La preocupación por nuestros seres queridos en esta delicada situación sanitaria que atraviesa España y el mundo entero es común para todos. El miedo al coronavirus está haciendo estragos en la sociedad y nos hace valorar más si cabe a aquellas personas que, por sus patologías previas, suponen un riesgo añadido a la pandemia que está asolando las economías europeas, con especial impacto en España. Eso es lo que está sintiendo la propia Carme Chaparro, que vive esta crisis sanitaria con especial preocupación por su padre, quien se encuentra entre las personas cuya vida podría peligrar si entra en contacto con el patógeno. Por ello, la presentadora no solo pide a todos que respeten la cuarentena y que todos se queden en casa para evitar contagios innecesarios por Covid-19, sino que también pide auxilio al Gobierno sobre la complicada dicotomía en la que se encuentra su progenitor.
Carme Chaparro ha mostrado su angustia a través de sus redes sociales por su situación personal. Vive confinada en su casa, como así le sucede a la gran mayoría de los españoles, por miedo a favorecer la propagación del coronavirus y que esto pueda complicarle la vida a su padre. A sus 80 años, el padre de la presentadora es un paciente de riesgo, dado que tiene diabetes, un cuadro médico que podría complicarse si entra en contacto con la pandemia. Este es el mayor miedo de Carme Chaparro, pero su preocupación también está en el hecho de que su padre necesita hacer ejercicio para controlar los niveles de glucosa en sangre, pero ante la prohibición de salir a la calle a hacer deporte, no saben muy bien cómo obrar en consecuencia.
De ahí el desesperado mensaje que Carme Chaparro ha lanzado en su cuenta personal de Twitter para pedir consejo no solo a La Moncloa, la casa presidencia desde donde se gestiona esta crisis sanitaria por el coronavirus, sino también a los usuarios que pudiesen darle algún consejo para sobrellevar esta complicada situación. “Mi padre. Diabético. 80 años. Vive solo. Insulina 3 veces al día. Picos glucémicos habituales. Pesa cada gramo que come. Puede tener hiperglucemias peligrosísimas. Necesita caminar dos veces al día unos 45 minutos. ¿Está contemplado desde La Moncloa? ¿Qué hacemos?”, escribía Carme Chaparro con angustia por no saber cómo obrar adecuadamente en el caso concreto de su padre.
Para controlar la enfermedad que aqueja su padre, la diabetes, la misma que ha encerrado a Belén Esteban en casa y por la que ha anunciado su retirada de la televisión por un tiempo indeterminado, necesita andar. Necesita una mínima activación del corazón para que los niveles de azúcar en sangre se mantengan en equilibrio, por lo que los médicos ya le recomendaron salir dos veces al día a andar al menos durante 45 minutos. Algo que ahora se le complica, dado que su miedo es que para curar una enfermedad se contagie de otra aún más peligrosa. Una dicotomía en la que se encuentra encerrada Carme Chaparro y su padre.
Pronto, los seguidores de Carme Chaparro han querido aportar su granito de arena con sus consejos para hacerle a su padre los días más llevaderos. En lo que coinciden la gran mayoría de sus fans es en que evite que su padre salga de casa en todo momento. Ahora bien, si esto lo estaba cumpliendo, el problema llega a la hora de que haga algo de ejercicio para que su corazón se active y el azúcar en su cuerpo se estabilice. Le recomiendan hacer algunos ejercicios básicos que se pueden hacer en casa, como es caminar por los pasillos y estancias de la casa, aunque sea dándose cientos de vueltas.
Otros, sin embargo, han hecho suyas las palabras del ministro de Sanidad y las autoridades sanitarias españolas, que recomiendan a estas personas que por prescripción médica tienen que salir de casa a practicar algo de deporte al aire libre, que lo hagan, pero extremando las precauciones al tratarse de una persona de riesgo alto si finalmente resultan contagiados por coronavirus. Esperamos que estos consejos hayan podido ayudar a Carmen Chaparro y su padre, así como a aquellos otros que se encuentren en su misma situación y no sepan cómo actuar adecuadamente y en proporcionalidad a la difícil estado sanitario en el que nos encontramos ahora.