Casi hipnótica. Así ha sido la reaparición de Manuel Díaz este martes, cita en la que ha reunido a todos los medios de comunicación para explicar todos los entresijos de su reencuentro con su padre. 54 años después de su nacimiento, él y Manuel Benítez han tenido su primer acercamiento, el cual ha emocionado a todos sus seguidores. El diestro ha sido quien ha revelado las primeras palabras de ambos, en especial, las de su progenitor, que por primera vez, le llamó "hijo". Sin embargo, no ha sido al único al que ha ensalzado delante de las cámaras, sino también a la pareja de 'El Califa', María Ángeles Quesada, que también estuvo presente la primera vez que padre e hijo se vieron en privado: "Y a mí se me permite que sea como yo quería que fuera, con las personas que quería. Con su compañera María Ángeles, que es un ángel en la tierra, mi mujer Virginia y yo".
Fue precisamente una cita sin curiosos y con únicamente personas de confianza lo que él soñaba, un cara a cara en el que estaban las dos mujeres más importantes de cada uno de ellos. "Surge ese contacto primero telefónico hasta que llega el día de que decidimos vernos y me permiten que sea como yo quería: una reunión íntima con las personas que quería. María Ángeles, su pareja, que es un ángel en la tierra y ha hecho posible esto y se lo agradeceré siempre, mi mujer y yo", ha dicho Manuel Díaz frente a las cámaras. De este modo, ha confirmado que María Ángeles ha sido una pieza clave, siendo ella quien ha ayudado a que padre e hijo acercaran posturas, a pesar de lo sucedido estas más de cinco décadas.
La relación de Manuel Benítez y María Ángeles comenzó en el año 2016, poco después de que su matrimonio con Martina Fraysse terminara tras 50 años juntos. Ahora ambos conviven juntos, ella es una discreta mujer y es quien le ha devuelto la ilusión, de hecho, fue SEMANA quien publicó sus primeras imágenes juntos. Fue justo en el año en el que se supo de su romance cuando un juez decretó que Manuel Díaz era el hijo de Manuel Benítez a un 99,9% al realizarse una prueba de ADN, la cual sirvió para darle una respuesta definitiva. Ahora ha sido ella quien ha ejercido como nexo para que el torero cumpla el sueño por el que llevaba toda la vida luchando.
Padre e hijo, muy ilusionados
Están dispuestos a olvidar y a enterrar las rencillas que existieron entre ellos. Pero, ¿qué recuerdos guarda Manuel Díaz de este acercamiento entre ellos? Numerosas emociones tras las que, sin querer, Manuel Díaz cayó enfermo. Aunque no fue consciente de sus gestos o movimientos, ha sido conocedor de su actitud aquel día a través de los ojos de su mujer, quien no perdió detalle de todo lo sucedido entre ellos. "Virginia dice que yo me metía debajo del brazo de mi padre. Quería guardar la compostura pero no podía. Dice Virginia que me metía debajo y le ponía la cabeza en su pecho. Yo no quería, pero era una fuerza de dentro que no podía frenar y solo buscaba estar debajo de él y que en acurrucara y eso no lo puedes tú querer hacer. Esa noche yo caí malo. Estuve con él muchas horas. Fliparíais con las conversaciones porque lo conocía tanto sin haber estado con él que se quedaba sorprendido y me dice: 'oye, yo también sé mucho de ti y empieza a contarme'", ha asegurado Manuel Díaz, quien estaba visiblemente nervioso.
Manuel Díaz tras varias conversaciones con su padre y después de que sus seres queridos sepan del paso que ambos han dado al frente, insiste en que entre ellos "no hay reproches". Por fin ha llegado su momento, tanto es así que él ya le llama papá, una palabra que jamás había pronunciado y que él no estaba acostumbrado en absoluto a decir. "Le digo: ¿oye y cómo te llamo? Porque claro la palabra 'papá' no la tengo interiorizada con nada. Es como que me gustaría llamarle papá, me sale del estómago pero cuando llega a la garganta se para.
¿Entonces cómo te llamo? ¿Papá? ¿Te importa? Y él dice '¿qué me va a importar?'", relata Manuel Díaz.