José María Gil Silgado está afrontando uno de los peores momentos de su vida en cuanto a salud se refiere. El empresario está en estado crítico por el cáncer de colon que padece, una enfermedad por la que se ha visto obligado a abandonar la prisión en la que se encuentra desde el pasado mes de diciembre. Hospitalizado desde hace varias semanas en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, acudió a la clínica después de que se le infectaran algunos puntos tras ser intervenido, por lo que se vio obligado a pasar de nuevo por quirófano. Sin embargo, Gil Silgado se niega a ser intervenido, lo que ha dificultado el escenario.
Por ello, los médicos han optado por un tratamiento con antibióticos durante unos días hasta ver cuál es su evolución, siendo la familia quien decida próximamente si es operado o no. Mientras José María Gil Silgado se niega a ello, el equipo médico ha advertido a la familia que si tampoco se toma la medicación "es cuestión de días, con suerte semanas, que no salga adelante", tal y como han dicho en 'Sálvame'. De momento, Gil Silgado permanece en un módulo aparte, esposado a la cama y custodiado por dos agentes. Aunque él no se ha pronunciado, su círculo sí ha expresado que hay un deseo que le gustaría cumplir antes de fallecer y es ver a la hija que tuvo con María Jesús Ruiz, con la que se encuentra litigando en los juzgados. Su situación es crítica y él lo sabe, por lo que está profundamente triste. A pesar de que su hija Anabel y él no tenían contacto, tras este bache de salud se han acercado y ella ha tratado de convencerle para que confíe en los médicos y se centre en recuperarse. "No se quiere operar otra vez y esto ha agravado la situación, ya que no ha firmado el consentimiento. Los médicos y yo se lo hemos dicho muy claro, pero él dice que hace lo que quiere con su vida", ha expresado. José María Gil Silgado fue condenado a 18 meses de prisión por alzamiento de bienes y ahora, además, se debate entre la vida y la muerte.