María Isabel abre las puertas de su impresionante casa en plena Gran Vía: “Perdí la seguridad en mí por el miedo a ser juzgada”

Con tan solo nueve años, María Isabel se convirtió en todo un fenómeno gracias a llegar a ser la primera ganadora española de Eurovisión Junior. Aquella niña es ahora una mujer de 30 años. Su vida ha cambiado mucho, pero la esencia sigue siendo la misma.

No todo fue fácil siempre y tras una larga y exitosa carrera, la onubense decidió parar. Quería estudiar y tener una vida “normal”. Los focos se acabaron y con el paso de los años, en plena adolescencia, las sombras se volvieron cada vez más oscuras. La niña que había deslumbrado a todo un país se estaba convirtiendo en mujer. Comenzó a vivir las consecuencias de ser una persona conocida. “Comenzaba a salir de fiesta, la gente estaba muy pendiente de mí y ya comencé a no tomármelo tan bien”, nos dice. Aquello fue el comienzo de un pozo al que tardó mucho en ponerle nombre: ansiedad. “Iba a un evento y lo único que quería era ir casa a chillar y a llorar porque sentía que se me iba a salir el corazón”.

El nacimiento de su hija, hace dos años, mezclo a la María Isabel niña con la María Isabel adulta y consiguió ver la luz al final del túnel. Al entrar en su coqueto apartamento que suele alquilar cuando viene a pasar largar temporadas a Madrid su simpatía y sensibilidad nos atrapa desde el primer momento. Se nota que lleva en este oficio desde que era una niña porque con ella todo son facilidades. A su lado se encuentra Jesús, el padre de su hija y con el que ha encontrado la estabilidad.

¿Dónde nos encontramos?
Aquí es donde paro cuando estoy en Madrid, me gusta mucho. Está situado en la Gran Vía y para mí es el lugar perfecto. He pasado muchas temporadas aquí y ahora estoy de vuelta.

Hiciste historia cuando ganaste Eurovisión Junior con Antes muerta que sencilla, en 2004.
Así es, yo creo que marqué a una generación entera que ha ido creciendo conmigo.

¿Cómo recuerdas aquella vorágine?
Lo recuerdo como si fuera ayer, porque si de algo puedo presumir es de tener muy buena memoria. Y recuerdo mucho cuando era pequeña y cómo lo viví. De hecho, recuerdo que me encantaba estar en los camerinos con todos los cantantes. Yo iba mirando los cartelitos de las puertas con la ilusión de ver si había alguien a quien admirase e ir a saludarle.

María Isabel sobre sus padres: "Mi padre lo llevaba muy bien porque es muy como yo, tiene mi carácter, pero mi madre es todo lo contrario"

Tenías tan solo nueve años en aquella época ¿Eras consciente del interés que tú también despertabas?
Era consciente porque yo me lo tomaba muy a pecho todo. Por ejemplo, siempre le he dado guerra a mi madre con la ropa. Si había un día en el que mi madre me obligaba a ponerme determinada prenda, salía llorando a firmar autógrafos y cuando le preguntaban que qué me pasaba ella decía: “Nada, es por la ropa”.

¿Y cómo llevaban tus padres  manejar la carrera de su hija estrella?
La mayor parte de lo que soy es gracias a ellos. Mi padre lo llevaba muy bien porque es muy como yo, tiene mi carácter, mi alegría… Es como risueño, espontáneo... pero mi madre es todo lo contrario y ella sí que lo sufrió un poco más. Y como madre también es entendible cómo vivió que de repente su niña estuviera tan expuesta a todo.

¿Y cómo vivía una niña tan pequeña toda esa popularidad?
Para mí todo era un juego, lo que pasa es que ya en la adolescencia cobró un cariz diferente. Comenzaba a salir de fiesta, la gente estaba muy pendiente de mí y ya comencé a no tomármelo tan bien. El salir y sentirme observada, hizo que me volviera súper tímida y empecé a tener inseguridades. La adolescencia me costó mucho. Perdí toda la seguridad que tenía de niña.

¿Y por qué?
La perdí por el miedo a ser juzgada. De repente comenzaba a hacerme más mayor y todo lo que hacía tenía una connotación. Si salía a bailar, si estaba en un bar tomándome o una copa… Todo eso me empezó a crear mucha inseguridad y llegó un punto en el que dije, "me da igual, voy a seguir viviendo como un adolescente normal y ya está".

¿Y recuerdas más o menos cuál fue ese punto de inflexión en el que decidiste tomar cartas en el asunto?
Mis padres. Ellos se sentaron conmigo y me dijeron que yo era una persona libre, que tenía derecho a vivir mi vida y hacer la vida de una adolescente normal.

María Isabel sobre su desaparición del mundo artístico: "Quise parar, estudiar y dedicarme en cuerpo y alma a mí"

¿Tu parón musical a qué se debió?
Vino después del programa de Los Lunnis que estuve presentando en TVE. Fue ahí, viendo a mis amigas para arriba y para abajo con sus parejas cuando me dije: yo también quiero una vida así, no todo el rato cantando ni de un lugar a otro. Me apetecía estar tranquila. Quise parar, estudiar y dedicarme en cuerpo y alma a mí.

Después de una carrera de éxitos ¿cuál fue la respuesta de tus padres?
Recuerdo exactamente las palabras de mi madre: “Pues ya está. Si tú ves bien eso,  siempre tendrás tiempo de volver y si tus seguidores te reciben bien, pues adelante”. Y han seguido ahí al pie del cañón todo este tiempo.

Ahora estoy sentada con una María Isabel con 30 años recién cumplidos y que, además, es madre.
Eso fue un antes y un después. Se mezcló mi parte niña con mi parte adulta y nació a la mujer que tienes ahora delante de ti. Recuperé la ilusión y las ganas de todo en la vida. Justo por esta niña, es el querer volver a la tele, al escenario y a todo. Mi hija me dio ese algo que necesitaba. Me gustaría que ella viviera todo, que experimentará todo en la vida, que viviera todas las experiencias como lo he hecho yo... Pero, sobre todo, con salud mental.

¿Qué más cosas viviste con el nacimiento de tu hija?
Con mi hija empecé terapia, porque si una mami está bien, puede criar bien. Si una mami está mal, es más complicado educar. Para mí era muy importante que Daliana, fuera creciendo con el bienestar mental de su mami para que ella también pueda estar bien en el futuro. Ella fue como un click para todo.

María Isabel: "Cada vez que conocía a gente nueva, sentía que se me invadía, porque se ponían a preguntar más de la cuenta"

¿Cuáles fueron los síntomas que te llevaran a dar este paso?
Realmente fue un cúmulo de cosas. Primero, porque cuando ya vas a terapia ya entiendes por qué te pasan muchas cosas, porque tú al principio no entiendes lo que te sucede. A lo mejor estás en un evento y de repente te quieres ir corriendo. Te quieres ir para casa a chillar y a llorar porque sientes que se te va a salir el corazón. Cada vez que conocía a gente nueva, sentía que se me invadía, porque se ponían a preguntar más de la cuenta. En esta profesión la gente cuenta con un plus de ventajas. Saben quién eres, pero tú no sabes quién es la gente que se acerca. Y cuando ya me decidía a hablar y a entrar en la conversación, pues me entraban los medios de decir algo que estuviera mal o yo qué sé.

¿Y cómo llevabas todo esto?
Yo no podía dormir, el corazón se me salía del pecho, tenía pensamientos malos, pensaba mucho en el futuro… Fueron tantas las cosas… Era aterrador.  De niña, yo viajaba siempre con mis padres, pero de adulta empecé a ir sola porque quería valerme por mí misma y aprender a gestionar todo yo sola. Pero luego me veía  en el hotel sola, tan pequeñita y mis padres a tantos kilómetros que lloraba mucho.

Y ahora, como madre, ¿qué cosas te preocupan respecto a tu niña?
Yo siempre le decía a mi madre que cuando tuviera a una niña la iba a dejar hacer de todo y ella me decía, ya te llegará…. Y llegó. Yo intentaré educar a Daliana con valores y principios, que para mí eso siempre es lo que me han dado mis padres. Creo que mi método fundamental será la comunicación, que para mí es muy importante.

Daliana ya tiene dos años, ¿escucha tus canciones?
Quiere que le ponga todo el tiempo Antes muerta que sencilla y lo que es mejor, reconoce a su madre. Es súper inteligente. Mira a la pantalla y dice: “¡Es mami!”.

¿Y si sale como a la madre?
(Suspira) Que sea lo que a ella le haga feliz. La voy a apoyar en todo. De hecho, a ella le encanta cantar, le encanta bailar y se me cae la baba. Además, la niña hace cualquier tontería y soy la primera que está grabando como si no hubiera un mañana (risas).

María Isabel habla de su pareja: "Él ha sido mi lugar seguro"

¿Y cómo te ha ayudado tu pareja y padre de tu hija, Jesús, en todo este proceso?
Mucho, para mí es súper importante que él esté en cada momento. Él ha sido mi lugar seguro.

Todas estas vivencias las has plasmado en tu nuevo single, Ansiedad.
Mi historia está ahí, un trocito de mi vida, de una etapa de proceso. Si no estuviera en terapia, posiblemente esta canción nunca la hubiera podido escribir. Me encontré con fuerzas suficientes para plasmarlo todo en una canción. Y como mejor me expreso es con la música.

En el videoclip apareces con unas cuerdas.
Sí, representa el agobio porque al final es sentirte encadenada en algo que no quieres estar. El videoclip se divide en dos partes, la primera, en la que cuento el proceso, y la segunda, cuando voy saliendo del túnel. Ojalá todo el mundo tuviera la oportunidad y los medios para poder ir a terapia. Ojalá el Gobierno pueda hacer por cubrir esta necesidad que afecta a tantas personas en nuestro país.

 

La industria musical ha cambiado mucho.
Antes era todo mucho más sano, no había redes sociales que son buenas para unas cosas, pero muy malas para otras. Los 2000 fueron muy guais.