Quien conoce a Nagore Robles sabe que no tiene dobleces, que todo aquello que se le pasa por la cabeza lo verbaliza. Hay a quienes esta facilidad de decir lo que piensa no le gusta, pero quizá sea este uno de sus principales atractivos como comentarista de los realities de Mediaset. Y es que la colaboradora no está dispuesta a empezar ahora, a sus 38 años, a medir con tiento sus palabras para no escandalizar a nadie. Ese tren ya pasó y ella no tenía pensado comprar el ticket. Y así ha vuelto a demostrarlo al hablar sin pelos en la lengua quién la ha “vetado” en programas de televisión y es que, aunque para muchos les cueste creerlo, Nagore Robles también tiene enemigos y entre ellos ha destacado un nombre: Amador Mohedano.
Nagore Robles ha aceptado el reto de analizar al detalle su carrera profesional en televisión junto a Carolina iglesias y Victoria Martín, líderes del popular podcast ‘Estirando el chicle’. Un espacio en el que la colaboradora se ha sentido cómoda para hablar de la intrahistoria de algunos de sus enfrentamientos más sonados en televisión. Dice no guardarle rencor a ningún compañero, por muy fuerte que haya sido la batalla ante las cámaras o detrás de ellas, pero sí que este sentimiento de resentimiento se lo profesan personas que han trabajado con ella en un plató. Pero lo peor pata Nagore Robles no es que haya sido “vetada” por un compañero de programa, sino lo peor es quién lo hizo. Es aquí cuando entra a rememorar con mucho humor uno de los capítulos más bochornosos mediáticamente para Amador Mohedano, el enemigo a quien hace referencia.
“Lo peor es quién lo hizo. Vais a flipar: un señor que caga en la playa y le pillaron. Sí, hablamos de Amador Mohedano”, dice desinhibida Nagore Robles despertando las risas de las presentadoras del espacio radiofónico. Antes de explicar en qué medida ha sido “vetada” por el hermano de Rocío Jurado, primero ha querido subrayar de quién se trata, no por el hecho de que no sea conocido, sino para destacar “qué tipo de persona” lo ha hecho, aunque recurra al humor para lanzar sus dardos envenenados, y por si alguien no recordaba esas imágenes que tanto juego dieron en las redes sociales y en los platós de televisión de la época.
“Yo creo que aprovechaba la ocasión de que sacaba a los perros a la playa y aprovechaba para cagar. Cuando una persona siente placer cagando ya es un poquito enfermizo. Igual era por las vistas. A mí que se cague en las playas…”, explica Nagore Robles, que no es partidaria de encontrarse tales “sorpresas” cuando pasea por la orilla.