Las imágenes inéditas de la boda de Kiko Rivera e Irene Rosales

La novia estaba radiante enfundada en un clásico y sofisticado diseño de St. Patrick confeccionado con mikado pulcro de talle en la cintura, escote redondo y tul y pedrería en la espalda. Momentos antes de salir a darse el ‘sí, quiero’, la joven se preparó rodeada de su familia y sus amigas. Un instante único para ella.

Aunque siempre la lupa está puesta en la novia, Kiko Rivera también estaba guapísimo. El DJ. eligió un traje en azul marino que combinó con una camisa blanca y una corbata en color coral a juego con el vestido de su madre.

A pesar de que las miradas estaban puestas en los novios, Isabel Pantoja acaparó la gran parte del protagonismo. La tonadillera estaba guapísima con un vestido en crepé de seda en color coral con un prendido en el hombro con bordado de flores de azahar.

Una vez que hizo la entrada la novia, se emocionó al ver a Kiko Rivera, a quien le dio dos besos. Un momento único antes de sellar su amor ante más de 300 invitados que fueron testigos como la pareja se dio el ‘sí, quiero’.

Los recién casados posaron con la feliz madrina en los jardines de la Hacienda de los Parrales. Nada hacía presagiar que tan solo unos años después, Kiko Rivera rompería al completo su relación con su madre y sería el protagonista de ‘Cantora: la herencia envenenada’ donde no dejó en buen lugar a su progenitora.

A esta ceremonia no faltó nadie. Irene Rosales demostró buen rollito con sus cuñadas, Eva González y Lourdes Montes. Las tres juntas bailaron y lo pasaron en grande disfrutando de la música después del convite.

La tonadillera fue una de las grandes protagonistas del día. Una Isabel Pantoja que dejó de lado ser la estrella para ser la madre del novio. Lo vivió como una más y disfrutó en el día más importante en la vida de su hijo.

Tras el convite y las emociones, llegó el baile nupcial donde la pareja derrochó amor. No pudieron evitar besarse apasionadamente mientras hacían los pasos de su baile con el que pusieron el broche de oro a la ceremonia.

El plato estrella llegó cuando la tonadillera cogió el micrófono e interpretó algunos de sus éxitos ante todos los asistentes en la boda de su hijo con Irene Rosales. Unos recuerdos que quedarán siempre marcados en el corazón de todos los invitados.