Justo cuando se cumplen veinte años del estreno de Operación Triunfo 1, el concurso musical que lo dio a conocer en 2001, Manu Tenorio desgrana para SEMANA sus dos décadas de carrera. Una carrera en la que ha encontrado el amor y ha sido padre del pequeño Pedro, su ojito derecho y por el que siente devoción. El andaluz, que no está atravesando su mejor momento después del fallecimiento de Álex Casademunt, hace balance con nosotros y nos confiesa si alguna vez ha pensado en divorciarse de su mujer, la periodista Silvia Casas.
Te brillan los ojos, Manu.
La verdad es que me siento muy bien. Estoy en perfecto equilibrio conmigo mismo. Tengo muchos proyectos entre manos, que no dejan de ser un motivo para levantarme todos los días con muchas ganas e ilusión. Luego mi familia está fenomenal y eso hace que esté pasando una etapa fantástica en mi vida.
Físicamente también te veo en plena forma.
Me gusta tener unos hábitos de vida saludable, no solo por el tema estético. Hace tiempo me di cuenta de que el ejercicio físico me ayudaba mucho a nivel mental. He implantado esta metodología en mi vida, porque en cierta manera también quiero inculcársela a mi hijo pequeño. Quiero que él sea consciente de que el deporte es un hábito saludable.
¿Puede ser que pasar tanto tiempo en la cocina durante el confinamiento te pasara un poco de factura?
Era todo una locura. Como estábamos encerrados y nos daba tiempo a hacer tantísimas cosas, me puse a cocinar como un loco y llegó un momento en que me desbordé un poquito. Ahora sigo una dieta Lev. Yo sabía que tenía que recular y recuperar mi peso.
¿Cómo es un día a día con Manu Tenorio en casa?Yo soy un tío bastante común a todos los niveles. Me considero un padre de familia que intenta hacerlo todo lo mejor posible. Obviamente también me equivoco, como cualquier ser humano, pero en general soy una persona bastante normal. Me gusta mucho ayudar a mi hijo a hacer los deberes, porque para mí es muy importante que él sienta lo que es tener una figura paternal que le sirva de referencia y que sienta que está amparado y cuidado. Quiero que en el futuro se sienta seguro de sí mismo y se sienta respaldado por su padre.
Si te pudieras definir a ti mismo como padre ¿Qué tipo de padre crees que eres?
Procuro ser un buen padre. Que él siempre pueda contar conmigo. Intento estar siempre a la altura de sus necesidades. Siempre he intentado que mi hijo no note ningún tipo de diferencia entre él y sus compañeros, sobretodo porque su padre sea una persona conocida. Para nada. Yo procuro que él perciba que eso no me diferencia en nada de los demás, sino que, sencillamente, es una profesión como otra cualquiera.
Haciendo balance ¿Te ha cambiado mucho la vida desde que has sido padre?
Me ha cambiado bastante. Antes uno estaba pendiente exclusivamente de su ombligo y ahora te das cuenta de que lo principal es él. Mi felicidad gira ahora en torno a él. Mientras mi hijo sea feliz y se levante todas las mañanas sonriendo y diciéndome: “te quiero”, yo ya me doy por satisfecho. El resto de mi vida ha pasado a ser algo con menos importancia.
Tu hijo no para de pedir un hermanito, pero por más que os habéis puesto manos a la obra, parece que la cigüeña no llega…
(Se ríe) La verdad es que el tío presiona. Mi hijo es una persona muy cariñosa y afectuosa, y la verdad es que siempre nos está pidiendo un hermanito y nosotros estamos ahí dándole vueltas al asunto… Sabemos que ya no somos dos críos y ya veremos a ver qué ocurre. Yo siempre le digo, “pero si estamos de muerte así los tres y ¿otra vez a empezar de cero?”
Formas, junto a tu mujer Silvia, una de las parejas más estables del panorama social y además trabajáis juntos ¿No os pasa factura?Tenemos nuestros roces, pero tampoco hemos querido transmitir que somos una pareja perfecta, ni mucho menos. Lo que pasa es que cualquier fricción siempre la solucionamos y le damos la importancia justa. Estamos muy bien los tres juntos. Tener a mi familia a mí me aporta estabilidad y un equilibrio muy importante a la hora de trabajar. Si mi familia se rompiese… Todo el mundo, es verdad, empieza de cero, pero… Para mí son todo.
¿En estos trece años de relación ha habido algún momento de crisis en el que hayáis estado a punto de romper vuestra relación?
Creo que nunca ha habido ninguna crisis, para nada. Si te refieres a si nos hemos planteado, alguna vez, el divorciarnos, la verdad es que no. Nunca he tenido ese tipo de crisis. Hemos tenido encontronazos y alguna que otra discrepancia, y seguro que durante el futuro habrá alguna más, pero eso otro nunca lo hemos vivido.
¿Cuándo te diste cuenta de que ella sería la mujer de tu vida?
Fue algo que sucedió de una manera espontánea. Los dos teníamos ya una cierta edad, y poco a poco una cosa fue llevando a la otra y al final nos dimos cuenta de que podíamos formar un buen equipo los dos.