Paz Padilla atraviesa uno de los años más difíciles de su vida. La presentadora dejaba apartado en casa su sufrimiento personal y se presentaba ante la audiencia para lograr sacarles una sonrisa en en medio de la incertidumbre que asolaba en el país. Después de darle la buena noticia de que presentaría las campanadas desde Guadalupe junto a Jesús Vázquez, no podría imaginar que el año que estaba por venir sería uno auténtica pesadilla para ella.
El pasado mes de febrero, Dolores Díaz fallecía en el hospital Puerta del Mar de Cádiz con 91 años después de haber sido ingresada tras romperse la cadera. Su fallecimiento sumió a la andaluz en un profundo dolor puesto que estaba muy unida a su progenitora. A pesar de que uno no puede recuperarse de la muerte de una madre, la presentadora de 'Sálvame', poco a poco, volvía a sonreír a pesar de que tenía que hacer frente a un nuevo golpe: un bache en la salud de marido, Juan Antonio Vidal.En medio de todo, el coronavirus comenzó a propagarse con gran rapidez dejando a toda la población confinada. Debido al Estado de Alarma, Paz Padilla permaneció encerrada en casa durante más de 70 días. Durante estas semanas, la humorista hizo uso de sus redes sociales para narrar su día a día y siempre aparecía con una sonrisa de oreja a oreja. Sin embargo, en todas sus publicaciones destacaba la ausencia de su marido.
Volcada en el cuidado de su marido
Volcada en su cuidado, Paz Padilla extremaba la precaución puesto que su marido pertenecía al grupo de riesgo y destacaba por su inmensa labor en la lucha contra la propagación del COVID-19 haciendo llegar más de 15.000 mascarillas a los hospitales. En todo este tiempo, a la andaluza le había dado tiempo a pensar y a reflexionar sobre la vida y hacía constatar en sus redes sociales que había que apostar por disfrutar de las pequeñas cosas y había que olvidarse de los malos momentos.Con la llegada de la desescalada, Padilla regresaba a 'Sálvame' y lo hacía de manera triunfal. La presentadora retomaba su labor y volvía a ponerle una sonrisa de oreja a oreja a los espectadores. La simpatía que transmitía y las imágenes idílicas de las que presumía en redes sociales trataban de ocultar los difíciles momentos por los que estaba atravesando en casa debido a la situación de su marido, quién había sido diagnosticado con un tumor cerebral. Tras la llegada de la nueva normalidad, la presentadora de Mediaset recibía un nuevo golpe este 18 de julio: su marido, el amor de su vida, fallecía a los 53 años tras luchar contra una larga enfermedad.