Llega puntual, taconeando y saludando a todo el mundo con su habitual "¡Hola!, ¿qué tal? Fenomenal". Tiene claro la ropa que se quiere poner y cómo le gusta el pelo. "Zamorano, ya sabes que no me gusta ir muy peinada. Déjame como si acabara de salir de un after", dice mientras suelta una de sus contagiosas carcajadas. Y mientras el estilista hace su magia, nosotros hacemos ‘mesa camilla’ con ella, comentando los temas más candentes del corazón. Así fue como, en tan solo cinco minutos, Lydia Lozano nos conquistó. Genio y figura.

Y es que hay rostros conocidos que en las distancias cortas no tienen nada que ver con la imagen que tenemos de ellos, pero no es su caso. Ella es tal y como se la ve en la tele. No hay trampa ni cartón. Sin embargo, solo tras conocerla uno comprende por qué conecta tanto con todo el mundo: recepcionistas, personal de limpieza, taxistas... Lydia te trata desde el primer momento con una familiaridad como si te conociera de toda la vida. Ese es su poder y el motivo por el que tantos famosos patrios le hayan confiado sus secretos.

Lydia Lozano se sincera con 'Semana'

"He ido a muchas casas de personajes conocidos por Charly. Él siempre me pedía que, si hacía una guardia, me escondiera bien para que no se me conociera y que él no tuviera que dar explicaciones. Me decía 'Tú di que eres bibliotecaria".

Foto: Alberto Bernárdez.

Periodista de carrera y con una larga trayectoria en radio y televisión, en sus últimos años, su imagen se ha visto reducida, muy injustamente, a ser ‘la del caso Ylenia Carrisi’ y la llorona de ‘Sálvame’. En relación con la hija de Albano, ya ha pedido perdón hasta la saciedad, y en cuanto a lo de las lágrimas... ya se ha cansado de llorar, ha dicho basta y lo ha hecho en forma de libro: 'La venganza de la llorona' (Ed. La Esfera de los Libros), en el que parte y reparte, dejando a cada uno en su lugar. Eso sí, sin rencores.

Su particular venganza

Ha llegado tu momento.

Bueno, ha habido muchos momentazos en mi vida. Cada nuevo proyecto, incluso, cuando hice aquella película con Arturo Fernández, lo ha sido. En el actual, estoy feliz con mi libro, en ‘Mañaneros’ (TVE) y en ‘Ni que fuéramos Shhh’ (Canal Quickie).

Nos referimos al momento de la venganza, al de plantarte y decir: "Esta soy yo".

Sí, pero además es que tengo mucho público joven para el que soy la de 'Sálvame' y no saben todo lo que he currado. Incluso compañeros, como Kiko Matamoros, que es el que más me conoce, tiene que estar flipando. Yo no voy a una cena y digo: "He estado en la COPE, en RNE..."

Pero este libro es una especie de venganza, ¿te has quedado a gusto o se te han quedado cosas en el tintero?

Cuando repasé los capítulos, taché muchas cosas y no ha sido por miedo a demandas. Este libro es mi particular venganza hacia esas personas para las que solo soy la que llora en televisión, pero no es contra la gente que me ha hecho daño. ¡No habría papel suficiente! (risas). Yo quería contar mi vida profesional y, para ello, he tenido que hacer muchas llamadas a gente.

¿Como a quién?

A Agustín Bravo, por ejemplo, para comentar lo qué paso con Isabel Pantoja, que levantó el teléfono y me echó del espacio de Canal Sur en el que trabajaba, antes de cargarse el programa. Eso es muy fuerte, aunque no hablo casi de ella en el libro. No quería ser cruel... Eran otros tiempos, estaba en ‘Tómbola’, en Antena 3, en la radio, pero si tengo que alimentar a una familia, hubiera quemado Cantora (risas).

Lydia Lozano se sincera con 'SEMANA'

"No aguanto que me llamen pija, eso de mantener las formas no va conmigo. Tengo una vena macarra destacable", nos cuenta Lydia Lozano.

Foto: Alberto Bernárdez.

¿A quién le has dedicado este libro?

A mi hermano Jorge, ya fallecido, que era una eminencia y tenía un sentido del humor increíble.  A Charly y a la periodista Yolanda Aguilar, que ha sido mi guía con el libro y también espiritual, porque, cuando se acabó ‘Sálvame’, yo solo decía: "¿Y ahora qué hago?". Y ella me dijo: "¿Quieres un plan de trabajo? Pues vamos a quedar por las tardes de 4 a 7 para hacer este libro". Ella es maravillosa.

¿Llegaste a pensar que se había acabado tu carrera?

Sí. Hace poco me dijeron que tenía síndrome de Estocolmo con ‘Sálvame’, pero lo que pasa es que me gusta sacar la parte positiva de todo. Lo que me ha dado ‘Sálvame’ profesionalmente no me lo va a dar nadie. Ahora me muevo por un plató como si fuera mi casa. 

No eres rencorosa.

Cero. Esto es una venganza, pero no soy vengativa.

Periodista vs. amiga de los famosos

Siempre se te ha tenido por una niña pija.

Para nada. Me aburre la gente pija y eso de mantener las formas y la compostura no va conmigo. De hecho, tengo una vena macarra destacable. Y lo de clasista, yo me he movido en todos los ambientes, en lo peor y en lo mejor, y eso no lo hacen los clasistas.

Defiendes que el periodista tiene que patearse la calle…

Defiendo la calle e ir a las fiestas, pero yo ya conozco a muy poca gente. Ha cambiado mucho todo. Se siguen haciendo fiestas buenas y me llaman, pero ya me da pereza. Ahí me pregunto: "¿Me estaré haciendo mayor?". No, es que ya lo he hecho. 

¿Tener amigos famosos no te limita a la hora de informar sobre ellos?

El que yo me haya guardado informaciones no significa que no haya hablado. Si hay un buen poso, esa amistad va a seguir siempre ahí. Por ejemplo, soy muy amiga de Lolita Flores y, cuando di el embarazo de su hija, se cabreó. Yo luego hablé con ella y se arregló. Otra cosa es traicionar a amigos, eso nunca. Mira, estuve invitada en la boda de Kike Sarasola en Lanzarote. El avión en el que íbamos 300 personas estaba lleno de famosos y de esa boda no conté nada, a pesar del salseo que hubo. Sé de gente que, teniéndolo todo pagado, dejó una cuenta enorme...

Lydia Lozano se sincera con 'SEMANA'

"Yo di la noticia de la deuda de Hacienda de Lola Flores. Nadie me nombró, a pesar de que la noticia estaba firmada", desvela la periodista.

Foto: Alberto Bernárdez.

En casa de Lola Flores

La confianza que tenías con Lola Flores es impresionante: le llevabas dinero al bingo, las revistas del corazón a su casa...

Nos reíamos mucho. Cómo comentábamos las revistas no tiene precio... Y ella sabía que podía confiar en mí. He estado en fiestas de Nochebuena en su casa.

¿Cómo eran esas Nochebuenas?

Mágicas. Imagínate una casa de La Moraleja y encontrarte allí con Almodóvar, Bibiana, Massiel, Guillermo Furiase, Antonio Flores, Lolita, el Pescaílla, Ketama. Cientos de famosos... Lo que más me gustaba es que allí no era periodista, sino una más.

Poca gente sabe que fuiste tú quien dio la exclusiva de su deuda de Hacienda.

Fue una exclusiva, pero la dimensión que tomó la noticia fue impresionante y nadie me nombró, a pesar de que la noticia estaba firmada. He dado muchas y muy buenas exclusivas.

Esa familiaridad que tenías con personajes como Lola es muy difícil de lograr en la actualidad... 

Todo ha cambiado.  Yo ahora no tengo un íntimo amigo famoso, tengo los de antes. A mí lo de internet y whatsApp no me gusta...  Ya nadie te llama por teléfono ni en tu cumpleaños ni en Navidad, y yo a mi gente levanto el teléfono y la llamo. Por suerte, sigo teniendo relación con personajes como Colate y Sofía Cristo, que me cuentan cosas y yo sé cómo contarlas sin dañar ni la información ni al personaje. Ellos conocen con quién están hablando. Por ejemplo, yo sabía a dónde se iban de vacaciones Ana Guerra y Víctor Elías tras su boda y no dije nada, pero luego lo cuentan todo en internet.

Calificas como amigos a artistas como Camilo Sesto o Lucía Bosé, sobre cuya relación hablas en el libro.

Sí, fuimos muy amigos.  La muerte de Lucía Bosé la di yo. Y Camilo, aunque tuvimos nuestros más y nuestros menos, también lo fue. Lo conocí cuando trabajaba en Marbella y la amistad continuó. Me acuerdo tanto de él cuando veo a su hijo... Cuántas veces me han dado ganas de llamar a esa puerta, pero pienso en qué me voy a encontrar y tampoco creo que le gustara a la madre, Lourdes Ornelas, de quien no quiero hablar. 

Lydia Lozano se sincera con 'SEMANA'

"En mi funeral contaré la fuente de Ylenia Carrisi, con qué hombres he estado... Los secretos que me llevo a la tumba", dice la protagonista de 'La venganza de la llorona' (Ed. La Esfera de los Libros).

Foto: Alberto Bernárdez.

Charly, el gran amor de Lydia Lozano

Charly, por la familia de la que proviene y por su profesión de arquitecto, siempre ha estado muy bien relacionado socialmente…

Sí, el que tiene un libro es Charly. Cuando lo conocí, yo hacía guardias a famosos y flipaba. Por ejemplo, me decía: "Vamos a la casa de Cristóbal Martínez-Bordiú y José Toledo". He ido a muchas casas de personajes conocidos por él. Y podía pasar que íbamos a una fiesta de alguien y el día anterior le había hecho una guardia. Yo no salía entonces en televisión y era más fácil, por eso Charly siempre me pedía que, si hacía una guardia, me escondiera bien para que él no tuviera que dar explicaciones. Me decía: "Tú di que eres bibliotecaria". 

Charly era amigo de Jimmy Jiménez-Arnáu…

Íntimo. Charly era novio de Merry Martínez-Bordiú y fue él quien le presentó a Jimmy. Con él me llevé una gran decepción... Jimmy se lo tomaba a coña, pero cuando una persona va a hablar de alguien como mi marido en un plató, que nunca ha hecho un photocall ni una entrevista, te duele...

Algunas decepciones

¿Y cuál ha sido tu mayor decepción?

Muchas, pero no me apetece contarlas, sobre todo porque ha habido demandas que, por cierto, he ganado.

Alguna has perdido...

Sí, Norma Duval me demandó y lo ganó, y en un programa acabó diciendo que me quería mucho, porque fuimos buenas amigas hasta que llegó un señor con el que se casó y dijo que había que demandarme. Creo que ella, en el fondo, está arrepentida.

Con Marta Sánchez tuviste mucha amistad, ¿qué pasó?

La gente se casa, se divorcia, se va a Miami, vuelve, hace otras amistades y tú ya eres de segunda división, aunque durante ocho años fui de primera. Pero la quiero mucho... Cuando los reporteros de calle dicen que qué mal se porta Marta, pienso: "Es que nunca tenías que haber quitado de tu vida a la de primera división". Yo le daba buenos consejos... Éramos buenas amigas. He dormido en su casa con mi marido para protegerla porque tenía unos okupas al lado.

Lydia Lozano se sincera con 'SEMANA'

"Ir a las fiestas ya me da pereza. Conozco a muy poca gente de la que va", nos confiesa Lydia Lozano.

Foto: Alberto Bernárdez.

Una nueva etapa

Con este libro, dejas ya zanjado el tema Ylenia.

Sí, he dado un golpe en la mesa. Lo pasé muy mal. La gente no me critica porque me la colasen con la información, sino por haber seguido en el tiempo con ello, pero llegó un momento que no dependía de mí. Incluso, ahora, que yo ya no estoy en el tema, Albano me sigue nombrando. ¿Por qué no da caña a los periodistas que continúan con el tema? ¡Ya! ¡Se acabó! He llorado mucho haciendo este capítulo y también en el que hablo de 'Sálvame'. Este libro ha sido mi venganza, pero no quería ser vengativa.

¿Y cómo estás ahora en ‘Ni que fuéramos Shhh’?

Lo pasamos muy bien, es como un 'Sálvame' familiar. Como una cena en Navidad donde puede saltar la chispa, pero ni mucho menos es lo de antes. Yo ya estoy en otro punto, eso de levantarme y decir que me voy ya no. El día que me quite el micro no vuelvo a pisar el pisito, que es como llamamos a nuestro plató.

En el libro destapas romances, pero poco hablas de los tuyos…

No, porque no es una biografía de mi vida personal. ¡Uy, si escribiese mi vida! (risas).

Seguro que habría relaciones que nos sorprenderían…

Sí, con dos. A uno nunca le hice una entrevista, pero era espectacular de divertido, majo... Al otro sí le entrevisté, pero no lo publiqué. Y no lo voy a desvelar hasta mi funeral.  Se lo voy a dar todo a mi sobrina Nayra, que, como es abogada, me fio de ella y no lo voy a tener que lacrar. Contaré la fuente de Ylenia, con quién he estado... Los secretos que me llevo a la tumba (risas).

¿Y ese baile que te pegaste con el entonces Príncipe Felipe?

Baila muy bien la bachata. Es que el Príncipe era amigo de amigos míos, como los Fuster. Recuerdo que, cuando le decían que estaba invitado, él siempre quería pagar.

¿Cómo te ves con Charly en estos próximos años?

Viajando.  Este año solo me he ido cinco días a Tenerife porque me operaron dos veces en mes y medio. A Charly también le intervinieron.  La foto de los dos en la misma habitación del hospital con pijama y suero vale oro (nos enseña la imagen).

¿Y una asignatura pendiente profesional?

Conocer a Carolina de Mónaco, pero se me están quitando las ganas. Hannover se la cargó.

 

Maquillaje, peluquería y estilismo: Manuel Zamorano. 
Agradecimientos: Jot Madrid y  Koker.
Lozalización: Hotel Canopy.

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