Tenía tanto que darnos... y un día desapareció. Muchos se preguntaban cómo una cantante que triunfaba, llenaba estadios y había ganado un Ondas de repente abandonaba el circuito sin ninguna explicación. Había muchas preguntas en el aire, pero las respuestas solo las conocía Mai Meneses (44), más conocida como Nena Daconte. Nuestra protagonista se ha sentado con SEMANA para contarnos una historia con final feliz, que nos va a ayudar a conocer a esta artista de carácter dulce, mente despierta y con todas las ilusiones recuperadas para volverse a comer el mundo. Mientras se toma su café con leche desnatada, sin azúcar y observa las hermosas vistas de Madrid, Mai nos cuenta su historia y al terminar la entrevista, lo tenemos claro: Nena Daconte ha vuelto ¡Prepárense!

Nena Daconte estuvo retirada varios años de la música

Nena Daconte: “Tuve que desaparecer porque el éxito me estaba sentando fatal”
© Alberto Bernárdez.

¡Qué risueña eres!

Desde que tengo niños soy muy casera y ahora que nos hemos ido a vivir al campo más (se ríe). Si no estoy de concierto, me dejas un fin de semana leyendo y viendo pelis y soy la persona más feliz del mundo.

¿Eso te lo da la maternidad?

Bueno, me ha hecho mucho más tranquila y ahora me permito menos estar triste. Yo tengo una canción que se llama Solo muero por ti, que la escribí cuando estaba embarazada de mi primer hijo y la sensación que tenía era que yo quería ser una superheroína. A partir de ese momento iba a ser la mejor en todo para cuidar a mi hijo mejor, para protegerle mejor... Luego te das cuenta de que la vida no es así y que de superheroína no se puede vivir.

¿Tus hijos saben a qué se dedica mamá?

Tienen nueve y siete años y ya son conscientes de a lo que me dedico y por fin me dejan cantar en casa (se ríe). Incluso ya chulean en el cole, ¿sabes? Porque las profes me han reconocido, aunque sea solo por una canción y ellos ya se sienten importantes.

¿Te gustaría que se dedicaran a lo mismo que tú?

A mí me gustaría que se inclinaran más por el tema de los deportes. A lo mejor es una malformación mía, pero pienso que el deporte les va a ayudar a ser más equilibrados en la vida y a alejarse de determinadas cosas.

¿Por qué lo dejaste todo?

Por un lado, yo quería estar con los niños más tiempo, porque me veía que estaba todo el día en la furgoneta. Ellos eran pequeños y me daba pena dejarlos con otra persona, aunque fueran los abuelos. Y por otro, no me sentaba bien la música, que es un poco lo que voy a contar próximamente en un libro, ya con más detalle, porque me tuve que echar a un lado y entender que a mí el éxito me estaba sentando fatal y que había que arreglarlo.

¿Se le puede poner nombre a eso que viviste?

Yo vivía con el Síndrome de la impostora, aunque en ese momento no sabía exactamente qué era. Consiste en pensar que no te mereces nada de lo bueno que te está pasando. Nada es por ti. Nada. Yo creía que era porque había una campaña de marketing detrás, porque había una gran producción, unas fotos geniales, un buen vídeo... Pero en ningún momento decía “Oye, que las canciones están llegando a la gente”.

¿Y esos momentos cómo los vivías?

Yo me dediqué a evadirme con sustancias: alcohol, etc. Era una manera de ser feliz momentáneamente. Y eso, a largo plazo, si tienes mucho estrés puede ser un verdadero problema. Eso sí, bebiendo más o menos, yo siempre trabajé, no falté a ningún concierto y cumplí a rajatabla con mis compromisos. Para mí el trabajo es sagrado.

Durante ese tiempo estuvo intentando gestionar sus problemas

Nena Daconte: “Tuve que desaparecer porque el éxito me estaba sentando fatal”
© Alberto Bernárdez.

¿Qué fue lo peor?

Cuando empecé con mis paranoias. Eso me distorsionó la realidad y ahí fue cuando dije que ya no podía más. Empecé a estresarme cuando gané el premio Ondas. Mi cabeza directamente dijo: “¿Qué demonios está pasando aquí?!”. Yo digo que seré verdadera y completamente feliz el día que vaya por la vida en plan hippie. Es decir, que me resbale todo.

Y ahora, mirando al pasado ¿Te arrepientes de algo que hiciste?

De no haber disfrutado bien las cosas.

Tu compañero musical en ese momento no ayudó que las cosas fueran mejor.

Mira, viéndolo con distancia y después de haber escrito el libro, he podido ver qué responsabilidad tenía yo. Creo que lo que más me molestó de él es que no fue mi amigo en ese momento. Es decir, si estaba viendo que su compañera estaba perdida debería haber estado más cerca. Él era consciente de lo que pasaba, pero como que no quiso verlo.

Las cosas acabaron en los juzgados...

Pero porque él se enfadó muchísimo. Yo decía que no podía seguir y él insistía en lo contrario. Al final me planté, me fui a Madrid y decidí que no seguía trabajando con él. Y montó un pollo. La discográfica, Universal, decidió seguir con el nombre de Nena Daconte porque había invertido mucho dinero en él y porque era una marca que en el fondo representaban las canciones que yo componía. Y él se cabreó un montón.

¿Se ha perdido todo tipo de relación?

Hace 12 años que no lo veo, pero estoy segura de que si me encontrara con él nos saludaríamos. El tiempo te da perspectiva de las cosas y yo me quedo con lo bueno que vivimos, pero ese enfado tan gordo que cogió él le ha dado un tinte de sombra bastante importante.

Has contado que llegaste a perder la cabeza.

Es verdad. No podía escuchar mi música y tampoco podía escuchar la música de otra gente. Me dolía todo el rato.