Tóxica, así ha definido Sofía Suescun la relación que mantiene con su madre, Maite Galdeano. Ambas han pasado de ser inseparables a romper lazos de forma pública. ¿Existe posibilidad de que lleguen a un entendimiento? ¿Las veremos reconciliarse próximamente? Consultamos a la psicóloga Lara Ferreiro para conocer los pasos que deben seguir.
La experta, autor del libro 'Adicta a un gilipollas', afirma que deberán atravesar seis pasos para reconciliarse. El primero de ellos es la terapia familiar o individual con el objetivo de resolver la toxicidad que existe en su relación. La terapia está indicada para las dos y puede que Sofía Suescun presente traumas del pasado, según la psicóloga.
Reconocer errores, esencial para que Maite Galdeano y Sofía Suescun acerquen posturas
"Maite, a lo mejor, podría tener este síndrome de madre que no asume que su hija ya es mayor", subraya. En la terapia, ya sea de tipo familiar o individual, es vital reconocer los errores para seguir dando pasos firmes en la relación.
En cuanto al perfil de Maite Galdeano, la experta indica que podría tratarse de una "madre helicóptero" que sobrevuela alrededor de su hija y no asume que esta se hace mayor. "Siente que su hija es de su propiedad, que es una prolongación de ella y que es una consecuencia de sí misma".
El segundo paso a seguir es arreglar la situación entre Kiko Jiménez y Maite Galdeano. "De lo contrario siempre va a haber ahí un impedimento. Es necesario que haya una convivencia buena en este triángulo. Un acercamiento entre Kiko y Maite. Además, ellos viven juntos, invierten juntos", manifiesta.
El tema de que suegra y yerno acerquen posturas es fundamental y será necesario para una reparación de daños. "Que cada uno ponga lo que necesita para avanzar".
El tercer paso en el proceso sería pactar ciertas normas en la convivencia. Es decir, hablar a fondo sobre temas importantes, por ejemplo dónde va a vivir Maite. La psicóloga indica que quizás sea una opción que viva en otro barrio diferente al de su hija y que se pacten las visitas, también las llamadas telefónicas que se hacen por semana. "Cada uno tendrá que exponer lo que necesita".
Poner límites, regla de oro para que madre e hija lleguen a un entendimiento
El paso cuarto es aprender a poner límites. Si se da una situación que no sea conveniente, es fundamental saber poner esos límites para no empeorarlo todo. "No desde la agresividad, no desde el plató, porque si no, eso es ventilar ahí los problemas de una forma un poco tóxica. Saber poner límites y tener una comunicación eficaz", asevera.
La comunicación es clave, también no normalizar comportamientos tóxicos para que Sofía Suescun y Maite Galdeano pueden volver a retomar los lazos tan estrechos que mantenían en el pasado. La comunicación entre ambas tiene que ser "abierta, honesta, que exprese cada una de ellas qué sentimientos, qué pensamientos, de forma respetuosa para poder empatizar. Ponerte en el lugar de la otra persona".
Lara Ferreiro afirma que se trata de un proceso largo. "Esto no va a ser de la noche a la mañana" en el que tienen que intentar no repetir las situaciones que les han abocado a esta disputa familiar. "Es importante que no se echen la culpa. Aquí todos son responsables".
El quinto paso es el perdón que llega cuando ya han arreglado las cosas y han puesto los límites necesarios para una convivencia sana. "El perdón viene con el paso del tiempo. Se necesita paciencia y comprensión. Es un proceso lento y llevan muchísimos años con estas conductas". La experta nos explica la importancia de que cada una tenga su propio espacio en el que puedan llegar a cuidarse.
La reconciliación pública, la última fase que cierra el proceso
El proceso se cerraría con la fase 6 que es la reconciliación pública. "Todo este proceso se tiene que hacer en privado", afirma la psicóloga. Asimismo hace hincapié en que visitar platós de televisión no ayuda a gestionar el dolor. "Antes de ventilar cualquier cosa que primero se arreglen ellos".
Lara Ferreiro subraya que es fundamental que Maite Galdeano acepte a la pareja de su hija. "Si considera que es una mala influencia, que se lo diga de una forma sana, pero no metiéndose con él". Cuando madre e hija consigan haber pasado por todas las fases anteriores y exista un perdón real, unas nuevas normas pactadas, una relación buena entre ellas y se haya integrado la figura de Kiko Jiménez, entonces vendrá, por fin, la esperada reconciliación pública.