Nagore Robles es una de las caras más conocidas de los platós de Mediaset. Después de muchos años en televisión, la colaboradora ha conseguido un hueco en varios programas de Mediaset, lo que le ha permitido, además, ser una de las 'influencers' más seguidas en las redes sociales. Cuenta ya con más de 1,2 millones de seguidores en Instagram, pero esto no nos ha permitido conocer del todo su vida tras las cámaras.

"Yo a la televisión llegué sin querer. Yo de pequeña quería ser misionera, porque estudiaba en un cole de monjas. Yo en el cole era muy libre, hacía muchas trastadas. Era un cole de monjas, mixto... y yo, menos estudiar, quería hacer de todo. Cuando pedían algún voluntario, siempre estaba yo. Yo intentaba ayudar, yo organizaba cosas solidarias en el cole. Sacamos un montón de dinero. Me dijeron que me fuera a un país desfavorecido, pero no me fui, me dio miedo", empieza explicando sobre su infancia.Nada más cumplir la mayoría de edad, Nagore Robles dio el paso de irse de su casa: "Me fui de casa porque no me entendía con mi familia. Yo desde pequeña ya tenía la mayoría de edad en mente para irme de casa. Me han enseñado a ser cañera. Más dura que una piedra, en mi casa se oían pocos "te quieros", pocos "gracias", pocos "perdones", pocos "lo siento". Entonces a mi me enseñaron a ser dura, vasca, fuerte, deportista, muy bruta...", continúa desvelando sobre la educación que recibió.

Nagore Robles se fue de casa nada más cumplir la mayoría de edad

Nagore Robles le confiesa a Jesús Vázquez su dura infancia sin "te quieros"
© Mtmad.

Aún así, ha destacado que ella siempre fue una persona sensible: "Yo era una chica súper sensible, pero sensibilidades las justas. Dejé de estudiar porque no me interesaba. Estaba pensando en otras cosas, estaba despistada. Un amigo mío estaba trabajando en una frutería y me dijo que me fuera a trabajar con él. Dejé de ir al colegio y mi padre me pilló".Ha querido recordar cuáles fueron sus primeros trabajos: "Mi primer trabajo fue en unos grandes almacenes en verano, para sacarme algo de dinero. Me di cuenta de que me faltaban pelas. Tenía un amigo que era frutero, y era todo tan divertido que me dijo que me pusiera a trabajar, y así entré en la frutería. Me hicieron encargada, yo tiraba de los carros. Me corté el pelo a lo chico, haciéndome la moderna. Lo peor que podía haber hecho. Lo pasé fatal", dice divertida.