Joana Sanz presumía de su historia de amor con Dani Alves en sus redes sociales, donde ambos se prodigaban el amor que sentían por el otro. Sin embargo, ha borrado prácticamente todos los recuerdos que le unían a él. Tan solo ha dejado compromisos con marcas, eliminando el resto de fotos de su pasado en común. Incluso las de su boda, la cual se celebró en el año 2017 en Formentera, lo que demuestra que la modelo a conciencia ha fulminado muchísimos de los posts que publicaba junto a su marido. Tanto los actuales como los antiguos. Jamás esperó el giro que iba a dar su vida, de hecho, salió en su defensa públicamente cuando se publicó que estaba siendo investigado por este presunto abuso sexual. Le mostró su apoyo hasta que fue detenido, pero desde su ingreso en prisión se han descubierto varios datos que han desmontado por completo la versión del futbolista, lo que ha provocado que Joana le de la espalda. No puede más.
Cabe señalar que Alves tras negar que conociera a la joven que le acusa de violación, terminó por reconocer ante la jueza que habían existido relaciones sexuales entre ellos en el baño de una discoteca y, por tanto, que había habido deslealtad a su mujer. Eso sí, remarcó que eran consentidas, lo que choca frontalmente con la declaración de la chica que le denunció y de las pruebas recabadas por los Mossos d'Esquadra. Si bien Joana no quería dar veracidad a todo lo escuchado todos estos días en televisión, lo cierto es que poco a poco se está confirmando que da carpetazo a su relación con Alves. Aunque todavía le sigue en su cuenta de Instagram, que haya borrado de un plumazo la mayoría de sus imágenes cuando eran felices deja ver que podría haber puesto punto y final a su matrimonio. El deportista se encuentra en la cárcel a la espera de que sus abogados muevan ficha. De momento, la magistrada ha alargado hasta el próximo martes 31 de enero que su defensa recurra su ingreso en prisión, dejando así tiempo suficiente para que estudien lo investigado en la causa. Mientras se resuelve o no su situación legal, su familia le ha mostrado su férreo apoyo, en especial su hermano, quien le ha asegurado que batallarán junto a él. «Una familia que cree en Dios enfrenta dificultades junta. No importa lo que pase. Tu familia está dispuesta a dar la vida si es necesario para sacarte de esta. Sabemos el ser humano que eres», dice Ney Alves.
Eran muchas las publicaciones Joana dedicadas a su pareja, instantáneas en las que reflejaban que su relación era muy sólida. Al menos eso es lo que transmitían desde que comenzaron, un vínculo que se ha roto con la situación legal de Alves, quien está en prisión tras ser acusado de agredir sexualmente de una joven de 23 años en una discoteca de Barcelona el pasado 30 de diciembre. Pocos días después falleció la madre de su esposa, quien luchaba contra un cáncer desde el pasado mes de octubre. Su pérdida dejó a la maniquí completamente desolada, un dolor que ahora se ha multiplicado con la detención de su marido, Dani Alves.