María Pombo y su marido, Pablo Castellano, tienen la agenda llena de compromisos profesionales, pero siempre que pueden encuentran un hueco para disfrutar de una viaje romántico. Hace unas semanas que confirmaron su segundo embarazo. Mientras esperan la llegada la pequeña Vega, ellos son conscientes de que en una pareja hay que mantener encendida la llama. Y eso se consigue encontrando planes que hacer los dos solos, sin hijos.Después de muchos inconvenientes, María y Pablo pudieron coger un vuelo que los ha llevado directamente a Riviera Maya, México. Ahí van a pasar unos días antes de retomar los proyectos profesionales de ambos. En la playa, con buen tiempo, huyendo del caos de Madrid y alojados en un espectacular resort en Cancún y a tan solo 45 minutos del aeropuerto y a 45 minutos de Tulum.

"Mi jardín es la playa y tengo vistas al Caribe. No me digáis que no es para llorar de emoción", ha escrito con emoción María Pombo junto a un vídeo en que aparece disfrutando de un amanecer desde la habitación del hotel. El resort en el que se están alojando es espectacular y han elegido la habitación Suite Beach Front, que tiene vista al mar y acceso directo a la playa. Eso sí, para poder disfrutar de las vistas hay que pagar unos 2.382 euros por noche.

Alojados en una suite de casi 2.500 euros la noche

Este hotel lo elige mucha gente para celebrar su luna de miel, pero María y Pablo lo han elegido para disfrutar de su baby moon, un término que lleva poco tiempo usándose. Este término se usa para referirse a la novedosa tendencia de hacer un último viaje romántico en pareja antes de la llegada del bebé. Para ello han elegido este hotelazo, que cuenta con todas las comodidades. Su habitación cuenta con 99 metros cuadrados. Tiene beneficios exclusivos y de ellos disfrutará esta pareja de 'influencers'.

Cuenta con cama king size, así como con un sofá en la zona común. Además, tienen la posibilidad de comer en el comedor que tiene la habitación. Todas las ventanas de esta suite tienen cortinas eléctricas, lo que hace que sea más cómodo para los clientes, ya que podrán visualizar la playa desde la cama de su habitación.

Una habitación con todo lujo de detalles

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La Casa de la Playa.

La gracia de estar alojados en un hotel como este es hacer mucha vida fuera, ya que el clima invita a ello. Para disfrutar del amanecer o el atardecer, María y Pablo tienen en su habitación una terraza de 17 metros cuadrados, así como una piscina climatizada con hidromasaje de 11 metros cuadrados. Además, para hacer más cómoda su estancia, esta zona tiene un camastro exterior y también dos hamacas artesanales encima de la piscina privada.

Un hotel con muchas posibilidades

Además de contar con unas habitaciones impresionantes, este resort tiene espacios 100% sensoriales y trascendentales, detonadores de inspiración, alegría y recuerdos inolvidables. Y es que ofrece muchas alternativas de entretenimiento para que sus clientes queden satisfechos tras su estancia. Y es que este complejo cuenta con un spa con varias salas e instalaciones como cinco cabinas de masaje doble con jacuzzi e hidroterapia, ocho cabinas dobles ubicadas entre las suites Wellness con servicio In Room Spa, dos salas de sal, dos salas de lodo, sauna y zona de relajación. También tiene un gimnasio y una biblioteca, así como una boutique de golosinas por el maestro chocolatier y diseñador Mao Montiel.