Silvia Bronchalo ha dado el paso que haría cualquier madre. Ha marchado a Tailandia para ver y estar al lado de su hijo Daniel Sancho, acusado de asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta. Su llegada al país asiático ha sido seguida de cerca por la prensa, y ya ha visitado la prisión de Koh Samui, donde Daniel ha estado recluido tras su sorprendente confesión, hace varios días, como autor del crimen. Sin embargo, un inesperado giro ha surgido: resulta que los presos tienen prohibido recibir visitas de sus familiares durante el fin de semana.

Silvia Bronchalo, madre de Daniel Sancho en Tailandia
Telecinco

Las restricciones de la prisión dictan que Silvia Bronchalo y Daniel Sancho tendrán que esperar al próximo lunes para compartir otro encuentro. Las visitas están restringidas a las horas comprendidas entre las 8 de la mañana y las 3 de la tarde, y cada encuentro tiene una duración máxima de 15 a 20 minutos.

Otro dato interesante es el proceso de selección de visitantes. Cada recluso, incluido Daniel, debe presentar una lista de 10 personas autorizadas para las visitas. Aunque los detalles específicos de la lista de Daniel permanecen bajo resguardo, se sabe con certeza que entre los nombres figuran los de sus padres, Silvia Bronchalo y Rodolfo Sancho.

Vicente Cacho, representante Embajada española que apoya a Daniel Sancho y Silvia Bronchalo
Telecinco

Daniel tiene un problema de salud física

Uno de los aspectos que ha llamado la atención es la situación económica de Daniel en el interior de la prisión de Koh Samui. El límite de fondos permitidos es de 13 euros, una cifra que podría parecer pequeña para muchos, pero que en la economía tailandesa representa una suma considerable. Este dinero, según parece, lo proporcionan Silvia Bronchalo y Rodolfo Sancho para garantizar que Daniel tenga un mínimo de comodidades mientras permanezca en prisión a la espera de juicio.

El futuro de Daniel Sancho es aún incierto. Se especula que podría ser transferido a otra institución correccional en las próximas semanas. Dos de las opciones que se barajan con más fuerza son las prisiones de Surat Thani y Bangkok Hilton. Si bien ambas no gozan de muy buena fama, la segunda tiene una reputación particularmente dura, siendo conocida como una de las más duras del mundo.

Daniel todavía no ha sido enviado a la celda común en la prisión de Koh Samui debido a que sufre un problema de salud. Esta situación no tendría nada que ver con ningún supuesto trastorno mental. Se trataría, más bien, de un problema de salud física, tal como ya ha revelado Vicente Cacho, el representante de la Embajada española en Tailandia que también se encargará de ayudar a Silvia Bronchalo con los trámites del régimen de visitas a su hijo.