A veces querer no es poder y si no que se lo digan a Jessica Bueno (33 años). Se le ha pasado un millón de veces por la cabeza, pero mudarse a Sevilla y abandonar Bilbao no es una opción. Al menos a día de hoy. Una decisión que tomó hace algún tiempo y que generaba muchísima curiosidad entre sus seguidores. En especial, desde que terminara su matrimonio con Jota Peleteiro, con el que todo saltó por los aires en noviembre del año 2022.
Tras un sólido matrimonio se divorciaron y ella se instaló en un coqueto piso de Bilbao. Ahí empezó su nueva vida, esa que ahora comparte con Luitingo, de quien se declara profundamente enamorada. Y, aunque ambos son andaluces y están emocionalmente ligados a su tierra, ha sido el artista quien ha hecho las maletas para vivir con Jessica en el País Vasco.
Un lugar que abrazó a Jessica y su familia en el año 2020 cuando el que era su marido, Jota Peleteiro, fichó por el equipo de fútbol El Alavés. Entonces, nada hacía presagiar que su vida saltaría por los aires y que su relación se desmoronaría. Cuatro años más tarde ha hecho balance de su estancia en Bilbao, una experiencia que, en su caso, le está reportando muchas cosas bonitas.
Jessica Bueno: "Me encantaría volver a mi tierra"
Eso sí, le gustaría volver a Sevilla en algún momento. Sin fechas fijas en su mente, ha revelado cuál es el freno que le impide empezar de cero en la ciudad hispalense. "Vivo aquí porque la vida me trajo a esta ciudad. Es verdad que en Sevilla tengo a toda mi familia y me encantaría vivir allí y en algún momento de mi vida volver a mi tierra, pero al final eso tampoco depende de mí", comenta Jessica Bueno.
Se niega a poner nombre y apellidos a ese freno, pero todo el mundo ha entendido el mismo mensaje y es que en Bilbao reside también su expareja y padre de sus dos hijos pequeños. Si bien es ella la que tiene la custodia de sus pequeños, Jota está muy presente en el día a día de sus pequeños, algo que es factible viviendo ambos en la misma ciudad.
"Al final mis hijos van al cole aquí. Por suerte, Bilbao es una ciudad que me encanta y en la que todo el mundo me trata con muchísimo cariño. Es una ciudad que me ha acogido con todo el amor del mundo y aquí me siento como en casa, ya se verá dónde me lleva el futuro", asegura Jessica Bueno.
Pasó de vivir en una impresionante casa en el campo junto a Jota a mudarse a un fantástico piso en plena ciudad. Un giro de 180 grados que llegó de la mano de su separación con Jota Peleteiro, la cual le resultó muy traumática a la maniquí. Fue en ese momento, cuando su mundo se vino abajo, cuando echó de menos a su familia, a sus amigos de toda la vida, a ese núcleo duro que jamás le había fallado.
"Pasé dos meses en una cama", deslizó en 'GH VIP'. Estuvo en tratamiento psicológico, un proceso que le recordó cuáles debían ser sus prioridades. "Lo agradecida que me tengo que sentir por las tres cosas maravillosas que tengo", añadió.
Les necesitaba más que nunca a su lado, pero tocó llegar a un acuerdo con Jota Peleteiro, el padre de dos de sus tres hijos. Ambos debían velar por el bien de sus pequeños, estar cerca de ellos y decidieron no romper con sus rutinas. Cambiarse de ciudad, de amigos y de colegio no fue una opción para ellos, aunque parece que Jessica sigue teniendo en su cabeza la posibilidad de hacerlo algún día.
El acuerdo que firmaron Jessica Bueno y Jota Peleteiro tras su divorcio
No se supieron entender como pareja, pero llegaron a un pacto que Jota Peleteiro hizo oficial ante los medios. "Ella y yo sabemos realmente lo que ha ocurrido y no tiene nada que ver con una infidelidad. Lo más importante son mis hijos y siempre voy a querer a Jessica (...) Por eso hay un acuerdo de divorcio, que han firmado las dos partes. Me encargo de toda la vida de mis tres hijos, no hay diferencia entre ningún de ellos", espetó Jota. Unas palabras con las que quiso dar su lugar a Fran, el hijo que nació fruto de la relación de Jessica y Kiko Rivera en el año 2012.
En los meses posteriores a que ambos rehicieran sus vidas sentimentalmente hablando, Jota fue noticia por una cuestión bien distinta. El joven de 32 años se convirtió al Islam, una decisión que pilló por sorpresa a todo el mundo y tras la que él mismo se pronunció. Dijo estar feliz y sentirse poderoso, siéndole indiferente lo que su entorno pudiera decir. Jessica Bueno, por su parte, optó por guardar silencio.