Cambió de residencia hace cinco años, huyendo del ajetreo de Madrid. Ahora vive de manera permanente en Casarrubios del Monte (Toledo) junto a su compañera de vida, sus diez perros -alguno que otro adoptado-, que le ayudan a conectar con la inocencia y la pureza del mundo animal, además de convivir consigo mismo. "Para poder vivir en el campo, te tienes que llevar muy bien contigo, porque para estar con uno mismo en soledad o tienes una buena relación o al final se te viene encima", asegura Nicolás Coronado Dominguín (36 años).
Nicolás lleva la carga de los apellidos que han escrito páginas en la historia de nuestro país. Por sus venas corre la interpretación, heredada de su padre José Coronado (66 años), su madre Paola Dominguín y su abuela materna, la entrañable e icónica Lucía Borloni Bosé musa del neorrealismo italiano de pelo azul, pero que en casa era "la mami". Y por el otro lado, lleva el arte del toreo de Luis Miguel Dominguín. Sin embargo y a pesar de pertenecer a una gran dinastía, Nicolás es tipo cercano, humilde, coqueto, presumido, pero sobre todo un gran conversador que mantiene perenne esa inocencia de niño que le acompaña siempre.
Nicolás, apenas conocemos de ti más allá de saber que provienes de una familia con mucho arte y de pronto das el salto a un reality. ¿Cómo es posible que te expusieras del modo en el que lo hiciste, quitándote la ropa en el programa de Mediaset 'Desnudos por la vida'? Apenas conocemos de tu vida y de pronto das un salto y te quedas desnudo frente a una gran audiencia.
Cuando me lo propusieron, tuve mis dudas, pero el programa tenía un mensaje tan bueno, tan potente, que no lo dudé. Hay que cuidarse. Hay que prevenir. Hay que cuidarse antes de enfermar… La importancia de la prevención. Hasta que no nos duele nada, no nos cuidamos y es al revés, hay que cuidarse para que no nos duela nada. Y además, el programa tenía otro mensaje, que también está implícito, y es la relación que tenemos con nosotros mismos y nuestros cuerpos. Además, tanto Jesús Vázquez como la productora lo hicieron muy cómodo. Me fue imposible negarme.
Has dicho algo muy importante "llevarse bien con uno mismo" y es verdad que es un gran ejercicio y que muy pocos están dispuestos a dar ese paso. ¿Cómo se consigue?
Hace un par de años pasé una crisis, tuve uno de esos momentos vitales que nos pueden llegar a todos y a los que les tenemos mucho miedo.
¿A qué te refieres exactamente Nicolás?
Hablo de esas crisis existenciales, con un vacío interior. En cada persona es diferente, pero que siempre lleva una carga de sufrimiento y con un sistema nervioso que se desboca y descontrola y que hay que aprender a gestionar. A mí me sirvió para comprender que las crisis son un momento de transformación y de crecimiento. Lo que pasa es que debe morir tu viejo yo para que uno nuevo, con cosas nuevas, pueda resurgir. Hay mucho sufrimiento detrás de esta trasformación, porque el ser humano se agarra a todo lo que conoce, a las formas de pensar, a personas, a lugares como aprendí a llevarme bien conmigo mismo decidí hace un tiempo mudarme al campo, y ya llevo cinco años.
Y de esa transformación surgió el nuevo Nicolás que te ayudaron a superar, esas carencias.
Hace dos años, como te dije, tuve que contar con la ayuda de una "terapeuta energética", que me ayudó a superar esas carencias emocionales que de pequeño que no supe gestionar. Cosas que te condicionan en tu vida adulta. Lo que más me ha enseñado esta terapia es a amarme y a crear momentos en los que te valides a ti mismo, en los que te reconozcas, porque si sólo los recibes de fuera al final puedes estar feliz, pero acabas metido en una espiral de dependencia, esperando la aprobación de los demás. De tus padres, de tus amigos, de tu pareja…
Es curioso porque proteges tu vida, y no sólo te desnudas físicamente, sino emocionalmente… ¿cómo se entiende esto?
Cuando somos niños, somos todos muy vulnerables. Todos tenemos cosas que sanar, con independencia de la familia de la que provengas, por ello de mi propia experiencia decidí escribir un libro sobre gestión emocional, con ejercicios que te ayuden en el proceso, como me ayudaron a mi.
¿Y qué podremos descubrir en ese libro en el que estás trabajando? ¿Cómo nos puede ayudar?
En el libro comparto mi visión sobre la esencia de estas crisis, en las que uno se debe preguntar, qué te dice tu cuerpo, porque al final con ese estado que te genera tu sistema nervioso, en esos momentos difíciles, tu cuerpo te está pidiendo un cambio concreto y tu trabajo es averiguar cuál es.
Imagino que tienes un objetivo claro a la hora de publicar este libro en el que te expones tanto, más allá del hecho de publicarlo.
Con este libro quiero ayudar a la gente a que vea esa belleza y abrace los momentos dolorosos, porque al abrazarlos, con amor y aceptación empiezas la transformación. Hay que aceptar el momento presente y todo lo que te traiga.
Hablábamos de la infancia, y me pregunto: ¿Cómo fue tu infancia sobre todo con una abuela tan peculiar?
Mi abuela era muy italiana, y ya se sabe que sangre italiana es muy dura "la mami", no nos dejaba que la llamáramos de otro modo, lo era, pero una de las cosas buenas que nos ocurren, es que uno se suaviza con los años. De estos últimos años, recuerdo cosas muy bonitas, juntarnos la familia compartir lo que nos gusta, cocinar rico, cocinar esas recetas de familia, el compartir risas, compartir buenos momentos en familia.
¿Sería un buen plan navideño ver la serie 'Bosé'?
No he tenido oportunidad aún de verla. Para mí no es una serie más, ni una película más. Es un trabajo casi kármico.
Compartir, pero aún no habéis tenido la oportunidad de hacer una película tu padre José Coronado y tú juntos.
Creo que lo haremos, pero no porque lo tengamos en mente. Llegará ese momento. Al final tengo muchas vías a nivel profesional. Estoy de reportero, estoy de comunicador. Estoy escribiendo un libro, y a nivel interpretación sigo haciendo series… alguna película llegará y compartiremos esa aventura. De momento la vida, que no es poco.
¿Qué esperas de este recién estrenado 2004? ¿Cuál es esa mochila que quieres dejar atrás?
Me gustaría dejar atrás las expectativas, los objetivos, las metas y disfrutar más del proceso. Disfrutar más del momento presente del día a día, disfrutar más del proceso, disfrutar del viaje más que del destino. Como en este viaje por el Danubio a bordo de este maravilloso barco de River Side…