La crisis de pareja entre Anna Ferrer y su novio Iván Martín, es un hecho. Este miércoles, SEMANA ha revelado que la hija de Paz Padilla y su chico no atraviesan un buen momento. Tal y como han confirmado a esta revista fuentes del entorno, ambos intentan salvar una crisis que empezó el pasado mes de enero y que, a día de hoy, no han sido capaces de poner solución.
"La convivencia ha desgastado muchísimo a la pareja. Anna estaba muy pendiente de él cuando cada uno vivía en sus respectivas casas, pero desde principios de año luchan por algo que ambos saben que está herido de muerte”, nos explican personas próximas a la pareja. La situación es tan delicada que han decidido tomarse un tiempo y hacer vidas separadas.
El propio influencer ha reconocido que se encuentra en un momento muy difícil. «He estado unos cuantos días fuera porque lo necesitaba porque si la cabeza no está bien, nada está bien (…) Me habéis preguntado mucho que qué tal estaba y que dónde estaba. Muchas gracias, ya os iré contando. A tope», ha dicho.
Además de sus palabras, están los hechos. Hay pruebas que evidencian cómo están las cosas. En las redes sociales de Iván, el joven ha dado las gracias a quienes se han "preocupado" por él y a quienes han estado "pendientes" de su situación. Todo ello lo dice en un vídeo que ha grabado en una casa que no es la que comparte con Anna.
Anna, por su parte, ha compartido en su perfil de Instagram qué hace ahora que está sola. Cosas como "llenar la nevera" o prepararse la comida... solo para ella. "Hoy me he hecho espaguetis con verduritas y parmesano para comer", ha escrito. Parece claro que la joven está centrada en sí misma. Y sigue viviendo en el hogar adonde se mudó con Iván en septiembre de 2021. Entonces se animaron a dar el importante paso de independizare para convivir juntos.
Las cosas cambiaron entre Anna Ferrer Iván tras su rinoplastia, cuentan a SEMANA
Lo que no esperaba ninguno de los dos es que esta nueva etapa de vida en común los planes no salieran tan bien como esperaban. La convivencia, según señalan desde el entorno de la pareja, no fue bien. El punto de inflexión, cuentan a SEMANA, tuvo lugar cuando Anna se sometió a una cirugía estética para retocarse la nariz. La joven se trasladó a Sevilla para hacerse la intervención... y ahí empezaron a cambiar las cosas. "Se dio cuenta que estaba bien sin él y que no lo echaba de menos. Hasta entonces no se habían separado y tenía cierta dependencia, ahí es cuando visualizó que estaba mejor sola y tuvieron una bronca porque él no lo entendía”.