El DJ ha regresado a Telecinco y ha explicado qué ocurrió antes de que viajaran a Cantora para estar junto a la tonadillera y qué pasó en el interior de la finca.
Un día como hoy, pero de hace un año, Kiko Rivera le declaraba la guerra a Isabel Pantoja en la primera entrega de 'Cantora: la herencia envenenada'. A lo largo de todo este tiempo, hemos asistido a un tira y afloja entre los diferentes miembros del Clan. En los últimos meses y a raíz del fallecimiento de doña Ana, el DJ ha protagonizado un acercamiento con su madre y ha puesto un muro en su relación con su prima, Anabel Pantoja, y su hermana, Chabelita Pantoja. En su regreso a Telecinco, pese a que hace unas semanas renegó de la cadena y aseguró que sentía devoción por Antena 3, el marido de Irene Rosales ha explicado qué sucedido la noche en la que volvió a Cantora y se reencontró con su madre y las palabras que esta le dijo mientras que se fundían en un cariñoso abrazo.
Kiko Rivera ha echado la vista atrás y se ha remontado a su viaje a La Graciosa para la boda de Anabel Pantoja y el momento en el que se enteró a través de las redes sociales de la muerte de su abuela, doña Ana. El hijo de la tonadillera reconoce que nadie le informó sobre el estado de su abuela y cuando conoció la triste noticia sus esquemas de futuro se desplomaron. "Cuando sabes que no está, tienes la sensación de que tenía que haber estado", reflexiona. Sobre qué ocurrió después, el marido de Irene Rosales recuerda que recibió una llamada de su prima en la que le pidió que se quedara en la isla para celebrar al día siguiente su boda: "Me dice que ha hablado con mamá (Isabel Pantoja) y que no quieren que vayas, no quieren verte. Me dice que tampoco merezco pasar por eso, que me quede y que mañana celebrábamos la boda".
A Kiko Rivera se le cayó el mundo, hasta que Raquel Bollo le obligó a ir hasta Cantora para estar junto a su madre. En el transcurso del coche al aeropuerto, el DJ confirma que su prima le mandó un mensaje en el que le explicaba que la tonadillera había cambiado de opinión y ahora querían que fuera a Cantora. Algo que en su momento no le dio importancia, pero que con el tiempo confiesa que le hizo mucho daño.
Cuando llega a Cantora, Isabel Pantoja estaba esperando a su hijo en el patio. Ambos se fundieron en un abrazo de 15 minutos de duración en el que la tonadillera no paraba de dar las gracias. "Gracias mamá, te has tenido que morir para que mi hijo venga a verme", eran las palabras de la cantante. "No había nada que decir, en ese momento era mi madre. Mataría para que esos 15 minutos duraran toda la eternidad. Lo sentí. Mi madre quería hablar, pero le dije que no era el momento. Me empezaba a preguntar cómo me había ido, que había estado en la tele. Yo le decía que estaban las cenizas de la yaya presente, que no era el momento", rememora.
El motivo por el que no pasó la noche en Cantora
Por otra parte, Kiko Rivera ha dejado claro que no quiso pasar la noche en Cantora puesto que se sentía incómodo y prefirió dormir en su casa. Cuando estaba en ella, el DJ comenzó a sentirse culpable de no haberle dado el pésame a sus tíos, Agustín y Juan. Por ello, al día siguiente, llamó por teléfono a la tonadillera para poder hablar con ellos. "Me emociono. Mi tío Agustín ha hecho cosas mal, pero ha sido mi figura paterna", justifica.
Sobre cómo encontró a su madre, Kiko Rivera confirma que la tonadillera está físicamente muy mal: "Estaba delgada, no la encontré bien". De la misma forma, hace público que la cantante no les informó en ningún momento del estado de su abuela porque no querían hacerle sufrir. Ahora mismo, el DJ insiste en que las cosas con su madre no están bien y que está siendo complicado llegar a un punto de encuentro con ella.