Han pasado seis meses desde que Daniel Sancho (30 años) se convirtiese en el centro de todos los titulares después de presuntamente asesinar y descuartizar a Edwin Arrieta (44) en Tailandia. El hijo de Rodolfo Sancho (49) se encuentra en prisión provisional desde el siete de agosto por cometer estos crímenes, ya que fue él mismo el que confesó haberlos cometido a la policía del país asiático. Un caso que se extendió a la prensa internacional y del que no dejan de salir nuevas evidencias, a tan solo tres meses del juicio. Todo apuntaba a un crimen pasional, ya que parecía que ambos tenían una estrecha relación desde hacía tiempo, pero ahora han salido a la luz una conversación íntima que podría cambiarlo todo.
La última conversación entre Daniel Sancho y Edwin Arrieta
Mensajes privados y conversaciones potentes que Daniel Sancho y Edwin Arrieta mantuvieron por WhatsApp horas antes de que el cocinero lo asesinara: eso es lo que se ha destapado con la publicación del sumario, a la que han tenido acceso varios programas de televisión. Nuevos detalles que podrían dar un giro en el caso del cocinero y en su futuro en Tailandia. Ha sido 'TardeAR' el espacio que ha dado a conocer estos íntimos mensajes, en los que se puede ver claramente el tipo de relación que ambos mantenían: "Chiqui, ¿entonces a qué hora te espero en el puerto?".
Al parecer, el colombiano le envió un vídeo en una lancha a través de la aplicación móvil a Sancho justo cuando llegó a la isla de Koh Phangan. "¿Vas en esa lancha? ¿Te agarraste un barco privado? Jajajaja. Menudo sinvergüenza", le contestó el cocinero, a lo que el cirujano plástico respondió: "Jajajaja. Voy a dar una vuelta primero. Te aviso cuando vaya para que salgas". Sin embargo, de la conversación siguiente se puede palpar un malentendido entre ellos, que desencadena en unos mensajes en los que se muestran enfadados.
"Chiqui, ¿entonces a qué hora te espero en el puerto? Ya estoy aquí esperando porque supuestamente llegabas en 20 minutos", le volvió a escribir minutos más tarde Daniel Sancho. Ahí es donde Edwin se molesta y le dice tajante: "Ve a dar una vuelta". "¿Pero a dónde vas? No entiendo. ¿A dar una vuelta por dónde? Pero si está lloviendo", le contesta confuso el hijo del actor. La conversación continúa con pullitas por parte del español a su acompañante: "Ah fenomenal, llegas y te vas a hacer un plan tú solo y yo aquí esperándote en el puerto", algo que divierte al médico y le contesta diciéndole que es un "enojón".
Tal y como se ha podido desvelar en esta conversación, el mote cariñoso que tenían entre ellos y que es determinante para explicar qué tipo de relación mantenían es el de "chiqui", ya que el fallecido es el que se lo dice de vuelta en esta ocasión: "Chiqui, tengo que quererte mucho para hacer esta travesía". Es entonces cuando Daniel Sancho le escribe una frase que podría ser de lo más reveladora en el caso sobre la muerte de Edwin Arrieta. A la respuesta de un selfie del italiano, el cocinero le responde: "Nos tomamos algo aquí, Koh Pha Ngan te va a recibir abriéndose el cielo". Sin embargo, sucedió todo lo contrario pero el cirujano plástico, ajeno a todo lo que estaba por venir, le contestó al chef: "Sí, son bendiciones".
La coartada que desarrolla el hijo de Rodolfo Sancho
Aparentemente, es después de esos mensajes cuando ambos se encuentran y pasan la noche juntos. También cuando sucede su asesinato. Pero los mensajes de Sancho en la conversación de Arrieta le servirán después para desarrollar una coartada. De lo más preocupado, los mensajes son ahora solamente del hijo de Rodolfo Sancho, que empieza a preguntarle dónde se encuentra y por qué no le contesta: "Chiqui, ¿dónde estás? Estoy con una volada terrible. ¿A dónde te has ido? Tengo poca batería y no me cargan esto en ningún lado. ¿Dónde estás?". Dos horas más tarde, sigue con la misma estrategia: "Chiqui, ¿dónde estás? Estoy muy muy preocupado. Hace horas que no te veo. ¿Te has metido en la locura máxima de Haad Rin? Llevabas todas tus cosas, la plata, el móvil... Chiqui, por favor, tienes que responder. Voy a tener que llamar a la policía".
La conversación entre ellos concluye de la misma manera, con unos últimos mensajes de Daniel Sancho a las cinco de la mañana: "Voy para el hotel. Chiqui, por Dios, espero que estés ahí y que simplemente hayas perdido el móvil o la bolsa. No entiendo nada. Tengo miedo. Había venido a buscarte a la playa que estuvimos antes. Porque era el lugar que conocías. No estabas en el hotel. No estás en el otro hotel. Dios chiqui. Has desaparecido demasiadas horas. ¿Qué cojones hago? No tengo a quién contactar". Ahí es donde termina su conversación pero donde empieza el caso, ya que el cocinero fue a la comisaría para denunciar la desaparición de su amigo y después confesarse ante la policía.