Luis Miguel continúa inmerso en su gira por América. Antes de pisar el Santiago Bernabéu el próximo 6 de julio, el cantante está haciendo alguna que otra parada al otro lado del Atlántico. Entre ellas Chile, lugar donde hace días aprovechó para salir a cenar junto a Paloma Cuevas. Dada la repercusión que generan todos y cada uno de sus movimientos, algunos de sus seguidores le captaron en el restaurante al que acudió, el cual esa noche estuvo marcado por la presencia del Sol de México y su pareja.

En un vídeo que ha trascendido recientemente, puede verse cómo Luis Miguel llega al lugar en cuestión junto a Paloma Cuevas. El resto de allí presentes no dudaron en recibir al cantante y a su compañera de vida entre vítores y aplausos, a lo que ellos mismos reaccionaban con una amplia sonrisa y saludos. Sin embargo, no ha sido eso lo que más ha llamado la atención. En un intento por proteger a sus comensales VIP, los camareros hacen de escudo para evitar que sus seguidores puedan tocarles o entorpecer su paso. En el clip en cuestión puede palparse a la perfección la tensión en el ambiente, mientras los trabajadores hacen lo que pueden para que todo el mundo mantenga la calma. 

Las medidas a seguir del cantante y Paloma Cuevas para evitar el revuelo mediático en sus reapariciones públicas

Para evitar situaciones como esta, Luis Miguel y Paloma han optado por ser muy discretos cada vez que llegan a algún país. Sin ir más lejos, a finales del pasado verano, la pareja aterrizaba en Buenos Aires para dar continuidad a la gira del cantante. Como no podía ser de otra manera, ambos se hospedaron en uno de los mejores hoteles de la capital argentina, cuya noche costaba en torno a 11.000 euros. Pero lo que más destacó fue la manera en la que pusieron un pie en el enclave. 

Así ha cambiado Paloma Cuevas la imagen y el comportamiento de Luis Miguel

Paloma Cuevas y Luis Miguel 'pillados' en el aeropuerto.

SEMANA

En esa ocasión, el cantante y la modelo aterrizaron en un avión privado en el aeropuerto de Ezeiza. Un momento del que apenas trascendieron imágenes, pues la pareja no escatimó en estratagemas para lograr que no se hiciera pública ni una sola instantánea de su llegada. De hecho, la ex de Enrique Ponce optó por no descender del aeroplano junto a su pareja, y salió por una ruta alternativa. A esto se suma que trató en todo momento de ocultarse bajo un paraguas para “pasar desapercibida”. Una serie de gestos que creaban aún más expectación si cabe.

 

La polémica que gira en torno a Luis Miguel por los altos precios de sus entradas en Madrid

Teniendo en cuenta todos los trucos que la pareja está llevando a cabo para llegar a los países en los que Luis Miguel tiene que actuar, todas las miradas están puestas en su show en Madrid. El concierto ya fue polémico por los elevados precios de sus entradas, los cuales son inaccesibles para muchos de sus seguidores. Y es que, mientras que el ‘Luis Miguel Tour 2023’ batió récords al agotar la mayor parte de entradas que salieron a la venta el primer día, el altísimo coste de los tickets este año deja entrever que no será fácil que cuelgue el cartel de ‘sold out’. 

Fue a comienzos del pasado mes de noviembre cuando salieron a la venta las entradas para el concierto del Sol de México en el estadio del Real Madrid. A estos primeros tickets tan solo tenían acceso exclusivo los clientes del Banco Santander. Precisamente, fueron ellos quienes avisaron al resto de fans, a través de sus redes sociales, de los altos precios que hacen que para muchos sea prácticamente imposible presenciar este esperadísimo show.

Tal y como revelaron algunos de los compradores, los tickets que menos cuestan son aquellos de visibilidad limitada, valorados entre los 100 y los 200 euros. Las ubicaciones más caras, es decir, las que se hacen llamar ‘platinum’, pueden alcanzar un costo de 1.428 euros. Para los seguidores más fieles y que quieren saltar al ritmo de Luis Miguel en la pista, las entradas tienen un rango económico que va desde los 288 hasta los 915 euros. Como era de esperar, las entradas de menor precio, en torno a 60 euros, fueron las primeras que se agotaron. En definitiva, se trata de una actuación a la que, a buen seguro, no podrán asistir todas las personas que hubieran deseado, que tendrán que esperar a otra ocasión.