La reina de los belgas ha sido dada de alta del hospital después de sufrir en la noche del pasado 25 de septiembre un derrame cerebral mientras se encontraba de vacaciones en Venecia junto a su marido, el rey Alberto.
Alta hospitalaria
La levedad del mismo hizo que posteriormente pudiese ser trasladada a Bruselas, en concreto a la clínica universitaria Saint-Luc, donde continuó siendo tratada y sometida a diferentes pruebas clínicas. Allí recibió la visita inmediata de su primogénito, el rey Felipe. Según fuentes palaciegas, Paola de Bélgica ha tenido una rápida recuperación del accidente cerebrovascular y que no le ha dejado secuelas permanentes, aunque le ha sido prescrita una medicación adecuada.
Salud delicada
La reina Paola, que cumplió 81 años el pasado 11 de septiembre, fue sometida a un examen médico completo, tras lo cual decidieron darle alta del hospital. Ahora continúa su recuperación junto a su familia en el castillo de Belvedere en Laeken, Bruselas, guardando reposo. No es el primer susto de salud que protagoniza, sobre todo desde 2015, cuando le detectaron una arritmia cardíaca. En 2016 se le diagnosticó una osteoporosis, que le provocó la fractura de una vértebra y de la cadera al año siguiente, por lo que se ha visto obligada a apoyarse en un bastón para caminar.