Isabel Pantoja y Kiko Rivera se reencontraron horas después de que falleciera doña Ana. Se volvieron a ver en Cantora tras un año de enfrentamientos, sin embargo, no hubo lugar para los reproches. La tonadillera y su hijo se pudieron abrazar y dejar a un lado todo lo que ha sucedido durante estos meses entre ellos. Aunque no han podido pasar página, sí que se han prometido algo. Madre e hijo tienen una conversación pendiente, aunque se desconoce todavía cuando esa charla tendrá lugar. "Quedaron en verse para hablar de la herencia y hablar de los conflictos que tienen pendientes", han contado en 'El programa de Ana Rosa' un día después. Su plena intención es arreglar lo que se pueda entre ellos y que la sangre no llegue al río, aunque muchos opinen que puede ser tarde.
Nada hacía presagiar que con la muerte de doña Ana acercarían posturas. Este mismo miércoles por la mañana Kiko Rivera cargaba duramente contra su familia a los que tachaba de indeseables por no dejarle despedirse de su abuela. A pesar de que se mostró molesto con todo lo sucedido, no lo dudó ni un instante y viajó desde La Graciosa hasta Cádiz para darle su último adiós a su abuela. Un periplo de muchas horas que culminó en Cantora, finca a la que finalmente sí entraron y en la que permanecieron un largo tiempo. Kiko Rivera, en concreto, durante más de tres horas, un encuentro en el que no vio a su tío Agustín, con quien mantiene una batalla judicial.De momento, las cenizas de doña Ana permanecen en Cantora. Si bien hace unos meses se aseguraba que Isabel Pantoja dejaría la finca una vez falleciera su madre, ahora hay voces que apuntan a que no tiene ninguna intención de vender la finca. Un plan sobre el que ni ella ni tampoco Kiko Rivera se han pronunciado, pues son muchos los detalles y los asuntos que tienen que tratar. Pero ¿cómo fue su cara a cara? Un testigo de lo que sucedió en Cantora ha revelado que la artista se emocionó especialmente cuando volvió a ver a sus hijos y es que en los últimos meses han estado distanciados. Esta reacción deja claro que no todo está escrito en la historia del clan Pantoja y que de forma inesperada su destino puede dar un giro.
Kiko Rivera tan solo se ha limitado a agradecer el cariño de todos, pero no ha explicado qué pasó en los muros de Cantora. Ni una palabra a la salida de su visita, ni tampoco en sus redes sociales. El círculo está hermético y no ha dado explicaciones, al menos todavía, de este reencuentro familiar tan atípico. Quienes también pueden atestiguar lo que sucedió son Anabel o Chabelita, que sí durmieron en la casa y que vieron de primera mano cómo se comportaron Isabel y Kiko después de muchos meses sin tener contacto alguno.