Las disculpas de Luis Rubiales hay para quien han llegado tarde. El presidente de la Federación Española de Fútbol tras su polémico beso a la delantera Jenni Hermoso ha salido a dar explicaciones y es que eran muchos los que estaban pidiendo su dimisión. Numerosos políticos se han pronunciado al respecto, de hecho, las críticas contra él no han cesado desde el domingo 20 de agosto desde casi cualquier sector. Una cruda situación tras la que comenzaba diciendo: "Tengo que disculparme, no me queda otra ¿no?". Palabras que podrían dejar ver que su perdón era casi obligado, pero ¿qué dicen sus gestos tras lo sucedido en el Mundial Femenino de Fútbol? Un experto en Comunicación No Verbal lo analiza.
Luis Rubiales, a examen
Vídeo: Redes sociales
Mientras que su primera reacción fue la de decir que "era un acto sin maldad" y "que no había que hacer caso a los tontos y a los idiotas", finalmente no le quedó más remedio que explicarse en un tono mucho más amable. Luis Rubiales, consciente del cariz que estaba tomando este asunto, ha grabado un vídeo en el que trataba de mostrar su arrepentimiento, imágenes sobre las que José Luis Martín Ovejero se pronuncia como experto en gestos. "Tras 12 segundos donde recuerda el éxito de la selección, pasa a su tema, y el cambio se produce con una expresión facial de claro desagrado. Es indudable que hablar de este asunto no le resulta nada satisfactorio", dice Ovejero. Además, en el instante en el que dice "hay un hecho que lamentar" levanta su hombro izquierdo, lo que suele venir asociado a pensamientos de duda o falta de convencimiento en lo que estás expresando.
José Luis, además, repara en el estrés que acompaña a Luis Rubiales durante su intervención, algo que se aprecia, por ejemplo, cuando el presidente de la Federación saca su lengua. Esta imagen refleja que no le está resultando fácil grabar esta disculpa, pues pensaba que con su primera explicación bastaría. Nada más lejos de la realidad. Por otro lado, en el vídeo hace hincapié en que entre él y la jugadora Jenni Hermoso "hay una magnífica relación", declaraciones que da mirando a cámara fijamente: "Aquí sí me parece que él lo piensa". Al igual que cuando justifica el beso asegurando "que no había mala intención ni mala fé": "No solo lo hace sin huir de la cámara, como en otras ocasiones sí parece hacerlo, sino que además gesticula con ambas manos. Creo que él cree en lo que expresa porque toda su comunicación no verbal es coherente con sus palabras".
Así las cosas, hay algo que Rubiales pretende evitar y esto no es otro que la palabra "beso". Prefiere referirse al polémico momento como "ocurrió lo que ocurrió", lo que se llama como "lenguaje de distanciamiento, y suele significar que al cerebro de la persona le afecta mucho pronunciar la palabra que describe el acto, y lo sustituye por una descripción más abstracta".
Las miradas de Luis Rubiales
Y para Ovejero no es solo son llamativos sus gestos, también el contenido y la forma de expresarse. Rubiales en varias ocasiones señala que "tiene que disculparse", lo resta convencimiento a su gesto. "Personalmente creo que se disculpa porque se siente obligado a hacerlo. Me baso no solo por lo que he expuesto anteriormente; sino, también, porque no le advierto las miradas habituales de quien se siente avergonzado o culpable por algo que ha hecho. Además, considero que él está convencido de que, por su parte, no ha existido ninguna mala intención, y que su buena relación con la jugadora y las circunstancias de euforia del momento justificarían su acción".