El pasado 26 de diciembre un parte médico del Hospital 12 de Octubre de Madrid revelaba el peor de los diagnósticos: Raphael (81) tenía un linfoma cerebral por el que ya estaba siendo tratado con quimioterapia.
El cantante llevaba nueve días ingresado, después de sentirse indispuesto mientras estaba grabando el programa 'La revuelta', de TVE. Fue un duro golpe, aunque con el paso de los meses su evolución está siendo muy favorable y ya se comienza a hablar de su vuelta a los escenarios, retomando la gira que tuvo que suspender.
Pero este no ha sido el único episodio complicado de salud que ha atravesado. Hace ahora veintidós años la vida de uno de los cantantes españoles más aclamados de todos los tiempos pendía de un hilo. ¿El motivo? Necesitaba un trasplante de hígado urgente.
El cantante entró en el quirófano para el trasplante de hígado al límite.
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La urgencia de encontrar un donante compatible
Toda la familia se había hecho las pruebas, pero la única compatible era su hija Alejandra, que en ese momento estaba embarazada. Por ello, la única solución era la llegada de un donante.
Fue el 1 de abril de 2003 cuando todo cambió para la familia Martos-Figueroa. Ese mediodía, Natalia Figueroa, la mujer del artista, recibió la llamada que llevaban tres meses esperando desesperadamente. Había un hígado compatible para realizar el trasplante que necesitaba Raphael.
El cantante vivió el momento más difícil de su vida.
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El cantante se encontraba en el límite del tiempo. Y esa misma tarde fue sometido al trasplante en el Hospital 12 de Octubre, con el doctor Enrique Moreno, jefe del Servicio de Cirugía General del Aparato Digestivo y Trasplante de Órganos Abdominales y Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 1999, al frente. El doctor recibió la llamada cuando se encontraba en un restaurante y acudió inmediatamente al hospital.
Tres meses de angustia esperando la llamada
Habían sido tres meses de sufrimiento, angustia y nervios ante la posibilidad de que no llegara a tiempo. Meses de verlo sin fuerzas, deteriorándose día a día e ingresando en varias ocasiones debido a los problemas de salud. La montaña rusa de emociones que sufría la familia estalló en ese día que nunca olvidarán.
El cantante y su esposa, Natalia Figueroa, quien recibió la esperada noticia de la existencia de un donante.
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La alegría se mezcló con los nervios, como la propia Natalia Figueroa contó en ese momento: "La coordinadora de trasplantes me llamó al mediodía y nos dijo que fuéramos enseguida. ¡Imagínate los nervios! No podíamos ni hablar entre nosotros. Raphael se encontraba en ese momento durmiendo la siesta. Fuimos al hospital y esperamos hasta que entró en quirófano. Nos dijeron que nos volviéramos a casa porque estas intervenciones pueden durar hasta diez horas. Nos llamaban cada hora para contarnos cómo iba todo. Fue muy angustioso".
Una operación que fue un éxito
En el caso de Raphael la operación no llegó a las seis horas y todo se desarrolló sin complicaciones. Al abrir los ojos, y porque así lo quiso su mujer, a la primera persona que vio fue a su hijo mayor, Jacobo. Él recordaría años más tarde en un programa de televisión homenaje a su progenitor: "Normalmente los padres vemos nacer a nuestros hijos, pero aquel día vi nacer a mi padre".
Al día siguiente el doctor Moreno ofreció una rueda con todos los detalles: "Raphael padecía una insuficiencia hepática terminal complicada con una insuficiencia renal debido a una cirrosis de etiología viral. Debido a la gravedad del paciente, ya que padecía ascitis, ictericia y extrema delgadez, por lo que su vida corría peligro".
El cantante, en su primera aparición ante los medios tras la operación.
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El cantante se recuperó rápidamente. Durante sus días en el hospital recibía las visitas de su mujer y sus tres hijos, leía, pero, sobre todo, hacía planes de trabajo.
La vuelta a casa del cantante en Boadilla del Monte
Al mediodía del 13 de abril recibió el alta médica y regresó a su casa en la urbanización de Montepríncipe en Boadilla de Monte (Madrid). "He vuelto a nacer", con estas contundentes palabras recibía Raphael a SEMANA y a otros medios de comunicación en su casa, apenas un mes después de recibir el trasplante de hígado.
El cantante en su casa de la urbanización de Boadilla del Monte en Madrid.
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Feliz y en plena forma (aseguró que solo dos días después de la intervención comió judías con chorizo y una chuleta de cerdo), él mismo relataba todo el proceso: "Hubo momentos en los que temí que no llegara, y luego, cuando sucedió, no sabía si tendría éxito. Me dio una ataque de miedo cuando Natalia me lo dijo. Me llevaron al hospital, y como soy tan valiente para lo gordo, como grimoso para las pequeñeces, no hubo problema. Cuando me llevaban al quirófano llamé a mi secretaria para que me dijera si había llamado para unos derechos en el Teatro Real. Con la anestesia pensaba en mi trabajo".
La bebida, causante de sus problemas de salud
Raphael regresó con la misma fuerza de siempre y retomó la carrera en la que continúa siendo un número uno. Cinco meses después de la operación, volvió a los escenarios con un concierto en el Teatro de la Zarzuela en Madrid.
Raphael, en una actuación.
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Él mismo, pasado el tiempo, recordó sus problemas con la bebida que le llevaron al límite: "En ese momento mi vida se iba, además, por una memez absurda que fui aumentando sin darme cuenta y todo por dormir, por dormir, por descansar... y se formó una pelota que pudo costarme la vida. No bebía por el hecho de beber. Yo quería dormir. Empezó en los aviones y después en los hoteles cuando pusieron los minibar. Y me bebía una, luego dos... y dormía como un lirón, toda la noche, y al otro día podía cantar como los ángeles, bien descansado, pero claro, me estaba pudriendo un órgano vital. He dormido muy mal casi siempre. Últimamente duermo de maravilla, desde que me trasplantaron".
El pasado 16 de diciembre el cantante acudió al programa 'El Hormiguero' de Pablo Motos. Al día siguiente fue ingresado y le detectaron el tumor.
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Ahora Raphael afronta otra dura prueba de salud, de la que seguro, una vez más, saldrá con las mismas ganas de vivir y de seguir con pasión sobre un escenario.
El cantante y su mujer con sus tres hijos: Jacobo, Alejandra y Manuel y sus respectivas parejas, Álvaro de Arenzana, Toni Acosta y Amelia Bono, de los que todos están separados.
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Siempre discretos, pero muy amables con los medios de comunicación, a lo largo de estos meses sus hijos han ido contando la buena evolución del tratamiento y el buen ánimo con el que está afrontando todo el proceso el artista de Linares, ante el optimismo de los médicos.
Sin embargo, aunque los escenarios son su pasión, el artista es consciente de que el camino es lento y todavía es pronto para anunciar una posible vuelta a los escenarios. La gira '60 años sobre los escenarios' que tuvo que suspender cuando se le diagnosticó la enfermedad no está anulada.
De hecho, en su página oficial siguen a la venta los conciertos que comenzarían el 17 de mayo en el auditorio de la Rotondo de Elche y finalizaran el 20 de diciembre en el Palau San Jordi de Barcelona, pero todo dependerá de si llegado el momento se encuentra al cien por cien.
Raphael ha hecho su primera aparición pública acudiendo a su agencia de representación. Sonriente y con un magnífico aspecto aseguró "estoy muy bien". Y sobre su vuelta a los escenarios: "No lo sé, yo también tengo ganas de volver. Todavía no lo sabemos".