El viernes 11 de febrero de 2000 había sido un día de fiesta en el clan Jurado. Ese día en la Finca Yerbabuena José Ortega Cano y Rocío Jurado habían celebrado el bautizo de sus hijos Gloria Camila y José Fernando, al que había asistido toda la familia, incluida la hermana de los pequeños, Rocío Carrasco.
Pero tras finalizar la celebración, la hija mayor de la cantante cogió un AVE en Sevilla porque iba a asistir de invitada a un desfile en el Círculo de Bellas Artes en Madrid.
Todo era felicidad, tranquilidad y armonía, hasta que veinticuatro horas después llegó el accidente que trastocó la vida de todos. Se han cumplido ahora veinticinco años de ese 12 de febrero de 2000 que pudo terminar en tragedia.
El terrible accidente en la sierra de Madrid
Rociito y su flamante pareja de entonces, Fidel Albiac, sufrieron un gravísimo accidente de coche en una carretera de la sierra de Madrid. Alrededor de las cuatro de la tarde en el kilómetro 16 de la carretera comarcal 604, en un tramo repleto de curvas cerradas y peligrosas, el Mercedes que conducía Fidel (aunque era propiedad de Rocío) se salió de la calzada. Dio varias vueltas de campana, volcó y terminó deslizándose sobre el techo durante veinte metros.
La portada de la revista SEMANA con Rocío Jurado destrozada, en la que se daba la noticia del terrible accidente de su hija.
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El brutal impacto dejó atrapada a Rocío entre el amasijo de hierros en los que quedó convertido el coche, con su cabeza pegando en el asfalto; mientras que Fidel, conmocionado, pudo salir del vehículo por su propio pie.
Los bomberos sacaron a Rocío entre el amasijo de hierros
Hasta el lugar del accidente llegaron rápidamente dos dotaciones de bomberos y la Cruz Roja. Fueron los bomberos los que lograron sacar a la hija de Rocío Jurado, y dada la gravedad de las heridas, fue trasladada en un helicóptero al hospital 12 de Octubre. "Estaba semiinconsciente", dijo uno de los bomberos que intervinieron en el rescate.
Por su parte, Fidel Albiac, con heridas leves, llegó al mismo centro en una ambulancia. Esa misma noche fue dado de alta y salió del hospital con una venda en la frente y un collarín debido a una contusión cervical.
Fidel Albiac solo sufrió heridas leves y fue dado de alta la misma noche del accidente.
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En cambio, Rocío Carrasco estuvo a punto de perder la vida. Había sufrido un gran traumatismo craneoencefálico, una herida profunda en la cabeza y una fractura con luxación de la quinta vértebra cervical. El diagnóstico era grave cuando ingresó en la UCI del hospital. Según relató su propio tío Amador Mohedano: "Los doctores dicen que se ha salvado de milagro".
Ingreso en la UCI y primer parte médico
El primer parte médico fue emitido al día siguiente: "La paciente Rocío Carrasco Mohedano ingresó ayer, 12 de febrero, a las 17 horas. Tras ser examinada y atendida por el servicio de la Unidad de Cuidados Intensivos, sección de politraumatizados, fue ingresada en la sección de Neurocirugía. La paciente presenta traumatismo craneoencefálico, herida inciso-contusa en cuero cabelludo, fractura con luxación de la quinta vértebra cervical. Se encuentra estable desde el punto de vista sistémico y neurológico, con pronóstico grave".
Rocío Jurado a su llegada a Madrid procedente de Sevilla tras ser avisada del accidente.
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Unas horas después del accidente, Rocío Jurado, completamente abatida, llegaba a la estación del AVE de Madrid procedente de Sevilla, acompañada por su marido, José Ortega Cano. Un viaje terrible y angustioso, aunque Pedro Carrasco, que fue quien le dio la noticia, le contó que el accidente había sido menos grave de lo que se había pensado en un principio. Pero ella no podía estar tranquila hasta que no viera a su niña con sus propios ojos.
Rocío Jurado, sin separarse de al lado de su hija
Nada más llegar a la estación de Atocha un coche los estaba esperando para trasladarlos al hospital. Alrededor de las diez de la noche, escondiendo el dolor tras una gafas de sol y sin poder articular palabra, la cantante entró al hospital para, por fin, poder estar con su hija.
En toda la noche, Rocío y Pedro Carrasco, acompañados de sus respectivas parejas, José Ortega Cano y Raquel Mosquera, no se separaron de su hija.
La indeseada visita de su ex, Antonio David
Al día siguiente fueron muchos los amigos que se acercaron al hospital, incluido Antonio David, que hacía unos meses que se había separado de Rocío. Las relaciones familiares no eran buenas, pero el ex guardia civil consideró que debía estar cerca de la madre de sus dos hijos, a pesar de que según cuentan las crónicas de la época, su presencia no fue bien recibida.
Pero la tensión familiar no solo se debía a la preocupación por el estado de Rocío. También Fidel Albiac visitando a su novia en el hospital provocaba el rechazo familiar.
Cambio de la cerradura y la caja fuerte
Pedro Carrasco, José Ortega Cano y Amador Mohedano fueron al domicilio de Rocío Carrasco para cambiar las cerraduras, llevarse la caja fuerte y artículos de valor debido a su larga estancia en el hospital y la posterior convalecencia en casa de su madre. Al parecer, no confiaban en el novio de Rociito.
En aquel momento la hija de la cantante y Fidel llevaban pocos meses de relación y el sevillano no había sido bien recibido en la familia. Incluso, en los primeros momentos, le impidieron acompañarla en el hospital: "Mi familia no se lo puso fácil a Fidel. No lo atendieron lo suficiente. Mi padre le dijo que era mejor que se fuera del hospital. Todos ellos se permitieron el lujo de hacer eso porque creían que me iba a morir", reconoció la propia Rocío en su documental 'Contar la verdad para seguir viva', muchos años después.
Y continuó acusando a su familia y defendiendo a su hoy marido, como ha hecho en todo este tiemp, cuando lo los lazos familiares ya estaban totalmente rotos: "Ellos le culpaban del accidente, pero ninguno fue consciente de que él también se podía haber matado. ¿Dónde está la humanidad? Eso no se hace. A Fidel le echan de mi casa. No tenían derecho. Era mi casa”.
Rocío Carrasco se sometió a una operación muy delicada
Amador Mohedano se defendió de estas palabras de su sobrina afirmando que todo había sido idea de su hermana Rocío Jurado porque "no se fiaba de Fidel".
El transcurso de los días fue calmando los nervios ante la mejoría de la joven, pero todavía quedaba por llegar una larga y delicada operación. Diez días después del accidente, Rocío entró en el quirófano para colocarle unos anclajes en la vértebra y una placa para fijarla; una operación complicada, ya que había que evitar tocar la médula para no provocar una lesión irreversible.
Fueron siete horas de angustia hasta que los doctores comunicaron a la familia que todo había salido bien.
Rocío Carrasco salió del hospital en silla de ruedas acompañada por su madre, Rocío Jurado.
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Un largo periodo de recuperación
Llegó entonces un largo y duro proceso de recuperación. Primero en el mismo hospital, donde Rocío, todavía delicada, pero ya consciente para tomar sus propias decisiones, contaba con el apoyo de Fidel, y luego en la casa de su madre de La Moraleja, a la que se trasladó nada más recibir el alta.
Sin embargo, la estancia en la casa materna fue corta. Estuvo cinco días, tras los cuales se fue a su casa con sus hijos y Fidel. A pesar de llevar un collarín, Rocío quería recuperar cuanto antes su normalidad.
Rocío Carrasco con collarín, en su primera aparición pública tras el accidente.
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Cinco meses después del accidente, el 4 de julio de 2000, Rocío Carrasco hizo su primera aparición pública en el programa de Telecinco de María Teresa Campos. Allí, con el pelo muy corto y todavía con su collarín, proclamó su amor por Fidel Albiac. Un amor que 25 años después continúa por encima de todo y de todos.