A sus 34 años, Omar Montes se ha convertido en un cantante de éxito, pero su vida no ha sido un camino de rosas. El artista se ha sincerado con Paz Padilla en el programa 'Déjate querer' donde ha repasado su dura infancia.
"Vivía en un barrio complicado. Hemos pasado bastantes fatigas. Yo me críe en unas chabolas con mis abuelos y con mi madre. Yo tenía mi barreñito azul en el que me bañaban en el patio. Ahí me veían todos los niños bañarme y, claro, para mí era lo normal. Ahora, flipo. Voy a mi casa y pienso que igual esto no era lo normal, pero a mí me agradaba", ha explicado. Asimismo, el músico ha relatado que la familia pasó muchas penurias. "A veces si comías, no cenábamos. Mi madre se ha vuelto loca pidiendo ayuda. Otra cosa es que no la ayudaran todo lo que necesitaba, puesto que hay mucha gente necesitada y más en aquellos barrios".
La salvación de Omar Montes
Aunque muchos crean que el refugio de Omar Montes fue la música, se equivocan. Su principal salvación fue otra: "A mí me salvó el gimnasio y el boxeo", ha confesado. El cantante ha explicado que la música vino tiempo después. "Siempre he cantado, pero nunca me ha funcionado el cante. Conseguí pegarla con la canción 'Conmigo' con mi hermanito Moncho, pero antes de eso no había dinero. Yo invertía en música más que ganaba".
Un punto de inflexión en su vida fue cuando tiraron la chabola en la que vivía con su familia y les dieron un piso en el madrileño barrio de Carabanchel, cerca de Las Palmeras, ahí fue donde se crio muy unido a su amigo Moncho. "Tenía un pisito al lado en el que yo me quedaba mucho a dormir, en Pan Bendito, mi crie ahí entre un lado y el otro".
El cantante ha sorprendido a una fan, Moraiba, quien viajó en su día desde su pueblo hasta la casa de Omar Montes en Madrid para verle de cerca. Finalmente no pudo hacerlo, pero no se fue con las manos vacías: le robó el felpudo de su hogar. Ella ha aprovechado la ocasión para pedirle disculpas. "Le pido perdón por haberle robado el felpudo. Le admiro porque es una persona muy buena, es humilde y se hace querer, bueno y perdón por robarte el felpudo". La sorpresa ha concluido con un bonito detalle por parte del músico: un felpudo personalizado con las caras de ambos acompañadas por sus nombres.