Pablo Motos se sometió hace tan solo tres días a una operación de brazo y ya no usa el cabestrillo que le inmovilizaba la articulación. El presentador se interesó por el estado del esguince de Tamara Falcó, que se realizó en una caída en su programa, y desveló de paso cómo se estaba enfrentando él a su lesión. "El doctor me dijo que no me lo quitará, pero lo he hecho. Ha sido porque he querido", confesó ante los colaboradores en 'El Hormiguero'. Esta decisión del presentador viene tras notar que su movilidad ya mejora. "Me ha dicho que todo depende de sus hilos, puedo moverlo y prefiero estar así", explica.
Aunque hoy es el primer día que aparece en Antena 3 sin este soporte, ya en sus redes sociales para grabar pequeños vídeos con sus invitados se lo quitaba. Ahora mientras, en sus propias palabras, controle el movimiento todo estaría bien. "Lo peligroso cuando hay una operación seria son los primeros quince días" por lo que ahora tiene que tener cuidado pues ni siquiera hace una semana desde que el presentador se tuvo que someter a una de urgencia. El mismo Pablo Motos fue el que desveló a todos qué le sucedió para tener el brazo así: "El pasado viernes practicando boxeo me rompí el 90% del tríceps. Es una avería muy seria y se me quedó solo un hilito sujetando el músculo". El susto parece que ya ha quedado atrás y el presentador se siente mucho mejor y, por ello, deja atrás al menos por el programa de este jueves, el cabestrillo. Llegó incluso a bailar así la canción de introducción el programa, aunque no separó su brazo del cuerpo y tuvo cuidado de mantenerlo así.
Pablo Motos desvela cómo fue su operación de tríceps de urgencia
Lo cierto es que, aunque ahora parezca que Pablo Motos está mejorando, el susto en el cuerpo no se lo quita nadie. Le surgían muchas dudas a la hora de enfrentarse a una operación de tríceps de esta magnitud. Sin embargo, el doctor se encargó de que no fuera así: "Me dio seguridad. Me dijo que estaba chupado, que me lo iba a dejar súper bien para que en dos meses pudiera volver a hacer el bruto". Al principio no pareció darle la importancia de lo que realmente ha supuesto esta operación. "Si no hubiera sido por el doctor hubiera perdido toda la fuerza en el brazo para siempre y parte de la movilidad. Le mando todo mi agradecimiento. Me he librado de una gorda, esta vez ha sido gorda", confiesa ante las cámaras.
Lo que más le asustaba en ese momento era la anestesia, el qué pasaría después. En que todo fuera bien jugó un papel determinante, además de su mujer, una de las enfermeras que está presente en varias de sus operaciones. "La primera vez que me operaron, y llevo ya cinco, entré en pánico en el quirófano y allí estaba ella. Me cogió de la mano hasta que la anestesia me durmió. Esa mirada no se olvida", recuerda. Nada más salir de la operación lo primero que recibió fue la compañía y el buen humor de su mujer, para la que también ha tenido unas palabras. "Sin saber muy bien dónde estaba, mi mujer me dijo que me pusiera de pie y me hizo esta foto. Ahora me llama 'Supermanco'", escribía. Está deseando que la operación haya sido un éxito y su recuperación sea lo más rápido posible. A través de sus redes sociales comparte con "nostalgia" uno de sus últimos entrenamientos una semana antes de la lesión deseando que se pueda pronto a repetir.