El fallecimiento de Julián Muñoz ha tenido lugar en una semana especialmente luctuosa para Isabel Pantoja. Esta misma semana se celebran dos trágicos aniversarios en el calendario personal de la tonadillera: el jueves se cumplen 40 años de la muerte de Paquirri y el domingo hará cuatro del óbito de su madre, doña Ana.
Los tres personajes han vertebrado la biografía de la tonadillera de diferentes formas y sin ningún género de dudas tendrán especial relevancia en el documental que la cantante de ‘Marinero de Luces’. La casualidad ha querido que los tres hayan fallecido con pocos días de diferencia, aunque en distintos años.
40 años sin Paquirri
La tragedia llegó a la vida de Isabel Pantoja hace exactamente cuatro décadas. La tarde del 26 de septiembre de 1984 el marido de la tonadillera, Francisco Rivera ‘Paquirri’ perdía la vida a los 36 años por una brutal cogida en la plaza de toros de Pozoblanco (Córdoba). Aquella pérdida rompió por completo la vida de la cantante que en aquel momento pasó de ser una estrella de la canción española a llevar el título de “Viuda de España”.
Según sus propias palabras, Pantoja nunca se recuperó de la temprana pérdida del amor de su vida y, a día de hoy, todavía se emociona cuando interpreta sobre los escenarios aquellas canciones en las que lo recuerda. Además de “Marinero de Luces” en su repertorio hay otros éxitos en los que su figura está muy presente como en “Era mi vida él” o más recientemente en el éxito “Ésta es mi vida”.
El recuerdo de Francisco Rivera se encuentra presente en la vida de Isabel de manera cotidiana: no solo reside en Cantora, la finca fetiche del maestro, cuya entrada está presidida por un grandísimo retrato del torero, sino que sus recuerdos decoran las principales estancias de la vivienda que también forman parte del santuario que la cantante levanta en sus camerinos.
Su madre falleció en Cantora en 2021
Precisamente en una habitación de la popular dehesa de Medina Sidonia se apagó para siempre doña Ana, la popular madre de la artista. Doña Ana Martín de Pantoja vivió sus últimos años en la vivienda sus últimos años terriblemente enferma y durante toda su vida acompañó a su hija más célebre. Falleció a los 90 años de edad.
Madre e hija tuvieron durante toda su existencia un vínculo muy especial y cuatro años después su recuerdo continúa haciendo mella en la frágil salud mental de Isabel. A pesar de que se muestra fuerte sobre el escenario, desde su entorno puntualizan que cuando se apagan los focos la pena por su fallecimiento, unida a la complicada relación que mantiene con sus hijos, provocan una intensa melancolía en la reina de la copla.
Al igual que su hija, doña Ana se quedó viuda muy joven con la muerte de su marido, Juan Pantoja Cortés, en 1974. Cargada de coraje y poderío, se las ingenió para sacar a su familia adelante. Isabel pidió expresamente que se le ocultase su paso por la cárcel en 2014 cuando ya estaba enferma y toda la familia le hizo creer que durante su cautiverio estaba de gira por Latinoamérica.
El cancionero de Pantoja también cuenta con un tema propio dedicado a ella: “Es mi madre”.
Julián Muñoz, no hay dos sin tres
Este 24 de septiembre de 2024 perdía la vida tras varios años de enfermedad Julián Muñoz, última pareja de la tonadillera y protagonista de sus mayores desgracias recientes. Isabel y Julián mantuvieron una polémica relación sentimental desde 2003 hasta 2009. Su romance con el exedil marbellí estuvo repleto de escándalos periodísticos y financieros y ambos acabarían en prisión, junto con Mayte Zaldívar ex mujer del alcalde, por blanqueo de capitales.
No se espera que Isabel Pantoja haga referencia alguna al fallecimiento del que fue su novio. Desde que rompieron sus vínculos ambos han mantenido una cruenta guerra mediática y Julián siempre definió a Isabel como el peor error de su vida.
Pantoja sí que se habla de Julián en los escenarios. Como en los dos casos anteriores, la figura de Julián continúa presente en las canciones que la artista interpreta en su particular ‘Celebration Tour’, con la que conmemora sus 50 años sobre los escenarios. En este caso, el tema tiene tintes más autoafirmativos: “Tú a mi no me hundes”, se llama la popular tonadilla.