Magdalena de Suecia es uno de los miembros de la familia real sueca más queridos y, sin embargo, también es una de las que más tiempo pasa fuera de su país de origen. Tras vivir varios años en Reino Unido, de donde es originario su marido, Chris O’Neill, hace apenas una semana la Casa Real anunciaba la intención de la hija de los reyes Carlos Gustavo y Silvia y de su familia de mudarse a Estados Unidos.
Esta cuestión, lejos de alegrar a todo el mundo, ha vuelto a poner a la princesa en el centro de las críticas. Una posición que ya conoce bastante bien pues desde que inició su relación con O’Neill ha protagonizado varias. Algunas de las más comentadas, por ejemplo, que su hija Leonore naciera en Nueva York en vez de en Suecia y que su marido renunciara a poder convertirse en príncipe para seguir trabajando.
Regreso a América
Esta no es la primera vez que el matrimonio asienta su residencia en Estados Unidos. De hecho, vivió durante un tiempo en Nueva York, concretamente en el lujoso barrio del Upper East Side, donde se les pudo ver en alguna que otra ocasión como dos ciudadanos más.
¿Y ahora?
En esta ocasión, sin embargo, hacen las maletas rumbo a la calurosa Florida, aunque no se ha desvelado qué ciudad elegirán.
Todo apunta a Miami
Todo apunta a Miami, donde Magdalena se refugió en 2010 tras su ruptura con Jonas Bergström y donde su Chris tenía una gran casa.
Problema inmobiliario
Si bien todo el mundo esperaba que la hermana de Victoria de Suecia y su familia acabaran viviendo en la vivienda que tenía O’Neill en la exclusiva zona de West Palm Beach, en Florida, ahora acaba de surgir un pequeño problema.
A todo lujo
Se trata de una vivienda de 309 metros cuadrados, cinco dormitorios, cinco cuartos de baño, excelentes calidades, piscina exterior y climatizada, jardín privado y acceso directo a la playa. Todo un refugio del que no van a poder disfrutar.
En venta
Según el diario Expressen, la casa de Chris O’Neill ha sido vendida y sus nuevos propietarios ya la tienen a su entera disposición. A pesar de los problemas de tener que buscar un nuevo hogar, lo cierto es que ha sido un buen negocio para el británico. La compró en 2008 por 1,96 millones y la ha vendido por 3,65.
No está del todo contento
Aunque el beneficio es más que satisfactorio, 1,69 millones de dólares en menos de una década, Chris no está del todo contento con la operación ya que en un primer momento pedía 5 millones que tuvo que ir bajando para adaptarse al mercado.
Muchas opciones
A pesar de que le matrimonio parecer haberse quedado en la calle con los tres niños, lo cierto es que tienen diferentes opciones para establecerse. El único problema es encontrar algo adecuado a una familia numerosa y a la altura de una princesa.