Incisiva, polémica y, en muchas ocasiones, molesta. Así es Karmele Marchante, que hace siete años decidió dar un giro radical a su vida y abandonar para siempre la que había sido su profesión hasta ese momento, la de periodista del corazón. Ahora, se desnuda emocionalmente para relatar una vida llena de luces y sombras, con una infancia y adolescencia muy complicadas, marcada por la relación con sus padres. 'No me callo' (Ediciones B) es su nuevo libro y toda una declaración de intenciones. La periodista habla con SEMANA y desvela, por primera vez, aspectos desconocidos de su trayectoria.
La primera pregunta es obligada después de leer el libro. ¿Ahora eres feliz?
Estoy tranquila, serena y alegre. A todo esto hay gente que le llama felicidad.
Karmele Marchante tuviste una infancia dura y una adolescencia difícil por la relación con tu padre y la falta de afecto. ¿Ha marcado eso tu personalidad?
Creo que solo en la parte de supervivencia y rebeldía. Nunca he planificado ser rebelde. Ante tantos obstáculos, o sobrevivía o me diluía. Sin saber bien el porqué, siempre he seguido mis instintos. Mi vida no fue fácil con mis padres.
Me ha impresionado mucho esa discusión en la que tu padre te saca una pistola. ¿Lo has llegado a perdonar?
Yo no le perdoné nunca. No me reconcilié con él jamás, pero le cuidé hasta el final cuando me necesitó. Con mi madre sí hablé y me reconcilié, pero a él no tenía ganas de perdonarlo. Fue todo muy duro y muy difícil.
Hablas con nostalgia de tus inicios en las revistas. Fuiste la primera periodista en entrevistar a Almodóvar. ¿Echas de menos esos tiempos?
No. Algunas de esas publicaciones en las que escribía, ya no existen. Antes era más fácil. No era tan complicado entrevistar a la gente, todo el mundo se dejaba tratar por la prensa. No había la compra-venta que hay hoy. Y además, ahora tenemos un retroceso en las libertades, entre ellas la de expresión. Así que mejor dejar las cosas tal cual.
Luego llegó Tómbola. Tu verdadero salto a la fama.
Sí, fue mi salto a la fama. Un auténtico boom, pero nunca fui feliz allí.
En esa época mientras el país reía, tú llorabas con el famoso ‘Que te calles, Karmele’.
No solo fue eso, el personaje que acuñó la frase (Jesús Mariñas) me trató muy mal. Me pasaron muchas cosas allí. Al Bano me tiró al suelo, me lanzaron vasos de agua, Carmen Sevilla se ensañó conmigo… Fue una época terrible.
Lo de Al Bano fue un gran escándalo.
En ese momento tenía una presión impresionante. Por el dinero, por la hija… por lo que fuese. Cuando yo le pregunté se levantó contra mí y me tiró al suelo. Me agredió, eso ahora podría haberlo denunciado.
Tu libro se llama ‘No me callo’. ¿Has tenido que callar mucho a lo largo de tu vida?
No, precisamente me ha pasado todo lo que me ha pasado por eso, porque no me callo. Lo he tenido siempre más difícil porque no me resignaba a que me contasen un cuento. Pero bueno, nadie me ha comprado y nadie me ha callado la boca. Aunque luego pagas un precio altísimo, duro y difícil.
Hay muchas veces que hacemos la pregunta de la censura y los periodistas se escabullen. Pero es que tú viviste la famosa noche de Bárbara Rey en Tómbola. ¿Cómo fue?
Sí, sí. Bárbara iba a hablar de su relación con el demérito (así llama al rey emérito). Fui con ella en el avión y estaba muy contenta, exultante, no paraba de contar cosas. Llegamos a Canal Nou y nos reunieron. Estaba la cúpula de la cadena, un representante del PP, nuestra directora y toda la directiva de nuestra productora, que no sabíamos hasta entonces ni quiénes eran. Nos metieron en una sala lúgubre y como con mucha ceremonia nos dijeron: “Bárbara Rey no se sienta y la Familia Real no existe. No podéis mencionarlos”. Eso fue así. Luego, como había dado mucho el cante y estaba falta de dinero, le dieron un programa de cocina muy bien pagado en la cadena. Le han dado siempre dinero para que
calle.
Hablando del Rey, dices que Tita Cervera te dijo que Juan Carlos fue uno de sus amores más interesados. ¿De verdad hay tantas historias sobre él que la gente no conoce?
Sí, hay muchas historias que no han salido. En el caso de Tita, ella lo dijo pero no dio el nombre. Yo deduje que ella había tenido algo con Juan Carlos y le dije: “Nena, ten cuidado”, porque en esa época teníamos una relación muy buena.
Karmele Marchante recuerda su época en 'Sálvame'
Dices que para ti, Sálvame fue una enfermedad. Canibalismo de salón lo llamas. ¿Ha sido la peor etapa de tu vida?
Sí, la más negra. Ahí sí que me sentí maltratada, vejada y humillada. Siempre con el consentimiento de la dirección, que sabía perfectamente lo que estaba pasando. Fue una función coral de bullying contra mí. Entre bambalinas me decían de todo. Tendría que haberlo denunciado al salir, pero estaba tan mal, con una depresión… que no lo hice.
¿No tienes relación con nadie de esa época?
Sí, pero con gente que trabaja en la redacción. De plató con nadie. Ninguno de ellos me escribió nunca tras mi salida.
Pero hubo momentos hilarantes y graciosos como la candidatura a Eurovisión con Soy un tsunami. ¿De verdad no tienes ningún buen recuerdo del programa?
Sí, y lo digo. Al principio yo me divertí muchísimo. Me lo pasé muy bien. Luego ya comenzaron a salir los egos, la envidia y la dictadura. Parece que cuando dejas la televisión, ya no existes.
Hay mucha gente que se pregunta, ¿dónde está ahora Karmele Marchante?
No estoy porque no quiero. Pero yo estoy haciendo teatro, estoy haciendo cosas. Si voy a televisión me gustaría hacer actualidad, nada más.