Este martes 14 de diciembre ha tenido lugar la incineración de Manolo Santana. Su familia y amigos se han despedido de él en la más estricta intimidad, tanto es así que se ha desplazado hasta allí su círculo más cercano. Mientras se ha podido ver a su viuda, Claudia Rodríguez, destrozada junto a dos hijos del tenista, los otros tres han optado por no ir. Solo Bárbara y Borja se han acercado, de hecho, la decisión de Alba Santana salía a la luz en las últimas horas. Aunque sí le dio su último adiós tras conocer su fallecimiento, se ha negado a acudir al tanatorio, pues allí se despidió de su madre hace solo unos meses. Ahora sus restos irán rumbo Marbella, ya que ese fue su último deseo.

Vídeo: Europa Press

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A pesar de que Claudia ha sido preguntada por Alba, ella ha preferido no responder a las preguntas de los periodistas. Está rota de dolor y quiere vivir en silencio los días posteriores a la muerte de Santana. Fue la propia Alba Santana quien después de acudir a la Caja Mágica desveló sus planes.A pesar de que ha sido este martes cuando los restos mortales del tenista se han trasladado hasta el cementerio de La Almudena, donde se ha procedido a la incineración, la hija de Mila ha decidido no estar presente en ese momento. No quiere volver al lugar donde se despidió de su madre, Mila Ximénez, por última vez. No quiere revivir los momentos más dolorosos de su vida y por ello ha decidido no acudir a la incineración del tenista. Todo está muy reciente, de hecho, en menos de seis meses ha perdido a sus dos progenitores, un durísimo varapalo.

Claudia Rodríguez despedida
© Gtres.





Aunque la relación padre e hija ha pasado por altibajos, Alba estaba completamente devastada en la capilla ardiente. De hecho, a su llegada insistió en que, a pesar de no mantener comunicación con él, estaba «muy mal y es muy difícil». «No me lo puedo creer. Adoraba a mi padre. Lo quería muchísimo (…) Lo mínimo que podía hacer era venir a despedirme de él en persona», dijo hace unas horas. El tenista falleció el sábado 11 de diciembre a los 83 años en su residencia de Marbella tras varios meses de problemas de salud. En sus últimas apariciones reapareció débil, imágenes muy llamativas que hicieron temer por su vida y que preocuparon mucho a aquellos que le querían.