Rocío Jurado fue muy feliz en Montealto. Tanto que tras su muerte no quiso que su familia se quedara con la vivienda de 940 metros cuadrados de La Moraleja, a las afueras de Madrid. Quería que sus herederos cerraran el capítulo y emprendieran una vida fuera de unos muros llenos de recuerdos. Que empezaran de cero en otro lugar sin imaginar que después de su venta acabaría en una situación de abandono. Y es que el inversor que la adquirió en el año 2008, dos años después de su fallecimiento, terminó arruinado y sin posibilidad de hacer frente a su hipoteca. Aunque vivió en su interior como okupa, la mansión se la adjudicó el banco hasta que en el año 2017 la sacó a subasta, siendo 5 años más tarde cuando por fin ha encontrado un comprador. Eso sí, en un estado desolador y que nada tiene que ver con la imagen que todos recordamos cuando Rocío Jurado estaba viva.
Las fotos de la casa de Rocío Jurado deshabitada
La vivienda situada en Alcobendas, además de muchísimo espacio en su interior, contaba con una parcela de 2.680 metros cuadrados. Distribuida en seis dormitorios y ocho baños, cobijó a Rocío Jurado y su familia hasta su muerte, siendo allí cuando su corazón dejó de latir en el mes de junio de 2006. Ni ella ni sus hijos imaginaron el abandono que iban a transmitir sus imágenes tras su venta. Ahora se espera que se haga una reforma integral en ella, lo que deja ver la importante cantidad que debe abonar el nuevo propietario para tenerla a su gusto.
El banco sacó a subasta Montealto en el año 2017 por 3,4 millones de euros
Aunque es una incógnita el precio que se ha pagado por ella, lo que sí sabe es el precio por el que salió a subasta. Se fijó un precio de salida de la propiedad, que fue construida en el año 1981, de 3,4 millones de euros, cifra nada desdeñable y que coincidiría con el dinero que el antiguo propietario dejó pendiente con el banco. El inversor, quien se dedicaba al mundo inmobiliario, con la crisis del 2008 se vio sumido en una ruina de la que no se pudo recuperar. Prueba de ello que se quedara sin la casa de sus sueños, una residencia a la que pensaba hacerle un lavado de cara completo y que finalmente dejó de pertenecerle.
Rocío Jurado compró esta impresionante casa en 1988, por lo que vivió 18 años en ella. Con numerosos lujos en su interior, la artista pudo disfrutar de su gimnasio, su imponente piscina y hasta un tablao o una bodega. ¿Lo más llamativo? La escalinata de barandilla dorada en la que tantas veces posaron La más grande y su hija, Rocío Carrasco, una imagen icónica que copó portadas del corazón. Paredes de las que colgaron discos de oro, fotos familiares y que a su vez fueron testigo tanto de lo bueno como de lo malo que sucedió en el clan Jurado.
En su mansión de Madrid Rocío Jurado anunció que padecía cáncer
Fue allí precisamente desde donde la intérprete de 'El punto de partida' anunció que padecía un cáncer. Con cabello suelto y una blusa anaranjada contó la enfermedad que había tocado su puerta, así como su intención de viajar a Estados Unidos para iniciar un tratamiento con el que estaba convencida que se curaría. Acompañada de Ortega Cano dio un difícil discurso que casi dos décadas después todos recuerdan.