La crisis del coronavirus está afectando a las agendas de algunas Casas Reales, sin embargo, ni Máxima de Holanda ni el príncipe Guillermo han suspendido por el momento su viaje a Indonesia. Un periplo que no solo está dejando claro que la argentina es una reina de estilo, sino que además está regalando imágenes dignas de recuerdo. Aunque está previsto que estén allí hasta este viernes, ya han sido muchas las instantáneas que han visto la luz desde que llegaran este miércoles a Yakarta tras un largo vuelo de más de diez horas en su avión presidencial.
A pesar de que parece imperar la normalidad, los reyes de los Países Bajos han puesto una condición sine qua non: no darán la mano ni besarán a nadie durante los días que deban permanecer en el país del sudeste asiático con el único objetivo de evitar sufrir el contagio. Y allí han seguido la hoja de ruta que tenían marcada como, por ejemplo, un acto en memoria de las víctimas de la guerra de independencia de Indonesia, donde depositaron flores como ofrenda, así como otro acto en el Palacio Presidencial en Bongor. Una cálida bienvenida cargada de homenajes entre los que destacan los collares o los ramos de flores, pero sobre los que no hay ni rastro de un saludo que implique contacto físico. No obstante, en todos ellos Máxima volvió a derrochar su sentido del humor al igual que su cercanía, dos aspectos que se evidencian cada vez que protagoniza una cita de esta índole.
También tuvieron tiempo para apoyar a los productores locales los cuales son de gran importancia para la economía del país. No obstante, no eligieron cualquier fábrica. Concretamente, su elección fue Pipiltin Cocoa, una fábrica de chocolate sostenible que se animaron a probar, tal y como se puede ver en las fotografías. Encuentro muy dulce en el que incluso se deleitaron con los sabores propios del lugar.
Diferencia con Italia
Y es que Indonesia no se ha visto salpicada de igual manera por el coronavirus que otros países como Italia, lugar que mantiene sus fronteras cerradas y en el que sí se suspendió el viaje que tenían previsto los monarcas holandeses para finales del mes de marzo.