El mundo es, hoy, un poco menos divertido. El fallecimiento de Paco Arévalo deja un inmenso vacío entre quienes conocían y seguían al humorista. Era este miércoles, 3 de enero, cuando su propio hijo encontraba el cuerpo sin vida del cómico en su domicilio de Valencia, un suceso que fuentes cercanas a la familia confirmaban a SEMANA y del que se desconocían las causas, aunque todo parecía indicar que se trataba de un infarto. Ahora, Telecinco ha confirmado que el cómico ha muerto por causas naturales tras llevar unos días que no se encontraba muy bien.

Paco Arévalo

La familia del humorista asegura que llevara unos días que estaba "mareado, sin ganas de nada", pero no sabían a qué se debía. El humorista se ha marchado pocos meses después de celebrar su 76 cumpleaños y son muchos quienes lloran hoy su muerte. Rostros como Bertín Osborne, Malena Gracia o Bárbara Rey han querido mandar sus condolencias a la familia y dedicarle emotivos mensajes a través de las redes sociales recordando sus momentos juntos.

De momento, su cuerpo permanece en el tanatorio de la Avenida de los Naranjos de Valencia. A lo largo de la mañana de este jueves va a quedar instalada la capilla ardiente. Será el viernes 5 de diciembre a las 12:45 horas de la mañana cuando se celebre el funeral y se entierren los restos sin vida del cómico.

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Las pérdidas y enfermedades que marcaron la vida de Arévalo

La vida de Arévalo no fue fácil. Elena, su esposa y fiel compañera en en los buenos y malos momentos, fue diagnosticada con un cáncer que acabó con su vida en el año 2015. La enfermedad puso punto y final a un amor que duró más de 50 años y del que nacieron sus cuatro hijos en común.

Uno de sus hijos falleció al mes de nacer y en sus brazos, otro, Kike, a los 27 años a causa de un infarto de miocardio. Dos durísimos varapalos a los que se sumaba la pérdida de la que había sido su compañera de vida y que le dejaban completamente desolado y dispuesto a continuar con su vida lejos de los focos.

 Por si fuera poco, otra de sus hijas, Nuria, sufre un trastorno del desarrollo bautizado como Síndrome de Williams. Se trata de una enfermedad genética que se caracteriza por las anomalías cardíacas y cognitivas, además de problemas de alimentación junto a cólicos, reflujo y vómitos. Tanto su padre como el resto de seres queridos de la joven tuvieron que vivir plantando cara a esta afección y también al cáncer que se le diagnosticó en 2020.