Kike Quintana, el sobrino de Ana Rosa, se sincera en SEMANA: "Ha llegado el momento de volar solo"

Llega muy puntual a nuestra cita, en moto y dispuesto a todo. Kike Quintana (41) está feliz con el momento que está viviendo, agradecido a quienes le han dado esta oportunidad y decidido a demostrar que es algo más que "el sobrino de...". Aunque en este caso el "de" es Ana Rosa Quintana, a quien respeta y admira, aunque a veces, dice, no lo parezca.

De repente un día te vimos entre el público de “TardeAR” y metiéndote con tu tía y nos preguntamos, ¿de dónde ha salido este muchacho?

Pues mira, desde 2009 he estado trabajado en producción y después pasé a ser guionista en Mediaset. Y un día, una señora que se llama Xelo Montesinos, CEO de Unicorn, dijo: ”Vamos a estrenar un programa y una sección que se llama Fila Cero, donde familia o amigos de la presentadora le digan lo que piensan". Y yo era una de las opciones que se barajaban.

Parece cosa del destino...

El primer día que se grabó el piloto falló una persona justo antes de empezar… Fue como blanco y en botella. Dijeron: "Que baje ese muchacho a cubrir el puesto. Hice gracia, gustó y a partir de ahí pues me he hecho con la silla. Fue todo casualidad.

¿En casa le dices a tu tía las mismas cosas que te hemos escuchado decir?

Idéntica. Tenemos esa relación. Mi abuela, que era la matriarca, ya era una desfiltrada. y en la familia somos todos así, no tenemos filtros. Si estuviéramos en un reality como el de Alaska y Mario nos veríais así cualquier domingo en casa con un cocido de por medio.

Desde el principio se te ve muy cómodo en la tele.

Pues a lo mejor es por haber pasado tanto tiempo cerca de una figura como Ana Rosa, y el crecer familiarizado con este mundo. Hay ciertos momentos en los que evidentemente he pasado nervios, pero en general me he sentido bastante seguro.

Y el trabajar con tu tía, ¿lo ha hecho más fácil?

Pues mira, no te creas. Me creaba más responsabilidad, porque yo a Ana Rosa la quiero y la respeto muchísimo y quiero que esté siempre orgullosa de mí.

¿Y qué tal es como jefa? ¿Podéis separar lo profesional y lo personal?

Sì, perfectamente. Ella es la primera que pone esos límites, pero yo también. Tengo habitaciones estancas en mi cabeza y sé discernir entre la parte emocional y la parte profesional. Mi tía concretamente no habla ni de si lo hago bien o mal. El 99,9% de las ocasiones no comenta nada ni me dice absolutamente nada. No opina.

Cuando supiste que Ana Rosa volvía a las mañanas, ¿pensaste que podrías quedarte sin trabajo?

No, yo creo que era una decisión muy buena para ella y que para mí es también una oportunidad de oro, de crecer profesionalmente, y mediáticamente, lejos de las faldas de mi tía. Estoy viviendo un sueño desde hace año y medio y lo disfruto pero es hora de verme sin Ana Rosa al lado. Es el momento de volar solo.

Dices ser exigente. ¿también crítico? ¿eres capaz de verte los defectos?

Pues mira, no me veo, directamente. Mucha gente se piensa que detrás hay un guion o lo que sea, que me dicen de lo que puedo hablar y de quién y no es así. Lo que voy a sacar o de lo que voy a hablar en la sección siempre es un secreto hasta que sucede en plató y se ve el pastel, para bien y para mal. Intento aprender de los errores, sobre todo si alguna vez me he pasado cuatro pueblos y he molestado a alguien, pero una vez que ya ha ocurrido ni me miro ni me analizo, porque creo que si no, perdería frescura.

¿Y a partir de ahora qué va a pasar?

Pues no tengo ni idea, de momento a seguir disfrutando el camino y ver a dónde nos lleva, lo veremos a la vez todos.

¿Cuál es el balance de estos meses?

Fantástico. Para mí es una pasada y he notado mi evolución. También porque lo trabajo, soy una persona autoexigente, me pongo retos, quiero cumplirlos y siempre procuro cada día dar un pasito más. Si yo miro al Kike del no sé cuántos de septiembre del 2023, cuando empezó "TardeAR" y creo que hay una evolución clara de la que estoy bastante orgulloso. Me parece que lo mínimo que puedo hacer es dar gracias y disfrutarlo.

¿Y eres ambicioso?

Sí, pero también soy muy agradecido por todo lo que estoy viviendo. Es como estar en un parque de atracciones. Ahora que estamos en este nuevo Tardear, que es como más gamberro, es una oportunidad de poder hacer cosas más parecidas a mi perfil. Para poquito a poco ir descubriendo un nuevo Kike, ahora sin la figura de Ana Rosa.

¿Has llegado a pensar "maldita la hora en la que me metí en esto con lo tranquilito que estaba detrás de las cámaras"?

Me ha pasado solo una vez. Estaba esperando, con los focos y las cámaras preparadas, todos mirando, la gente mirando, el regidor diciendo que faltaba un minuto o algo así para entrar... y de repente, la mente, que es muy intrusiva y un poco cabroncilla, me dijo: "Pero, ¿qué hago aquí?" Por suerte, en cuanto empezamos se me pasó todo.

 

Si le llegan a decir al Kike de 16 años qué ahora estarías aquí, ¿qué le dirías?

Pues no sé, en plena adolescencia yo estaba un poco perdido y como sin rumbo, pero creo que en el fondo algo me olía. Porque crecí viendo los programas de Esta noche cruzamos el Misisipi, a Buenafuente a Sardá... y me iba la cama soñando que yo era el entrevistado. Y mira.

¿Era el destino? Lo digo por haber crecido en una familia tan relacionada con la televisión.

No, en principio la idea de la familia era que hubiese solamente una famosa. Y ya teníamos el cupo completo con mi tía; esto ha sido un error del sistema (se ríe).

¿Qué querías ser de niño?

Pues con todo lo rápido de mente que soy ahora, de pequeño era bastante básico. Supongo que quería ser futbolista y esas cosas que quieren ser todos los niños. Ahora estoy en un equipo, pero de amiguitos, pero no es lo mismo, claro.

¿Qué tal estudiante eras?

Buff, pues un poco de todo. He sido bueno y he sido malo, por etapas. Pero la única constante es que el humor siempre ha estado ahí y siempre he tenido un poco este carácter, este desparpajo y un poco de mala baba, ya de nacimiento, vengo con eso de serie. Igual que el utilizar el humor como forma de expresión, siempre ha sido una manera de comunicación para mí.

 

¿Eres el gracioso de la familia?

 

No te creas, en mi familia son graciosos. Sí, la verdad que sí. Puede que mi humor sea el más ácido de la familia. Eso no te lo discuto. Pero en mi familia hay bastante retranca.

¿Cómo llevas la fama?

Bien. Muchas veces me paran por la calle, pero la gente en general es amable, cariñosa y educada. Y me dicen que estoy mucho más delgado que en la tele.

¿La tele hace que te preocupes más de tu imagen?

Bueno, en mi caso no, hasta que pensé que era el momento de tener unos mejores hábitos alimenticios. Porque bueno, seamos sinceros, yo estaba un poco descuidado en ese sentido y ahora me organizo mejor la alimentación. Este es un trabajo donde estás de cara al público, donde hay mucha gente que te puede juzgar, y si no estás muy centrado, puedes dejarte llevar por los comentarios de otros y que eso te afecte. 

Estos meses, además, han sido intensos, este es tu primer San Valentín casado. ¿Han cambiado las cosas?

Para mí no, sigo sin ver a mi mujer (risas). Salvo por el anillo de poder, todo lo demás no cambia nada. Mi vida no ha cambiado nada.

¿Cómo es un día normal para ti? 

Pues mira, me levanto a las seis de la mañana, más o menos, para poder tener vida y hago ejercicio, me ocupo de mi casa, de mi perro...

Te vemos por las tardes, pero tú no entras a trabajar media hora antes de que empiece el programa, ¿no?

Para nada. Y eso es algo que quiero puntualizar, porque hay gente que piensa que yo llego al programa a tiempo para hacer solo esos 10 minutos que salgo. Y no, tengo el horario normal de un trabajador normal. Así que para poder tener un poco de vida de lunes a viernes, necesito robarle horas al sueño porque si no, es imposible. Mi mujer entra antes que yo y me levanto a su hora para verla un rato. y cuando llego por la noche ya es casi para ducharme, cenar y a dormir.

¿Cuántas horas duermes?

Me acuesto más o menos a las 10 de la noche, prontísimo, lo sé. Soy súper casero y tengo una vida bastante estructura y rutinaria.. Hombre, a ver, no soy una persona que se mete en una cueva, soy un tipo normal, pero me gusta vivir más de día que de noche, Soy de acostarme y levantarme pronto para hacer cosas.

¿Y los fines de semana?

Igual. Puedo levantarme a las 10, pero no es lo normal, porque tengo unas rutinas muy parecidas a mi chica en ese sentido. Además es que llega uno tan cansado al viernes que yo lo que quiero es dormir, hacer deporte y pasear a mi perro. Además, los fines de semana los dedico a la compra, limpiar... y luego tengo una habitación con un cerro de ropa para colocar, doblar... Vamos, ocuparse de la casa.

¿Y algo que te guste mucho?

Me encantan las motos, me muevo siempre en moto por Madrid. Me gustan desde pequeño. Igual que las palmeras de chocolate.

Tenías un podcast, ¿sigues con él?

Ahora mismo lo tenemos en standby, la idea es seguir, pero estoy con otros temas, aprovechando un poco este cambio en el programa, y haciendo más cosas en ese sentido., Pero no quiero dejarlo, hay que intentar abarcar todo lo que se pueda, y aprovechar, que la vida es una y es ahora. Y si no, luego mi tía me da capones, porque me dice: "A ver, si yo con mi edad no paro ¿qué vas a hacer tú?" Y claro, no me paro, porque menuda es, y pone el listón muy alto.

¿Te planteaste en algún momento pasar a la mañana con ella?

No, en principio no. Era un cambio fantástico y a la vista está, que va genial para ella y es su lugar. Pero de forma secundaria también era un momento maravilloso para separarnos los dos, así es que al final no hay mal que por bien no venga. Irme a la mañana sería un poco continuista y no me dejaría crecer.

Y si no te dedicases a esto, ¿cuál sería el plan B?

Creo que no tenía Plan B, porque si lo hubiese tenido no me habría podido entregar de manera tan plena a esto. Hay Plan A hasta la muerte. 

¿A la gente le cuesta creer todavía que eres sobrino de Ana Rosa?

Ya no me lo preguntan, hubo un tiempo que sí. Y me decían también que si era actor o algo así. Que también decía yo: "Pues si me pregunta eso, madre mía cómo está el gremio español". Pero en general me tratan bien, ahora soy un poco como el sobrino de España, salvando a Antonio Tejado. Y yo, feliz de dónde vengo.

Estilismo: Bloodymery Producciones Vestuario: Adolfo Domínguez
Agradecimientos: Verdecora Los Peñotes Alcobendas (Plaza de la Botánica 1, Madrid)