Kiko Rivera días después de sufrir un ictus ha explicado en sus redes sociales que su vida no volverá a ser la misma.
Kiko Rivera el pasado viernes mantuvo en vilo a todo su entorno. Su familia se quedó en
shock al descubrir que
había sufrido un ictus, un accidente cerebrovascular por el que las 24 horas posteriores eran decisivas. Afortunadamente el músico se recupera de un susto, el que él y su esposa tildan como el más grande de su vida. Todavía sigue ingresado en el
Hospital Virgen del Rocío en Sevilla, donde se recupera y donde está siendo tratado por un equipo de expertos en esta área. Días después de lo sucedido ha hecho una reflexión y es que tiene claro que esto marca un antes y un después en su vida, ya que como él bien dice "ha vuelto a nacer". "
Hoy estoy más triste. Empiezo a asimilar lo que me ha ocurrido y, aunque voy mejorando, no puedo dejar de estar triste. Es cierto que he sentido el cariño de muchos, incluso de gente que no me esperaba, para ellos un fuerte abrazo. He tenido y tengo mucho tiempo para pensar y mi vida ya no volverá a ser la misma", comienza diciendo el DJ.
Ha sido este fin de semana cuando se han revelado algunas de las secuelas que ha sufrido el hijo de Kiko Rivera. Aunque se ha remarcado que afortunadamente se cogió a tiempo, no han podido evitar que ahora tenga poca sensibilidad en ciertas partes de su rostro. Apenas siente la mitad de la cara, pero hará todo lo posible por iniciar un proceso de rehabilitación y tratamiento para que estas aparentes consecuencias sean temporales. Kiko Rivera, por su parte, intenta sacar su mejor versión, a pesar de lo sucedido y es que como bien dicen "al mal tiempo, buena cara". "Para darle un poco de humor (aunque sin muchas ganas) he vuelto a nacer y va y me toca la misma cara de siempre", apunta el artista.
Kiko insiste en que si algo está deseando es regresar pronto a casa para reunirse con sus hijos y pronto poder recuperar su trabajo y sus quehaceres diarios, algo que todavía tendrá que esperar. Lo más importante de todo es recuperarse y cuando eso suceda cambiar ciertos hábitos como el tabaquismo o el sedentarismo que él mismo reconoce que tiene en su vida. "Espero pronto estar en mi casa y poder abrazar a mis hijos es lo que más deseo en este mundo", ha dicho. A su lado cuenta con su esposa, Irene Rosales, quien no le ha soltado de la mano desde que durante la madrugada del pasado jueves al viernes tuviera que acudir de urgencia al hospital.
Kiko Rivera: "Pensé que no salía de esta"
Kiko tuvo mucho miedo cuando comenzó a sentir los primeros síntomas, de hecho, llegó a pensar que no iba a salir de esta, un temor que afortunadamente no se cumplió. Ahora confía plenamente en los médicos y en que todo evolucione, tal y como ha hecho en las últimas horas.