Miguel Ángel Silvestre es uno de nuestro actores más carismáticos, también uno de los que más suspiros levantan. El intérprete -que está de nuevo ilusionado con una joven valenciana que responde al nombre de Rebeca Toribia- se ha sincerado para revelar una parcela muy íntima de su vida. Sufrió bullying durante su etapa escolar. Un duro episodio por el que continúa teniendo ciertas secuelas.
Durante su entrevista en 'El Hormiguero' para presentar la serie '30 Monedas', Miguel Ángel Silvestre ha recordado los años de acoso. "Cuando era pequeño, a mí me hicieron bullying en el colegio". A consecuencia de aquello, no pudo dormir bien durante mucho tiempo y tuvo pesadillas a lo largo de los años. Algo que sigue marcándole hoy en día. "A veces todavía como que me pegan y no sé quién es, y me levanto diciendo quién es". Un sobrecogedor testimonio que ha querido acercar a la audiencia en primera persona consciente de que muchos niños pueden estar pasando por una situación similar.
Miguel Ángel Silvestre recuerda ser víctima de palizas
Además, el actor ha rememorado cuando fue víctima de una paliza por un grupo de niños. "Me generó un bloqueo ante la violencia, cuando alguien me perpetraba yo me quedaba un poco bloqueado. Desarrollé como un miedo". Tras lo cual, la violencia le produce un especial rechazo. "Sin embargo, cuando veía la violencia desde fuera y veía a alguien vulnerable, explotaba de una forma innata, porque yo me veía en eso".
El actor ha desvelado este episodio cuando Pablo Motos le ha preguntado sobre su intervención en un robo en un tienda de lujo a principios de este año. Su primera reacción fue correr tras el ladrón e intentar arrebatarle el botín. "Fue algo impulsivo", ha explicado. Miguel Ángel Silvestre ha reconocido que a veces actúa sin pensar las consecuencias ante hechos que considera totalmente injustos. Aún sabiendo que se aconseja justamente lo contrario porque el enfrentarse a un malhechor puede ser muy peligroso. Asimismo, ha destacado cómo un día vio cómo un perro recibía una patada de un señor. Algo le removió profundamente por dentro y empujó al dueño. "Yo soy ese perro", añadía visiblemente afectado con este tipo de conductas.