El humorista se ha visto obligado a afrontar una serie de malas noticias que han marcado indudablemente su camino.
Francisco Arévalo ha muerto en Valencia. SEMANA ha podido confirmar que el humorista ha sido encontrado por su hijo en su domicilio sin vida por motivos que aún se desconocen y que apuntan directamente a un infarto. Un durísimo revés que marca un antes y un después dentro de nuestras fronteras, sobre todo teniendo en cuenta la fama que ha caracterizado al cómico a lo largo de los años y también los numerosos varapalos que ha tenido que afrontar.
La vida de Arévalo no ha sido en absoluto un camino de rosas. Pese a que a muy temprana edad consiguió hacerse un hueco en la pequeña pantalla gracias a su carisma, en lo que al plano personal se refiere el humorista no lo ha pasado nada bien. Y es que, el valenciano se ha visto obligado a atravesar momentos como la pérdida de algunos de los pilares fundamentales de su vida.
Las tres pérdidas que marcaron la vida de Arévalo
Después de haberse decantado por seguir los pasos profesionales de su padre y dedicarse en cuerpo y alma al mundo del humor, Arévalo recibió la peor de las noticias. Elena, su esposa y persona que había estado junto a él en los buenos y malos momentos, era diagnosticada con un cáncer que acabó con su vida en el año 2015. La enfermedad puso punto final a un vínculo amoroso que había estado muy presente entre ellos durante más de 50 años, fruto de los cuales nacieron sus cuatro hijos en común.
Sin embargo, Francisco ya había vivido en sus propias carnes lo que significa que muera una persona que te importa. Uno de sus hijos falleció al mes de nacer y en sus brazos, otro, Kike, a los 27 años a causa de un infarto de miocardio. Dos durísimos varapalos a los que se sumaba la pérdida de la que había sido su compañera de vida y que le dejaban completamente desolado y dispuesto a continuar con su vida en paz y lejos de los focos.
Nuria, el pilar del humorista que tampoco lo ha tenido fácil
Pero la tragicomedia de Arévalo no quedaba ahí. Por si fuera poco, otra de sus hijas, Nuria, sufre un trastorno del desarrollo bautizado como Síndrome de Williams. Se trata de una enfermedad genética que se caracteriza por las anomalías cardíacas y cognitivas, además de problemas de alimentación junto a cólicos, reflujo y vómitos. Tanto su padre como el resto de seres queridos de la joven tuvieron que vivir plantando cara a esta afección y también al cáncer que se le diagnosticó en 2020.
Ahora que esta terrible enfermedad está controlada para Nuria ha llegado la muerte del humorista. Su último adiós marca un antes y un después dentro del panorama nacional al ser uno de los cómicos más conocidos del país. Es por ello que personas famosas de la talla de Malena Gracia o Bertín Osborne lamentan su inesperada pérdida y ya envían condolencias a sus más allegados.