El hermano de Rocío Jurado ha recibido una muy buena noticia por la que puede respirar tranquilo.
El 2024 no empezaba de la mejor manera para Amador Mohedano. El hermano de Rocío Jurado se situaba en el ojo del huracán al estar a punto de ser desahuciado de su vivienda por una deuda de más de 247.000 euros. El plazo para abonar esta suma de dinero vencía el pasado martes, 16 de enero, aunque finalmente el protagonista ha conseguido un aplazamiento para pagar lo que, por el momento, hace que respire tranquilo.
Aunque la deuda sigue estando ahí, Amador Mohedano dispone de más tiempo para hacerse con el dinero y, al menos, conservar la vivienda que en su día perteneció a su hermana. Una buena nueva por la que Antonio Montero se ha intentado poner en contacto con él en ‘Así es la vida’, momento en el que el exmarido de Rosa Benito le ha atendido pese a encontrarse echándose la siesta: “Estoy contento, ya cuando me diga el inspector se realizarán los pagos”, ha confesado, dejando entrever que está mucho más tranquilo y relajado que hace unos días.
El punto de inflexión que marcó la decadencia económica de Amador Mohedano
En cuanto se dio a conocer la noticia, Amador concedió una entrevista en ‘Cadenajuanjovlog’ en la que se sinceraba como nunca antes sobre su situación económica: “Estoy muy mal, que me pase a mí esto a estas alturas…”, se lamentaba. Además, consideró que uno de los motivos de sus problemas con Hacienda es su divorcio, ocurrido en el año 2013: “Desde que yo recibí la carta de divorcio de mi mujer, a mí la mente se me nubló y no quise saber nada de nada”, expresaba. Y es que, el tío de Gloria Camila Ortega aseguró que se veía en el futuro solo y a punto de jubilarse, y esto hizo que no supiera gestionar todos los asuntos que se le venían encima.
El más importante de ellos tenía que ver con la posible retirada de su vivienda por parte de la Agencia Tributaria. A comienzos de este año, Mohedano recibía una notificación en la que el Fisco le advertía de su situación límite, lo que le mantenía “agobiado”. Aún así, lo que al padre de Rosario Mohedano más le preocupaba no era quedarse sin la pensión de 850 euros que cobra, ni tampoco con los ahorros de sus cuentas bancarias, sino que la finca en la que permanece pudiera salir a subasta.
Finalmente, todo ha quedado en un susto y Amador ha asegurado que está dispuesto a colaborar con la Justicia para reducir a cero su deuda y comenzar una nueva vida sin cargos de este tipo. Cabe destacar que en este proceso ha contado con el apoyo de su hermana Gloria, que estaba dispuesta a comprar el terreno íntegro en caso de que saliera a subasta tanto por el bien de su hermano como por la memoria de ‘la más grande’.