Juan Carlos Unzué ha dedicado gran parte de su vida al deporte. Jugaba como guardameta y militó en varios equipos de la Primera División de España, principalmente en el Sevilla. Fue en el 2019 cuando le diagnosticaron ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) y, desde entonces, se convirtió en activista y está involucrado en visibilizar la enfermedad y en su investigación. Ahora, se sienta en el 'Chester' de Risto Mejide para hablar sobre esta enfermedad que la sufren más de 3.000 personas en España, y cada año se diagnostican unos 900 casos nuevos. La esperanza de vida para las personas que la padecen es entre 3 y 5 años. Habla largo y tendido sobre cómo le ha cambiado la vida y el duro momento en el que tuvo que anunciarle la noticia a sus tres hijos y su madre, de 96 años.
El exfutbolista ha hablado con el publicista sobre el momento en el que tuvo que anunciar la noticia a sus hijos, fruto de su relación con su mujer, María Elorza: "Esto ya era justo antes de navidades. Nuestros hijos ya son mayores. Ahora mismo tienen 31 años, 28 y 26. Aquel día, después de comer, como tú dices, le dije que apagaran la tele. Sabéis que vuestro padre lleva un tiempo haciendo visitas al neurólogo. Les dije "tengo ELA. Esto es una enfermedad neurodegenerativa, con esta esperanza de vida y sin cura". Aquel fue el momento, yo creo que el más emotivo de todo este tiempo. Pero vuelvo a repetirte que me quedo con la parte positiva. Y es percibir desde ese día que están más unidos a nosotros que nunca", revela visiblemente emocionado y con la voz entrecortada.Sin embargo, su mayor preocupación en ese momento era compartir la noticia con su progenitora: "A mí me preocupaba sobre todo Risto, el cómo se lo iba a transmitir a mi madre porque al final siento que, aún no me ha perdido y espero que no lo haga en mucho tiempo, pero perder a un hijo es algo antinatural. No estamos preparados para ello. A mí me preocupaba eso. El cómo le iba a transmitir a mi madre que tengo una enfermedad neurodegenerativa y que tiene esa esperanza de vida", comienza explicando.
"Mi madre evidentemente no sabía que tenía ELA, no sabía qué era la ELA. De hecho, cuando yo le transmití lo que yo tenía, yo le dije esclerosis lateral amiotrófica, que es como se denomina. Y ella me dijo, "espera un momento Juan Carlos". Fue a coger un papel y un bolígrafo y se apuntó el nombre de la enfermedad. Y estoy seguro que se lo apuntó para hacérselo saber a sus amigas o a la familia con la que tenía que hablar de mi enfermedad", añade abrumado por recordar aquel momento.Juan Carlos Unzué continúa relatando aquellos momentos: "Al principio yo creo que no fue consciente de qué se trataba o de qué consecuencias porque tampoco le conté con detalles las consecuencias pero claro con el paso del tiempo, y sobre todo una vez que lo hice público, se enteró absolutamente de todo. Y lo que me di cuenta es que ella ya estaba percibiendo que algo grave le estaba pasando a su hijo. Mi madre vivía en un primer piso sin ascensor con treinta o treinta y alguna escalera y yo ya no podía subir. Claro, ella me veía subir las escaleras y yo lo hacía agarrado a la barandilla y, normalmente, detrás iba mi mujer. Claro, ella decía que íbamos con una maletita pequeña y con un bolso y todo lo llevaba mi mujer. "Qué raro", me decía".Sin embargo, para Juan Carlos Unzué es una motivación estar bien por ellos: "Si yo estoy bien, siento que ellos lo llevan de mejor manera. Yo entonces eso lo convierto en una motivación. De hecho, María, en una de las primeras charlas que yo hice a los pocos meses desde que me diagnosticaran, me dijo cuando llegamos a casa "Juan Carlos, yo no quiero que sientas que sea una obligación estar tú bien para que nosotros estemos bien". Y entonces le dije "no es una obligación, María. Es una motivación". Yo cuando me levanto por las mañanas uno de los motivos, el más importante, para levantarme fuerte mentalmente es saber que ellos, los que más quiero, van a estar mejor si yo estoy fuerte mentalmente. Entonces, me ayuda", sentencia al respecto.