María Teresa Campos ha preferido estar alejada de los medios desde que diese a conocer que Bigote Arrocet rompió con ella. Aunque sí ha dado su versión de los hechos, ella, por su propio pie, ha querido permanecer en un segundo plano, aunque por fortuna los reporteros han ido siguiendo sus pasos día tras día para preguntarle por las buenas nuevas que sucedían a su alrededor. La presentadora se ha cabreado mucho por lo que considera una intromisión, pero una vez que se habla, es difícil guardar silencio.

No obstante, esta semana ha roto su máxima de reclusión para arropar el debut de su nieta, Alejandra Rubio, como modelo en la otrora Cibeles de la mano de Ágatha Ruiz de la Prada. Lo hacía con orgullo, pero también liberada y con más ganas de hablar sobre los avatares de su corazón, donde Bigote Arrocet juega un papel destacado, pese a no ocupar ya un hueco en él.