos de la niñez y nos recordó la importancia de pertenecer a una tribu, como la de los protagonistas de su novela, para cerrar heridas que se arrastran del pasado. Hablamos con Sandra de su libro, de sus proyectos televisivos, pero, sobre todo, de la vida y del amor.

¿Cómo surgió esta novela?

Tenía claro que quería hablar de la amistad, empecé a tirar del hilo y me planteé hacer un reencuentro. Qué ocurriría si un grupo de amigos dejara de verse por un motivo y luego se reencontraran años más tarde. Y decidí que fuesen amigos de tu primera tribu, porque son aquellos que cuando te vuelves a encontrar, se recupera el espíritu de cuando eras pequeño.

La presentadora de televisión está viviendo un gran momento

Sandra Barneda: “El amor a veces consiste en dejar marchar, aunque duela”
Carlos Ruiz B.K./ Raúl Rodríguez (Ed. Planeta).

¿Por qué la acción se desarrolla en Ajo?

Quería hacer un homenaje a Cantabria, porque es una tierra que me chifla, y elegí Ajo porque es un lugar muy marcado por los acantilados y está novela te lleva a ese romper de las olas y te ayuda a ver que la vida es estar continuamente al pie de un acantilado. Pero este no es el lugar donde pasé mi infancia.

¿Y cuál es tu lugar?

Yo formé mi primera tribu en Blanes, en la Costa Brava. Mis padres, al ser cuatro hermanos, decidieron probar el camping. Yo fui allí desde los 2 hasta los 17 años. Ahora ya no tenemos tanto contacto, pero nos escribimos y quedamos para cenar una vez al año… Con ellos me sentía libre, descubriendo todo por primera vez. A mí me gustaría que este libro ayudara a que la gente se reencontrara y conectara con el carpe diem.

De hecho, el libro se lo dedicas a tu primera tribu.

Sí, aunque la novela no está inspirada en ellos, me vinieron mucho a la mente. Vamos a hacer un reencuentro, porque el 4 de octubre, que es mi cumpleaños, voy a presentar la novela en Cataluña y haré una pequeña fiesta a la que vendrán.

¿Cómo definirías este momento personal?

Muy estable, estrechando mucho vínculos con mis hermanos.