Mucho se ha hablado sobre ‘Rocío Siempre’, el concierto homenaje a Rocío Jurado en el que Rocío Carrasco y Fidel Albiac depositaron todas sus ilusiones y que supondría la despedida de la artista a una carrera dedicada a la música. Sin embargo, si hay a alguien a quien se echaba en falta sobre las tablas era a Rosario Mohedano. La sobrina de ‘la más grande’ ha seguido sus pasos en el mundo del espectáculo y es dueña de una voz portentosa, además de llevar sus raíces siempre por bandera y engrandecer la figura de su tía siempre que se sube al escenario. Es por eso que extrañó mucho que no que se quisiese contar con ella para el homenaje a su tía. ¿Por qué?
En el último episodio de ‘En el nombre de Rocío’, emitido este lunes en abierto en Telecinco, Rocío Carrasco afronta esta polémica en primera persona. En ese concierto que supuso el adiós de Rocío Jurado sobre los escenarios estuvieron convocados desde Mónica Naranjo a David Bisbal, Chayanne o Paulina Rubio. Pero ni rastro de su sobrina, que bien podría haber protagonizado un dúo con su tía para demostrar su talento. Sin embargo, Rocío Carrasco detalla ahora que ella le legó toda la organización a Fidel Albiac y que ella tan solo tomó la palabra para vetar a su prima, pues no le hacía especial ilusión que estuviese entre los artistas invitados en ese especial homenaje a su madre: “Yo no quería. Es la verdad”, sentencia sin reparo alguno, para después detallar la razón de su rotunda respuesta.
“Yo presento unos nombres y se me dice ‘Y Chayo’ y yo digo ‘Chayo no’. Lo entiendo, pero dímelo de otra manera”, detalla cómo se materializó el veto a Rosario Mohedano por parte de su prima, que sin embargo guarda una buena opinión sobre sus dotes artísticas. Rocío Carrasco alaba el trabajo de su prima, a pesar de que relación personal haga agua: “Considero que canta mucho mejor que otras personas que son muy famosas. No tengo ningún problema con Chayo, como profesional es una curranta nata y lleva luchando por lo que quiere toda la vida. Ante eso me quito el sombrero”, apacigua ahora las aguas pese al desplante de años atrás.
Sin embargo, a Rocío Jurado le hacía ilusión cantar con su sobrina en su adiós de los escenarios y finalmente Rosario Mohedano sí tuvo su momento de gloria, aunque Rocío Carrasco no estaba conforme con su presencia: “Es normal que mi madre quisiera cantar con su sobrina, pero si hubiese sido por mí, al metérmelo a capón, hubiera sido que no. No me he opuesto nunca a que mi madre hiciese lo que le diese la gana. Si ella consideraba que tenía que estar, que estuviera”, zanja Rocío Carrasco, que reconoce que fue Fidel Albiac quien le convenció de la necesidad de que su prima estuviese en esa cita tan importante para la familia: “Fidel me dijo ‘gorda, Cayo tiene que estar. No te lo tomes como que te lo han impuesto, tómatelo como una cosa bonita’. Me equivoqué y se decidió que estuviera”.
Esto, como no podría ser de otra forma, terminó desgastando la relación entre Rocío Carrasco y Rosario Mohedano, lo cual se extiende hasta estos mismos tiempos. Sin embargo, la hija de la cantante reconoce que el resultado final fue precioso y aunque a su prima “no le hizo gracia” saber que le habían intentado dejar fuera del homenaje, al final reconoce que Rosario y su madre protagonizaron un “dueto muy bonito”.