Su talento lo ha llevado a lo más alto. Ha trabajado y sigue trabajando con las más grandes, pero su humildad y cercanía permanecen intactas. Nos citamos en su casa, una vivienda en la que Manuel Zamorano ha invertido todos sus ahorros. El peluquero es gran amigo de nuestra cabecera y suele estar detrás de nuestros grandes posados, pero esta vez se han invertidos los papeles y es él nuestro protagonista.
Cuando terminó Sálvame, el programa que le hizo aún más popular, Zamorano se refugió en lo que él denomina su cuartel general, su salón de peluquería. Mientras le da un gran sorbo a un vaso de agua, nos hace un repaso sobre lo que ha sido su vida este último año hasta que con sus declaraciones provoca que los que tengamos que dar un sorbo de agua seamos nosotros. Manolo, como le llaman sus amigos, nos habla sin titubear de su vida, sus romances, el amor, sus grandes decepciones… “Esta charla ha sido como una especie de terapia”, nos dice al terminar.
¿Dónde nos encontramos?
Estamos en mi casa, que compré hace un par de años.
¿Cómo llegaste a ella?
Quería tener algo un poquito más grande. Yo tengo otra casa, pero es más pequeña y ya buscaba un lugar que pudiera hacer a mi manera, a mi gusto.
Está mimada el detalle.
Está hecha con mucho cariño, aunque ahora la tengo alquilada. La veo muy grande para vivir solo, de hecho, viví una temporada en ella y me veía un poco como desangelado. Es muy grande, pero muy bonita. Eso sí, si la tuviese que volver a hacer la haría de otra manera.
¿Por qué?
En esa época, tampoco tenía mucho dinero y no la podía rehabilitar como yo quería.
¿Esta casa ha sido tu gran inversión?
Sí, todos mis ahorritos los he invertido aquí en esta zona, en la madrileña Plaza de España.
Manuel Zamorano nos habla de sus raíces: "Mis padres fueron mi castillo"
¿Cómo has vivido las fechas navideñas?
Las he vivido con un poco de tristeza. Desde que murió mi padre sentí que ya todo dejó de tener sentido.
¿Sufriste mucho con su pérdida?
Sí, mucho. A día de hoy hay veces que cada vez que me ocurre algo o tengo algo, siempre hablo con él. Mis padres fueron mi castillo.
¿Ellos nunca te juzgaron por tu orientación? Hablamos de otro contexto social.
Mi padre se creía que estaba liado con Toñi Moreno (risas). La llevé un fin de semana a mi casa y se puso a decir que hacíamos buena pareja (risas). Es una amiga de toda la vida. Hubo un momento en el que Toñi era la novia de Raúl (Prieto) y también mi novia (risas).
¿Por qué?
Porque los padres de Raúl se creían también que era su novia porque iba mucho a su casa. Toñi era la novia de todos. Mi relación con ella siempre ha sido muy íntima.
Manuel Zamorano: "Toñi Moreno me pidió que fuese el padre de su hija Lola"
¿Cuánto de íntima?
Tan íntima, que ella me pidió que fuese el padre de Lola, lo que pasa es que a mí me asustó mucho.
Una de mis preguntas era si a tus recién cumplidos 48 años nunca te habías planteado la paternidad.
Ya no. Nunca he tenido mucho instinto paternal porque mi vida siempre ha sido una locura y siempre he luchado por llegar a todo lo que me he propuesto. También digo una cosa, hace poco he estado en Málaga con Toñi, he estado con Lola y cuando la he visto por mi cabeza pasó: “Y pensar que Lola hubiera sido hija mía”. Pero es mi ahijada y la quiero muchísimo.
Ahora tienes pareja ¿En qué momento de tu vida ha llegado Javi?
Llegó en un momento de mi vida en que no lo buscaba. No buscaba tener pareja. Me gusta mucho mi soledad y no necesito a nadie para estar bien.
¿Te has enamorado?
Sí, estoy enamorado.
¿Y cómo ha sido volver a sentir esa sensación?
Es que creo que cada vez te enamoras de una manera distinta. Con Raúl (Prieto) me enamoré de una manera y con Fran, me enamoré de otra. Javi es un amor más maduro, es un amor incondicional y yo creo que me quiere y me ayuda muchísimo en todo.
Manuel Zamorano: "Raúl Prieto se encargó de que nuestra relación nunca terminara"
¿Pasarías por el altar?
No lo sé. Nunca me lo he planteado. Con Raúl tampoco.
Raúl y tú ejemplificáis que después de una relación de muchos años se puede mantener la amistad.
Él se encargó de que esto no terminara. No se terminó gracias a él. Yo al principio recuerdo que no quería verle. Me llamaba y no le cogía el teléfono. Yo decía, ¿pero por qué me llama si ya no estoy con él? ¿Por qué sigue viniendo a verme?
¿Cómo os conocisteis?
Yo le conocí cuando Sara Montiel se casó con Toni Hernández. Yo participé en aquella boda peinándola y estaba detrás de ella cuando pronunció la famosa frase de: “Pero qué invento es este”. Él trabajaba en Aquí hay tomate y surgió todo.
Hablemos de tu gran tesoro, tu peluquería. Por ella pasan muchas famosas.
De hecho, hay mucha gente que llama siempre antes de venir porque se piensan que soy inaccesible. Pero a mí salón puede acceder todo el mundo, desde una ministra hasta una concejala o una actriz. Tengo a Nati Abascal, que se junta con Belén Esteban o con Carlota Corredera.
¿Qué tal con Nati?
El día que vino por primera vez estaba muy nervioso porque siempre la he admirado mucho.
Hablando de trabajo. Creo que eres de las pocas personas que no se ha pronunciado o que nunca le han preguntado por el final de Sálvame.
Al principio me parecía como mentira, me quedé como un poquito en shock. Pero también fue como un poquito también de alivio por poder parar. Han sido muchos años con muchísima intensidad, con muchísimas horas, muchos problemas y también muchas alegrías. Para mí fue como un descanso. Me llamaban por la mañana para transformar a Josep Ferrer de Tamara Falcó y cuando tenía el trabajo hecho, se caía y me pedían que lo caracterizara de Chelo García Cortés. Creo que ahora no sé si sería capaz de hacer todo eso.
Manuel Zamorano sobre Pelayo Díaz: "Estoy deseando que me deje de seguir en Instagram para dejarle de seguir. Fue muy cruel"
¿Si volvieras te negarías a hacer determinadas cosas?
No, porque en mi trabajo nunca me he negado a hacer nada. Pero sí que a lo mejor hubiera parado algunas.
¿Cosas cómo qué?
Pues a lo mejor hubiera parado que se le hubiera hablado mal a gente de mi equipo. Incluso a mí. Yo nunca era capaz de enfrentarme a ellos y cogía a los directores y les contaba lo que había pasado y eran ellos los que mediaban. Yo dejé Cámbiame por una discusión que tuve con Pelayo. Dije que hasta aquí habíamos llegado.
¿Qué sucedió?
Un día me dijo que yo maquillaba y peinaba a las señoras como fulanas y yo estaba tan quemado que le solté otra bien gorda. Yo no aguanté más y decidí irme.
¿Cómo es la relación en la actualidad?
Estoy deseando que me deje de seguir en Instagram para dejarle de seguir. Fue muy cruel. Eran programas muy complicados y pasé mucho estrés. Yo me quedé sin cejas y sin barba. El médico me dijo que del estrés tenía el cortisol altísimo.
¿Y cómo es la vida después de 'Sálvame'?
Ahora estoy muy centrado en la peluquería. Nunca la abandoné porque yo siempre fui consciente que eso era mi cuartel general. De ahí he podido comprarme otra casa, de ahí he podido vivir de mi salón y he podido sacar todo lo que tengo. La tele era un suplemento.
¿Te apetece volver a la televisión?
Tengo tres proyectos, que puede ser que salgan en marzo. Nunca me lo había planteado, pero me gusta mucho que se hayan acordado de mí. Creo que esto pasa cuando dejas de lado tu ego, porque yo creo que lo que a mí me ha pasado durante todos estos años es que he tenido un ego muy alto.
Manuel Zamorano: "Decidí quitarme a lo que yo llamo las ‘influmierdas’"
Nunca te había escuchado hablar de esto.
Mi ego me ha hecho llegar donde estoy, pero mi ego también me ha llevado a tener mucha ansiedad, tener problemas de estómago, querer abarcarlo todo, por ejemplo, si salía una famosa, quería traerla a la peluquería lo más rápido posible y ahora ya no.
Es terrible.
He hecho una criba muy grande en el salón. Decidí quitarme a lo que yo llamo las ‘influmierdas’. Tenía la sensación de que solo venían al salón a aprovecharse de mí y corté por lo sano.
¿Cómo reaccionaron?
Muchas me han dejado de hablar, pero me he dado cuenta de que las que realmente eran mis amigas y las que querían venir a la peluquería siguen viniendo. Decidí valorarme. Yo no sé decir a nadie que no. Yo tuve una famosa, muy famosa que vivía enfrente de mi peluquería, hablo de la época de cuando no había peluquería en Sálvame por el covid, y yo la peinaba todos los días y la maquillábamos en el salón para entrevistas, cenas, fiestas... Incluso venía a la peluquería para lavarse el pelo.
¿Y qué pasó?
Pues ella encontró a otro que iba a su casa y desapareció de mi vida. Ni las gracias me dio, pero te digo una cosa, de casta le viene al galgo. He sufrido muchas de esas. He sentido que me ha estrujado, me ha exprimido. A mí y a mi equipo. Yo no comía porque ella venía a la peluquería. Pero todo eso ya ha cambiado.
Te conozco desde hace tiempo y nunca te había visto tan dolido.
Es que a día de hoy es incapaz ni de preguntarme cómo estoy. Todo esto fue condicionante para que no me volviera a suceder nunca más.
¿A quiénes consideras tus amigas entre las famosas que acuden a tu salón?
Una de ellas es Carlota Corredera. Confió en mí desde el primer momento. Belén Esteban también se ha convertido en una de mis mejores amigas, Valldeperas, Lidia Lozano…