Marisa Martín Blázquez ha vuelto a abrirse en canal ante de sus seguidores. Después de confesar la enfermedad que padece, la periodista ha desvelado un auténtico secreto que llevaba años guardando bajo llave. La comunicadora tras perder a su padre, optó por escribirle cartas en las que ella misma aparece de remitente y que utiliza para desahogarse, tal y como ha comentado en sus redes sociales. Una vez al mes se planta frente a un folio para poner al día a su progenitor, dando igual que él ya no esté entre los suyos, pues tiene mucho que contarle. "Está mucho más vivo que muchos que me echan el aliento en el cogote en pleno mes de agosto", asegura Marisa.
Con un texto que ha cautivado a muchos, la colaboradora de televisión no ha dudado en explicar esta práctica que a ella le ayuda a sentir a su padre cerca. "Lo bueno de escribir a los muertos es que les puedes brasear a cartas sin que les parezca que les acosas. O no, no sé. Lo que no termina de gustarme es que no te puedes ilusionar con recibir respuesta, salvo que creas en lo esotérico y te descuelgues montando una güija y establecer así una relación epistolar, tan original, como digna de estudio de un buen psicólogo", dice Marisa Martín Blázquez. Tras estas palabras en las que se dirige directamente a sus followers, ha hecho su confesión más sincera: "Tengo que confesar que yo escribo a un muerto".Perderle para siempre no ha evitado que Marisa busque una vía para comunicarse con él, dándole igual que no reciba respuesta alguna. "El destinatario, en cuestión, es mi padre. Desde que se marchó, físicamente, de nuestro lado le escribo una carta por mes. Padre hace muchos, muchos, años que se fue de estas latitudes, así que, entenderéis que tengo centenares de cartas guardadas. Tienen su sobre, su nombre escrito con mi caligrafía, en el reverso el mío, con mi dirección (ha ido cambiando a lo largo de los años) y hasta sus sellos. Tal cual. Yo soy de las que o hacen las cosas al detalle o no me embarco", continua.
Pero ¿por qué ha querido gritar al mundo ahora este hábito que le acompaña desde hace años? Pues bien, ordenando a fondo su casa encontró toda la correspondencia escrita a su padre, lo que la llevó a leer con atención cada una de sus misivas. "Empecé a leer las primeras y me acordé de cómo me inventaba sus respuestas en cartas que, imaginaba, me devolvía él. Estoy absolutamente segura de que acertaría en cada una de sus palabras", dice Marisa. No es la única en su familia que utiliza las cartas para hablar con su padre fallecido y es que, a pesar de que jamás se lo habían dicho, su madre hace exactamente el mismo ritual para seguir dirigiéndose a él. "Me sorprendió que ambas estuviéramos haciendo lo mismo ocultándonoslo”, finaliza.