Tras un año y medio dando vida a la sufrida Maruja en La Moderna (TVE), Lola Marceli (57) quiere tomarse un tiempo de descanso, terminar una mudanza y estudiar nuevos proyectos aunque, como ella misma nos cuenta, no le gusta estar inactiva: “Siempre intento seguir formándome, estudio idiomas, me gusta muchísimo el piano, doy clases de canto, hago deporte... Con mi marido, Juanjo Puigcorbé, también he escrito un guión para una serie que nos gustaría poder levantar en el futuro. Me gusta llenar mi tiempo con actividades y tener una disciplina para hacer cosas y, de alguna manera, seguir nutriéndome. También nos gusta mucho ver cine y teatro...”.
Además de 'La Moderna', ahora hay muchas telenovelas españolas de éxito.
Sí, es muy buena época para este tipo de ficción. Hubo un momento que parecía que iban a desaparecer las series diarias nacionales, cuando llegaron las turcas, pero se reactivaron porque yo creo que las productoras se dieron cuenta de que nosotros eso también lo sabíamos hacer muy bien porque lo hemo hecho durante treinta años. Creo que se está viviendo un nuevo boom, con series como 'La Moderna', que también estuvimos nominados a un Emmy, 'La Promesa', 'Valle Salvaje', 'Sueños de libertad'… Es un momento interesante y muy bueno, Además, este tipo de series tiene un público muy fiel, que la ve cada día durante mucho tiempo y, a pesar de lo que se cree, hay mucho público joven que las ve.
Quizá cuesta más que triunfen por la noche.
Con la llegada de las plataformas han cambiado los modos de consumir televisión. Lo que pasa es que nosotros, los que tenemos cierta edad, vivimos una era dorada de series españolas como 'Médico de familia', 'Los Serrano', 'El internado', 'Hospital Central'… que cada capítulo semanal era visto por millones de personas. Había una lucha de audiencias feroz y se gastaba mucho dinero para hacerlas bien.
Luis Miguel González
Han pasado 25 años desde una de esas primera telenovelas en las que tu participaste, 'El Súper'. ¿Cómo lo recuerdas?
Fue una cosa muy novedosa en ese momento. Era la primera vez que se hacía a nivel nacional este tipo de series, aunque sí se había hecho en Cataluña. Recuerdo que, al principio, los actores non teníamos mucha confianza en que eso funcionara porque rodábamos un par de meses antes de que se emitiera. Pero la sorpresa fue que, desde el primer capítulo tuvo una audiencia muy bestia. La recuerdo con muchísimo cariño porque aprendimos muchísimo del oficio, una serie así es una escuela diría y de allí salió una gran generación de actores que tuvimos en 'El Súper' una puerta de entrada a la profesión. En esa época, las series diarias eran todas telenovelas sudamericanas y creo que con 'El Súper' nos dimos cuenta en la profesión que también podíamos hacerlas nosotros. También es un trabajo que te tiene que gustar porque es muy agotador y hay muchos actores que ese ritmo de trabajo no lo entienden muy bien, pero yo siempre he tenido bonitas experiencias en la televisión.
¿No crees que en los últimos años se ha revalorizado la televisión, que antes era un medio menor?
Creo que eso fue porque hubo un momento, quizá a principios de los 90, que había una diferencia muy grande entre lo que se hacía en cine y en televisión y como una separación, pero eso no pasaba en las generaciones anteriores, grandes actores como Fernán Gómez, Charo López, Ana Belén o Victoria Abril hicieron grandes trabajos en televisión. También hubo una época dorada del cine, se hacía muchísimo y claro, si tienes trabajo en el cine, ¿para qué vas a hacer tele? En cine se paga mejor, el ritmo de trabajo es más pausado y puedes hacer un personaje más en profundidad. Así que hubo una generación de actores que no necesitó hacer televisión. Pero el cine ahora ha cambiado mucho, cada vez cuesta más hacer películas y, al final, un actor tiene que adaptarse a lo que hay.
Luis Miguel González
¿Has tenido alguna de ganas de tirar la toalla porque no sonaba el teléfono?
Sí, hay momentos que piensas que a lo mejor no te van a llamar nunca más, pero antes o después llega esa llamada y entonces se te olvida ese malestar que has tenido en los momentos que lo veías todo negro.
¿Tenías plan B?
Realmente nunca he tenido un plan B. Yo empecé despacio y me pilló la crisis que hubo después del 92. Hacía cositas, pero muy pequeñas. Después llegó 'El Súper' y más tarde enganché con 'Hospital Central'. He tenido momentos mejores y peores pero nunca pensé en un plan B. Yo nunca he llegado a ese extremo de decir que lo dejo en serio, al revés, cuando más rebotada estoy, más insisto en seguir.
Algunas compañeras tuyas se quejan de que con la edad es más difícil encontrar papeles interesantes.
Sí, indudablemente van cambiando a cosas, pero es cierto que cuando surgen ese tipo de papeles buscan a actrices con más nombre y a las demás nos gustaría tener la oportunidad de poder testarnos en esos papeles.
Luis Miguel González
¿Y por qué te dan siempre papeles tan intensos, tan dramáticos, de malvada o de sufridora?
No sé, me imagino que tengo una presencia física que se adapta bien a esos personajes. Esta industria también es muy de repetir. Es difícil cambiar esa visión que tienen sobre ti. Cuando me dan un papel en la línea de lo que ya he hecho intento que haya una diferencia con respecto a los otros papeles. Pero me apetece muchísimo probar otras cosas y que experimenten conmigo.
Compartes tu vida desde hace más de veinte años con Juanjo Puigcorbé ¿Cómo es la vida cotidiana con otro actor?
La convivencia es complicada con cualquier persona porque las convivencias son dinámicas y las personas cambiamos con el tiempo. En el caso de Juanjo y mío, incluso diría que ha ido mejorando con el tiempo, porque al principio de las relaciones hay muchas ansiedades que se van calmando con los años.
Quizás lo bueno de compartir la vida con otro actor es que se entienden mejor los momentos de parón.
Creo que es más fácil llevar la inactividad propia que la del otro. Se sufre mucho cuando tu compañero no trabaja. De alguna manera, porque lo propio uno lo sabe gestionar mejor. Ahora, Juanjo y yo llevamos una racha de no parar, él va enlazando una cosa con otra y hemos estado sin parar, de hecho, estábamos viviendo entre Madrid y Barcelona y nos hemos asentado definitivamente en Madrid, aunque yo viajo mucho a Málaga para ver a mi familia.
Luis Miguel González
¿Qué destacarías de ti?
Tengo una gran capacidad de trabajo y si estoy haciendo lo que me gusta, no me canso. Como defecto, posiblemente que a veces los miedos me pueden y me coarto yo a lo mejor más de lo que me coartan desde fuera. Lo que pasa es que eso también lo estoy cambiando. Ahora estoy más desprejuiciada de mí misma, me empieza a importar menos muchas cosas. Porque al final lo que importa soy yo. En el mejor sentido, no en el sentido egoísta, sino en el de pensar que tengo algo que aportar y confiar más en eso. Soy una persona muy realista pero también muy positiva. No diría que soy optimista porque muchas veces me pongo en lo peor, me ha costado mucho siempre ilusionarme con ciertas cosas. Ahora me doy más permiso para fantasear.
Marian Cazorla
Fotos: Luis Miguel González
Maquillaje y peluquería: Dafne Jiménez y Enola González para Alberto Dugarte Institute. Escenario: Hotel Ginkgo Lab Madroño (Madrid)
www.madrono-hotel.com