La muerte de Arévalo a los 76 años ha dejado en Santiago Segura (58 años) "una pena enorme". Así lo ha confesado él mismo a través de sus redes sociales, donde ha confesado que es "cuando alguien fallece cuando te das cuenta del cariño que le tenías". El actor y cineasta ha querido sumarse a los mensajes de cariño que están inundando la red desde que saliera a la luz la noticia de su inesperada muerte, y lo ha hecho confesando una promesa que le había hecho al humorista y que ahora jamás podrá cumplir.

"Paco Arévalo estaba en todas las gasolineras, en las guanteras de los 600 de nuestros padres, en los radiocasetes de bares de los pueblo y ciudades de media España… yo le veía de niño en el Un, Dos, Tres y me parecía muy gracioso su físico, que me recordaba a Mickey Rooney. Cuando finalmente me dediqué a esto del entretenimiento coincidí con él en varios programas, pero cuando más nos tratamos fue cuando trabajo en la película “Isi y Disi” esas largas y frías noches donde compartíamos caravana y charlas con su hija Nuria, que tiene que estar rota (tras haber superado recientemente un cáncer… perder ahora de repente a su padre). Era cercano, simpático y amable. Afable y de risa y sonrisa fácil y contagiosa. Siempre que íbamos a actuar Flo, Mota y yo, a Valencia venía a vernos", ha escrito Santiago Segura junto a una mítica imagen de Arévalo.

Pero no ha podido evitar recordar su promesa rota: "Siempre me regañaba -nunca me has sacado en Torrente!- yo le decía, -para la próxima, Paco- (y se lo decía en serio). Ahora ya no será posible", se lamenta. "Se ha ido Arévalo. Y a mí me ha dado una pena enorme", confiesa Segura.

Francisco Arévalo en una obra de teatro.
Francisco Arévalo en una obra de teatro. (Foto: Gtres)

Arévalo estaba "mareado" y "sin ganas de nada" en sus últimos días de vida


El cómico de 76 años era hallado sin vida en su domicilio de Valencia este miércoles 3 de enero, una triste noticia que todo su círculo lamenta. Fuentes cercanas a la familia cuentan el bajón que sufrió Arévalo los últimos días: "estaba mareado y sin ganas de nada". Su propio hijo ha confesado que pasó cuatro días con lo que parecía una gripe y fue empeorando: "Llevaba cuatro días que parecía tenía gripe, y fue empeorando", ha confesado, "no comía estaba mareado... Ayer entré varias veces a llevarle zumo y otras cosas y la última vez que entré ya no me contestó, nos había dejado", confesaba Francisco Arévalo desolado a las puertas del tanatorio.