Ricky Martin ya respira tranquilo después de una de las peores semanas de su vida. La traición de su sobrino, Danniel Yadiel Sánchez, que le acusaba de violencia doméstica, ha llegado a su fin después de que el joven decidiese retirar la demanda por propia decisión, dando por finalizada la batalla legal que mantenía al cantante con el alma en vilo. Así lo ha dado a conocer el juez que iba a instruir el caso este jueves, durante la vista en la que han acudido ambas partes enfrentadas.
El sobrino de Ricky Martin ha decidido no seguir adelante con sus feas acusaciones y en la vista, acompañado de su abogada, Jessica Bernal, ha comunicado su intención de quitar la demanda de manera voluntaria, libre y sin presiones. Algo que sorprende, pues hace tan solo unos días denunciaba haber recibido dos llamadas de teléfono en el que le amenazaban de muerte si finalmente decidía seguir adelante en su empeño de acusar a su tío de violencia doméstica y se atrevía a hablar en el juicio. Al final ha hablado sin miedo, aunque sea para decir que se retira de la batalla y da por vencedor al cantante, que por fin descansa de un calvario que le ha sobrevenido sin previo aviso y causándole un gran dolor existencial.Para acallar todas las habladurías surgidas sobre este caso, Ricky Martin ha mandado a sus abogados redactar un comunicado de prensa en el que se expresaba su alegría por el fin del proceso judicial por violencia doméstica y, de paso, remarcar su inocencia y dejar claro que al final “la verdad prevalece”. Así, dejan claro que “Ricky Martin y su equipo legal insistieron en que no había veracidad en las alegaciones hechas contra él, confianza que quedó confirmada con el resultado de la audiencia”. También quieren remarcar que “este siempre fue un asunto puramente civil y que, como acaba de concluir el Tribunal, no fue más que reclamos desafortunados de un ciudadano. Estamos contentos de que nuestro cliente vio que se hizo justicia y ahora puede continuar con su vida y su carrera”.
El sobrino de Ricky Martin le acusaba de acoso el pasado 1 de julio, por lo que obtuvo una orden de alejamiento provisional hasta que se pronunciase el juez: “Las partes se relacionaron por siete meses. Se separaron hace dos meses, pero el peticionado no acepta la separación. Lo llama con frecuencia. Además, el peticionario lo ha visto merodeando su residencia en al menos tres ocasiones. El peticionario teme por su seguridad”, alegaba en su día, para después desdecirse en la vista judicial de este jueves, retirando su demanda y dejando que Ricky Martin se haga con la verdad de que él no ha hecho nada de lo que se le acusaba.